Afiche de Hugo Barrientos, en ocasión del regreso a la A, tras la Promoción con Godoy Cruz. Publicado por La Quema Web.Hugo Barrientos supo ganarse un espacio relevante en la consideración y en el sentimiento del auténtico hincha quemero. Modificó aquel comienzo de expulsiones y rechazos por este presente de emblema futbolístico y espiritual de un equipo que lucha con bravura por un Huracán consolidado en Primera y habilitado para pretensiones acordes a su historia. Ahí, con la cinco en la espalda y con el globo en el pecho, el ex mediocampista de Atlético Rafaela fue clave en el tramo decisivo de la temporada de la B Nacional y, ahora en Primera, es una de las figuras del equipo (junto a Cristian Cellay y Cristian Sánchez Prette) en el Apertura. Porque mete como si cada partido fuera aquella revancha de la Promoción contra Godoy Cruz, la última chance. Porque juega con criterio cada vez que tiene la pelota en los pies. Porque alza la voz cuando le queda la sensación de le meten la mano en el bolsillo. Porque es, junto a Claudio Ubeda, un líder del plantel. Porque contagia a todos con su entusiasmo y su coraje.
Ahora, en Bahía Blanca, en esa final de 90 minutos contra Olimpo, Barrientos no estará porque ante Colón sumó la quinta amarilla. Una lástima, claro. Pero más allá de quien lo reemplace, hay un aspecto que deberá estar cubierto: su espíritu inquebrantable debe ser asumido por quien lo sustituya y por quienes lo rodeen.
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