sábado, mayo 31, 2008

El clásico de los bancos

Carlos Babington, en la tapa de la revista El Gráfico, en 1973. El estuvo estuvo presente en los dos partidos del Metropolitano en los que que el Huracán de Menotti enfrentó al Estudiantes de Bilardo. En el partido de la segunda ronda, jugado en La Plata, El Inglés fue la figura de la cancha e hizo el único tanto del encuentro. Ese triunfo puso al equipo de Parque de los Patricios ante la inminencia de su quinto título de Liga. En esa campaña, Babington disputó 23 partidos y convirtió ocho goles.

Clausura, decimoséptima fecha: Huracán-Estudiantes, en el Diego Maradona. Aquel 29 de julio de 1973, cuando se enfrentaron en la cancha de 57 y 1, César Menotti y Carlos Bilardo eran sólo entrenadores rivales que entendían y sentían el juego de modos distintos. No se odiaban ni se trataban con hostilidad en cada entrevista que concedían. Todavía no habían sido campeones del mundo, claro.
Entonces, por la vigesimocuarta fecha del Metropolitano, el puntero Huracán visitó la cancha de un Estudiantes que, tras los días de gloria no tan lejanos, tenía como prioridad mantener la categoría. Y fue triunfo de Huracán en un duelo parejo entre un equipo local aguerrido y un equipo visitante lúcido para resolver situaciones complejas. El único gol del partido fue una curiosidad considerando presunciones respecto de los entrenadores: a los 22 minutos del segundo tiempo, una pelota detenida bien ejecutada por Carlos Babington le dio el triunfo al Globo de Newbery.
Huracán no pudo contar en este encuentro con René Houseman, Miguel Brindisi y Roque Avallay. Sin embargo, como en toda la segunda rueda (se vio disminuido a consecuencia de las convocatorias a la Selección), los suplentes que ingresaron cumplieron una correcta actuación que no resintió el carácter colectivo.
Ese día, Huracán formó con: Héctor Roganti; Nelson Chabay, Daniel Buglione, Jorge Carrascosa; Carlos Leone, Russo, Babington, Larrosa; Eduardo Quiroga y Francisco Del Valle. Con ellos, Menotti ganó el clásico de los bancos. Cuando todavía no era un clásico...

Más:
El historial, en el Blog.
El último partido, en el Blog.

jueves, mayo 29, 2008

Una Copa con el sabor de la revancha

Ernesto Kiessel fue uno de los grandes arqueros de la historia de Huracán. Se destacó a principios de la década del 20. Fue importante en el equipo bicampeón de 1921/22. También formó parte del seleccionado argentino que ganó su primer Sudamericano, en Buenos Aires, en 1921. Fue uno de los destacados arqueros de su tiempo. Con estirpe de campeón, con garantía de seguridad.

En 1922, Huracán se consagró bicampeón del fútbol argentino, tras una campaña brillante en la que apenas perdió un partido. A consecuencia de este título, el equipo de Parque de los Patricios se ganó el derecho a disputar la Copa Ibarguren, un trofeo donado por el Ministro de Instrucción Pública, Dr. Carlos Ibarguren, que se disputó entre 1913 y 1958. Desde el comienzo y hasta 1941, en la final se enfrentaron el campeón de la Asociación Argentina y el de la Liga de Rosario, salvo durante la interrupción de la competencia entre 1926 y 1936.

En la edición anterior (perteneciente a 1921, pero disputada en enero de 1922), Newell's se había impuesto a Huracán con comodidad: 3-0, en la cancha de Boca, con dos goles de Atilio Badalini y uno del enorme Julio Libonatti.

Y Huracán tuvo su revancha en esta segunda participación en la Copa Ibarguren. Newell's y Huracán repitieron sus títulos y tuvieron que dirimir este trofeo otra vez. El 24 de marzo de 1923 se midieron en la cancha de Sportivo Barracas e igualaron 1-1. Loyarte había puesto en ventaja a los rosarinos, mientras que a seis minutos del final empató Angel Chiesa. Huracán formó con: Ernesto Kiessel; Carlos Nóbile, Juan Pratto; Fontana, Ramón Vázquez, Juan Scursoni; Adán Loizo, Rodríguez, José Laguna, Chiesa y Cesáreo Onzari.

Poco más de un mes después, se volvieron a enfrentar en el mismo escenario. El 22 de abril, Huracán ganó 1-0 y festejó. El único tanto del encuentro lo marcó Chiesa, a los 40 minutos. Sólo hubo un cambio respecto de la formación del primer partido: el ingreso de José Caldera en lugar del Negro Laguna.

Esta temporada, Huracán también debía enfrentar al campeón uruguayo, Nacional, por la Copa Río de la Plata/Ricardo Aldao, pero debido a la tirantez entre las dos asociaciones (sobre todo, a partir de la deserción de Peñarol el año anterior), no se disputó la final para determinar al campeón rioplatense. Sin embargo, también se trató de un año consagratorio en una década consagratoria.

martes, mayo 27, 2008

1968: Protagonismo y desilusiones

Edemil Araquem de Melo llegó a Huracán este año en medio de una gran expectativa. Fue uno de los seis brasileños que se pusieron el Globo de Newbery en el pecho. Entre 1968 y 1972 disputó 58 partidos e hizo 19 goles. Su mejor temporada fue la inaugural: convirtió 14 tantos en 30 encuentros y se ganó la simpatía del público. Era duro, pero con facilidad para moverse dentro del área. Los otros brasileños de Huracán en Primera fueron: Rudymar Gomes Machado (delantero; 25 partidos y 9 goles, en 1960), José Luis Dacunto (h) (mediocampista; 8 partidos entre 1967 y 1968), Marcos Pereira Martins (wing; 33 y 1, en 1972), Roberto Gaucho (delantero; 9 y 1, en 1995) y Marcelo Da Silva Lima (defensor; 4 encuentros en la 2002/03).

La temporada de 1968 comenzó con el Metropolitano: el 3 de marzo, en el Ducó, Huracán cayó 2-0 ante Chacarita. Sin embargo, lo mejor del equipo se observó en ese torneo. Fue protagonista del grupo B, en el que sumó 26 puntos (dos más que los que le sirvieron a Estudiantes La Plata para acceder a las semifinales en el grupo A). Esa derrota inaugural más la caída ante Tigre (0-1 en Victoria) y los dos empates frente al irregular Argentinos (0-0 y 2-2) se parecieron mucho a las razones de no haber accedido al tramo decisivo del Metro.
En los partidos interzonales, Huracán afrontó el clásico frente a San Lorenzo. Y no se trató de un año más: el equipo de Boedo de esa temporada, conocido como Los Matadores, fue el campeón invicto (16 victorias y ocho empates). Sin embargo, no pudo derrotar al archirrival de Parque de los Patricios. El primer encuentro, disputado el 12 de mayo, en el Ducó, igualaron sin goles. La revancha sucedió el 27 de julio, en el Gasómetro, y también hubo empate: 2-2.
El cuarto puesto en su grupo le permitió a Huracán clasificarse para el Nacional, que se desarrolló entre agosto y diciembre, con la participación de 16 equipos. La campaña resultó desencantadora: una sucesión de actuaciones erráticas mezcladas con goleadas (como el 7-1 ante San Martín de Tucumán, en Parque de los Patricios) y mejorías. Lo más destacado del equipo en el recorrido por el segundo torneo del año fue la capacidad goleadora de Edemil Araquem de Melo, quien hizo 10 tantos en 14 encuentros. De todos modos, los gritos felices del delantero brasileño apenas alcanzaron para dosificar la decepcionante campaña en el Nacional.

Campaña:
Metropolitano: Cuarto, grupo B. G 10; E 6; P 6 / GF 29; GC 18.
Nacional: Noveno. G 5; E 3; P 7 / GF 23; GC 22.

Posiciones:
Metropolitano:
1. San Lorenzo.
2. Estudiantes (finalista).
3. River (semifinalista).
3. Vélez (semifinalista).

Nacional*:
1. Vélez 22 pts.
2. River 22 pts.
3. Racing 22 pts.
*Vélez se consagró campeón en el mini torneo desempate: se impuso por diferencia de goles ante River. Racing perdió los dos encuentros y finalizó tercero.

Figuras:
Metropolitano:
1. Raúl Navarro, arquero.
2. Jorge Olmedo, mediocampista.
3. Edgardo Cantú, defensor.
3. Leonardo Mansueto, defensor.

Nacional:
1. Edemil Araquem de Melo, delantero.
2. Jorge Olmedo, mediocampista.
3. José Diez, defensor.

Partidos para la historia:
1. 9/6: Huracán 8-Gimnasia La Plata 0. La mayor goleada de la temporada y en el historial frente al equipo del Bosque. Es la tercera máxima goleada de Huracán en toda su historia y la segunda en el Profesionalismo. Además, sólo en otros seis partidos, Huracán consiguió tantos o más goles: 10-1 a Comercio (1914); 10-4 a Central (1945); 9-3 a Tigre (1938); 9-0 a Colón (1970); 9-2 a Unión de Villa Krause (en 1986, por el Nacional B) y 8-2 a Juventud Alianza, de San Juan (1967).
2. 13/10: Huracán 7-San Martín de Tucumán 1. Fue la mejor actuación del equipo en el Nacional.
3. 12/11: Huracán 1-River 0. Buena victoria ante uno de los principales protagonistas de la temporada: semifinalista del Metropolitano y tercero tras el desempate en el Nacional.

Plantel:
Metropolitano: Edemil Araquem de Melo (16, 4); Miguel Brindisi (5, 1); Alberto Cabaleiro (4); Edgardo Cantú (21, 1); José Dacunto (h) (1); Juan Devoto (9); Jorge Davino (6); José Diez (22); Víctor Donato (6, 1); Alberto Dopacio (4); Omar Fernández (13); Tito Manuel Gómez (19, 1); Miguel Loayza (13, 2); Leonardo Mansueto (22); Raúl Navarro (22); Jorge Olmedo (22, 7); Oscar Storti (1); Hugo Tedesco (11, 2); Luis Vera (10, 4) y Sebastián Viberti (16, 3).
Nacional: Edemil Araquem de Melo (14, 10); Miguel Brindisi (4); Edgardo Cantú (14); José Dacunto (h) (2); Jorge Davino (3); José Diez (15); Alberto Dopacio (12, 1); Omar Fernández (13); Tito Manuel Gómez (6, 1); Miguel Loayza (8, 4); Leonardo Mansueto (15); Héctor Modernell (3); Raúl Navarro (15); Jorge Olmedo (15, 3); Oscar Storti (1); Hugo Tedesco (9, 1); Luis Vera (13, 2) y Sebastián Viberti (11).

lunes, mayo 26, 2008

Necesitamos uno así



Daniel Osvaldo convirtió la semana pasada uno de los goles más importantes de la historia reciente de la Fiorentina: en el estadio Delle Alpi, con una tremenda acrobacia convirtió el único tanto de la victoria frente al Torino. Y gracias a él, Fiorentina se clasificó a la Champions League y así dejó afuera al Milan, campeón del Mundial de Clubes. "Rovesciata di champions", la llamaron a la jugada y es motivo de comentario aún ahora. En la Serie A, Osvaldo jugó esta temporada 13 partidos e hizo cinco goles. Sus buenas actuaciones lo convirtieron en un infaltable del seleccionado olímpico italiano. Si Osvaldo estuviera, qué bien le haría a Huracán... Pero, claro, es imposible contar con un futbolista valuado en no menos de 10 millones de euros. También hay otra realidad: se formó bajo el cielo de La Quemita. Y ese es un mensaje que se debe atender. Es un grito tan fuerte como el de los hinchas de la Fiorentina ante este gol sin olvido.

sábado, mayo 24, 2008

Noquear o perder


Clausura, decimosexta fecha: River 1-Huracán 0. Ante equipos como River, y sobre todo en el Monumental, hay una certeza que surge de mil historias afines: si no pegás el golpe de nocaut cuando se presenta la oportunidad, preparate para perder en cualquier momento. Y eso le pasó a Huracán: cuando tuvo 30 metros a disposición para aprovechar contraataques, resolvió invariablemente mal. Y después, en uno de los poquísimos resquicios que concedió una defensa granítica, Diego Buonanotte nos dejó el sabor amargo de una mala tarde. Es una lección. Aprenderla ahora, ya con 51 puntos garantizados, no es tan traumático.

El mejor: Angel Puertas.
El peor: Andrés Franzoia.

Más:
El comentario, en Clarín.com.

Así estamos:
En el Clausura
En los promedios
El fixture

viernes, mayo 23, 2008

River se arrodilla ante Masantonio

Herminio Masantonio, el máximo anotador histórico de Huracán, fue el goleador y la figura del primer triunfo ante River en el Profesionalismo. Sucedió en abril de 1933. A esa altura, disputados 14 partidos, el historial con los de Núñez estaba igualado. Ese año el Mortero de Ensenada disputó 27 encuentros e hizo 16 goles. Esa temporada sucedió otro hito: Cesáreo Onzari jugó su último partido en el club.

Clausura, decimosexta fecha: River-Huracán. Huracán ya le había ganado cuatro veces de las nueve en que se habían enfrentado en la Era Amateur, entre 1914 y 1930. Pero aquel 16 de abril de 1933 tuvo una carácter inaugural: ese día, en Parque de los Patricios, el equipo local consiguió el primer triunfo en el Profesionalismo frente al campeón de la temporada anterior. Antes, Huracán ya le había ganado 1-0 en 1914; 3-0 en 1917; 4-0 en 1918 y 2-0 en 1928.
La gran figura de Huracán en el comienzo de la nueva Era en el fútbol argentino, Herminio Masantonio, fue el protagonista de uno de los goles y el crack de la cancha. El arquero Angel Bosio, conocido como La Maravilla Elástica, quedó de rodillas en el suelo de la cancha de la Avenida Alcorta, más allá de que consiguió detenerle un penal al implacable Mortero de Ensenada. El segundo tanto del equipo lo convirtió Francisco Rodríguezl, quien esa temporada anotó tres tantos en once encuentros.
No se trató del único triunfo destacado de ese equipo que merodeó la mitad de la tabla y terminó decimosegundo. El 6 de agosto, por la 21a. fecha, en Avenida La Plata e Inclán, Huracán obtuvo la mayor goleada como visitante en el clásico frente a San Lorenzo (junto al 5-2 de 1939): se impuso 4-1, con dos goles de Masantonio, uno de Ricardo Gil y el cuarto de José Cordero.
Aquel River en el que se destacaba Peucelle nada pudo hacer frente a un Huracán que en aquel año parecía capaz de lo mejor y de lo peor. Y esa sexta fecha fue de lo mejor. Huracán formó con Parini; Di Paola, Moyano; Prestipino, Federici, Settis; Belfiore, Rivarola, Masantonio, Francisco Rodríguez y Gil. Con ellos, esableció la paridad en el historial con el más campeón del Profesionalismo: a esa altura, cada uno había ganado cinco encuentros y habían empatado cuatro veces.

Más:
El historial, en el Blog.
El último partido, en el Blog.

Para ver el partido en vivo por Internet:
Roja Directa

jueves, mayo 22, 2008

Una racha grande

Huracán se abraza y festeja frente a Racing, en el 3-0 del Apertura 2007, en el Diego Maradona. Los seis partidos sin caídas ante los grandes, durante esta temporada, es una de las mejores cuatro rachas de la historia del club. El domingo tratará de darle continuidad contra River, en el Monumental.

El detalle numérico que sigue es el retrato de una suerte de resurrección. Luego de padecer diez derrotas consecutivas frente a equipos grandes (la peor serie en los 100 años del club), este equipo de luchadores y esforzados construyó una serie que merece su lugar en la historia: con el empate ante San Lorenzo (0-0, en el Diego Maradona), Huracán sumó seis partidos sin perder contra los equipos grandes en la temporada. Antes, ya había igualado ante su archirrival vecino (1-1, en el Nuevo Gasómetro) y como local en La Paternal le ganó a River (2-1), goleó a Racing (3-0) y empató sin goles contra Boca e Independiente. Más: nadie pudo contra Huracán en Juan Agustín García y Boyacá y en los cinco duelos ante los grandes, apenas recibió un gol. Se trata de una seguidilla que se ubica, a su manera, en el pedestal.

Apertura 2007
Fecha 15: 4/11, San Lorenzo 1-Huracán 1.
Fecha 16: 10/11, Huracán 2-River 1, en el Diego Maradona.
Fecha 18: 1/12, Huracán 3-Racing 0, en el Diego Maradona.
Clausura 2008
Fecha 6: 16/3, Huracán 0-Boca 0, en el Diego Maradona.
Fecha 8: 30/3, Huracán 0-Independiente 0, en el Diego Maradona.
Fecha 15: 18/5, Huracán 0-San Lorenzo 0, en el Diego Maradona.

Esta continuidad no sucedía desde las campañas de 1982 y 1983, cuando permaneció durante once encuentros sin derrotas (cuatro victorias y siete empates). Pero ninguno de esos enfrentamientos fue ante San Lorenzo, ya que el equipo de Boedo jugaba en la Primera B.

Nacional 1982
Ronda 1, fecha 9: 4/4, Huracán 3-Boca 3.
Metropolitano 1982
Fecha 1: 18/7, Huracán 1-Independiente 0.
Fecha 9: 5/9, Huracán 0-River 0.
Fecha 10: 8/9, Racing 0-Huracán 0, en La Bombonera.
Fecha 19: 24/10, Boca 0-Huracán 0.
Fecha 20: 31/10, Independiente 1-Huracán 1.
Fecha 28: 8/12, River 1-Huracán 2.
Fecha 29: 12/12, Huracán 1-Racing 0.
Fecha 38: 5/2/83, Huracán 3-Boca 3.
Nacional 1983
Ronda 1, fecha 2: 27/3, Racing 0-Huracán 0, en Independiente.
Ronda 1, fecha 5: 3/4, Huracán 1-Racing 0.

Con todos los grandes en Primera esto no sucedía desde 1976, cuando estuvo ocho partidos sin caídas (seis victorias y dos empates). Ese año, se dio un caso único en la historia de cualquier clásico: cinco triunfos en un mismo año. Aquel memorable equipo del Gitano Juárez se impuso frente a San Lorenzo tres veces por el Metropolitano (3-1, 3-1 y 4-2) y dos por el Nacional (2-1 y 2-1). En esa temporada Huracán fue subcampeón del Metro (con la curiosidad de haber sumado nueve puntos más que el Boca campeón) y semifinalista del Nacional (fue eliminado por Boca).

Metropolitano 1976
Fecha 1: 15/2, Huracán 2-Independiente 1.
Fecha 3: 22/2, Huracán 2-Boca 1.
Fecha 4: 1/3, Huracán 3-San Lorenzo 1.
Fecha 12: 15/4, Independiente 2-Huracán 2.
Fecha 14: 25/4, Boca 0-Huracán 0.
Fecha 15: 2/5, San Lorenzo 1-Huracán 3.
Ronda Final, fecha 4: 4/7, Huracán 1-Independiente 0, en Boca.
Ronda Final, fecha 6: 14/7, Huracán 4-San Lorenzo 2, en Boca.

Sin embargo, la mejor serie de Huracán ante todos los grandes juntos se dio en 1972, cuando permaneció diez partidos sin perder. Ese año finalizó tercero en el Metropolitano, que ganó San Lorenzo.

Metropolitano 1972
Fecha 8: 2/4, Boca 2-Huracán 2.
Fecha 9: 9/4, Huracán 1-Independiente 1.
Fecha 14: 7/5, San Lorenzo 2-Huracán 2.
Fecha 17: 28/5, Huracán 1-River 1.
Fecha 18: 4/6, Huracán 1-Racing 1.
Fecha 25: 30/7, Huracán 5-Boca 1.
Fecha 26: 6/8, Independiente 1-Huracán 1.
Fecha 31: 10/9, Huracán 3-San Lorenzo 0.
Fecha 34: 1/10, River 1-Huracán 2.
Nacional 1972
Fecha 10: 29/11, Huracán 2-Racing 2.

miércoles, mayo 21, 2008

Más allá de las discusiones

Jorge Newbery vivía en Belgrano, pero fue desde los días fundacionales un impulsor imprescindible de un sueño de Pompeya. Claro, sin él, Huracán no habría sido más que la esmerada idea de armar un equipo de fútbol de un puñado de pibes del colegio Luppi. Fue Socio Honorario y primer Presidente Honorario. Fue pionero de la aviación, deportista múltiple, funcionario público, ingeniero y hombre de ciencia. Se murió en un accidente aéreo en 1914, poco después de que Huracán ascendiera a la máxima categoría. El inmenso Newbery se habría sentido orgulloso de los exitosos años 20.

La Copa Río de la Plata de 1921 es, sin dudas, el título más discutido de los que obtuvo Huracán a lo largo de su historia centenaria. La Copa, también llamada Ricardo Aldao, la disputaban el campeón de la Liga de Argentina y el de la de Uruguay. En las dos ediciones anteriores, el vencedor había sido Nacional de Montevideo.
La escisión en el fútbol argentino generó un inconveniente en esta competición, cuyo trofeo había sido donado por el Dr. Ricardo Aldao, presidente de la Federación Argentina de Fútbol (1912-1914) y de la Asociación Argentina (1918-1919). El campeón de la Asociación Argentina (la oficial, homologada por la FIFA) era Huracán. Pero el campeón de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Peñarol, quería enfrentar a Racing, el vencedor de la Asociación Amateur (la disidente).

Señala el historiador uruguayo Atilio Garrido: "En 1921, Peñarol Campeón Uruguayo intentó jugar la Copa Aldao --que nunca había conseguido-- ante el Campeón Argentino de la Asociación Amateur, Racing de Avellaneda y no ante Huracán que era el titulado de la Asociación Argentina legítima. La AUF se lo impidió..."

Ante ese impedimento, Peñarol optó por no enfrentar a Huracán en la final. Debido a esta deserción de Peñarol se debería considerar a la edición de 1921 de la Copa Río de la Plata como el tercer título para Huracán, tras la obtención de la Copa Estímulo de 1920 y del título de Liga de 1921.

Se trata de un caso excepcional en la historia de las competiciones: una ausencia unilateral que atenta contra el derecho legítimo del rival en el partido definitorio, que sí estaba dispuesto a participar. Y como tal se entiende el episodio. Más allá de las inevitables discusiones, sobre todo a partir de la falta de una expresión oficial al respecto. En el Libro Oficial del Centenario Quemero, que publicaron el ex presidente del club Néstor Vicente y los periodistas Hernán Claus y Roberto Guidotti, esta Copa Aldao está contemplada de idéntico modo. De todos modos, las discusiones aún continúan. Y continuarán...

martes, mayo 20, 2008

¿Vamos de Copas?


Es cierto que para Huracán la prioridad de la próxima temporada será el torneo local. Sin embargo, ahora, la posibilidad de acceder a la Copa Sudamericana está latente, ahí, al alcance. La clasificación tendría carácter histórico: Huracán sería el tercer equipo en coseguirlo llegando desde la segunda división (antes, lo lograron Rosario Central en la temporada 1986/87 y Quilmes en la 2003/04) y significaría el regreso al ámbito internacional luego de 14 años.
Boca (60 puntos en la tabla acumulada) y River (54) ya están clasificados por invitación y Estudiantes (63) porque resulta inalcanzable. En consecuencia, quedan tres plazas para completar. Y este es el panorama:

San Lorenzo (57; más 10)
16. Colón, en el Nuevo Gasómetro.
17. Olimpo, en el Roberto Carminatti.
18. Banfield, en el Nuevo Gasómetro.
19. Gimnasia de Jujuy, en La Tacita de Plata.

Independiente (55; más 20)
16. Estudiantes, en La Plata.
17. Racing, en el Cilindro.
18. Vélez, en el José Amalfitani.
19. Arsenal, en el Cilindro.

Vélez (54; más 7)
16. Boca, en el José Amalfitani.
17. Gimnasia, en La Plata.
18. Independiente, en el José Amalfitani.
19. Huracán, en el Diego Maradona.

Banfield (53; más 4)
16. Gimnasia de Jujuy, en La Tacita de Plata.
17. Newell's, en el Florencio Sola.
18. San Lorenzo, en el Nuevo Gasómetro.
19. River, en el Florencio Sola.

Lanús (52; más 4)
16. Rosario Central, en Guidi y Arias.
17. Argentinos, en el Diego Maradona.
18. Boca, en Guidi y Arias.
19. Gimnasia, en La Plata.

Argentinos (52; más 4)
16. Arsenal, en Sarandí.
17. Lanús, en el Diego Maradona.
18. Tigre, en Victoria.
19. Rosario Central, en el Diego Maradona.

Huracán (51; más 3)
16. River, en el Monumental.
17. Estudiantes, en el Diego Maradona.
18. Racing, en el Cilindro.
19. Vélez, en el Diego Maradona.

Tigre (50; menos 1)
16. San Martín, en San Juan.
17. Rosario Central, en Arroyito.
18. Argentinos, en Victoria.
19. Boca, en La Bombonera.

lunes, mayo 19, 2008

El 4/11, sin olvido


La imagen, publicada por Clarín, forma parte del folclore futbolero. Se trata de un recuerdo del 4/11, la edición pasada del clásico (1-1, en el Nuevo Gasómetro), el Día Mundial del Silencio.

Collado, el árbitro que no ve


Escribe Enrique Gastañaga, en Clarín: "Ubeda se quejó, con razón, por los penales no sancionados."
Indica Carlos Prieto, también en Clarín: "Sí se puede estar seguro de algo: en cuatro minutos, entre los 40 y 44, hubo tres infracciones en el área de San Lorenzo, las tres cometidas por jugadores visitantes a hombres de Huracán -Aguirre a Goltz, Acevedo a Nieto, Bottinelli otra vez a Nieto- y el árbitro Javier Collado no sancionó ninguna."
Señala la tapa de Olé: "A Huracán no le dieron dos penales."
Sentencia Christian Leblebidjian, en La Nación: "Collado perjudicó al Globo".
Refiere el diario Popular: "En los errores puntuales no vio (o no quiso cobrar) un claro penal que le cometió Bottinelli a Nieto. Tampoco vio como Aguirre lo tomó de la camiseta a Goltz en uno de los tantos centros que tiró Huracán."
En definitiva, los penales los vieron todos. Javier Collado no los cobró.

Más:
Las quejas de Ubeda, en Clarín.

domingo, mayo 18, 2008

Tanto corazón merecía un triunfo


Clausura, decimoquinta fecha: Huracán 0-San Lorenzo 0, en el Diego Maradona. Tan cerca estuvo el triunfo. Ahí, a centímetros, a un toque, a casi nada. Queda esa amargura que genera la victoria tan inminente, tan al alcance. Pero hay otro costado. Hay matices que permiten dosificar esa sensación.

1) Con el empate volvimos a dejar afuera de la lucha por el título a San Lorenzo.
2) El rival, que gastó millones, no se guardó nada y estuvo en la cornisa de la derrota.
3) El equipo ya suma 51 puntos y continúa con posibilidades de volver al ámbito internacional tras 14 años.
4) Con este espíritu, Huracán tendrá garantías de Primera por mucho tiempo.
5) El Diego Maradona es ya un territorio propio, irreductible. Pasaron todos los grandes y ninguno ganó. Y sólo River pudo convertir goles (2-1, en el Apertura). Incluyendo los dos encuentros que jugó en la B Nacional, ya suma once encuentros sin derrotas (siete victorias y cuatro empates).
6) Como local, en cualquier cancha (el Ducó, el Maradona, Ferro y Vélez), Huracán perdió sólo un partido de los últimos 21 (0-1 contra Gimnasia La Plata, en Parque de los Patricios).
7) La fiesta del contorno fue toda quemera.

Todo estos detalles resultan irrefutables. Tanto como que el corazón de este equipo merecía el desenlace más feliz: el triunfo.

El mejor: Paolo Goltz y Eduardo Domínguez.
El peor: Omar Zarif.

Más:
El comentario, en Clarin.com.
El comentario, en Clarín, por Enrique Gastañaga.
El color, en Clarín, por Julio Chiappetta.
El análisis de las consecuencias, en Olé.

Así estamos:
En el Clausura
En los promedios
El fixture

Hoy

Hoy.
Hoy estaremos todos.
Hoy creo que todo es posible.
Hoy vas a estar vos y mi viejo, que ya no está.
Hoy quiero arrancarme el corazón y tirarlo a la cancha, a modo de tributo.
Hoy vamos a ser un montón, seguro.
Hoy estaremos los que sabemos de dolor futbolero, los que sufrimos jugar en Quequén y en Villa Krause.
Hoy gritaremos sin pausa aquellos que lloramos en la cancha de Vélez, contra Italiano.
Hoy dejaremos la garganta por una reivindicación deportiva, por un triunfo memorable.
Hoy llevaremos los talismanes de los días felices y recientes: los que facilitaron el gol del Turco, en la cancha de Los Andes; los que se abrazaron a la noche y con Di Carlo, en el Ducó, contra Quilmes; los que fueron a Mendoza, para ganarle a Godoy Cruz...
Hoy creeremos que el espíritu de anteriores victorias también estará: el inmenso uruguayo Pedro Barrios, el Guapo Flores, Iván Gabrich, la Bruja Berti, Emanuel Villa..
Sí, sí, hoy tenemos que estar todos. Hoy, como cuando los dejamos sin bicampeonato y en silencio, en el Nuevo Gasómetro, en el tan cercano noviembre.
Hoy, hoy más que nunca, tengo la fe de los que ya no están, pero aparecen como duendes indelebles. Los de la década del 20; los de Masantonio y de Baldonedo; de Mellone y de Ricagni; del Inglés y de Miguelito; del Loco Houseman... Y de todos los que vinieron después...
Hoy, justo hoy, quiero aferrarme a la posibilidad de una fiesta, de un domingo para la historia.
Hoy, dejame que sea hoy, quiero que San Lorenzo se quede de rodillas...

sábado, mayo 17, 2008

El primer duelo del Centenario

Imagen del último clásico, en el Nuevo Gasómetro. Leandro Díaz lucha como toda la tarde de aquel 4/11/2007. En este caso contra Juan Carlos Menseguez. Al cabo fue empate (1-1) y San Lorenzo se despidió de su deseo de ser bicampeón.

El siguiente texto fue publicado en Clarín, en ocasión de la cobertura de esta 15a. fecha del Clausura con cuatro clásicos, bien de Primera: hoy, Gimnasia-Estudiantes y Boca-Racing; mañana, Huracán-San Lorenzo e Independiente-River. Se enfrentan todos ellos desde la segunda década del siglo pasado. Acá, un recorrido por el paragigma del clásico barrial, en el primer duelo del Centenario.

Se señala en el libro Santo Ciclón, publicado en ocasión del último título de San Lorenzo, el año pasado: "Desde sus días fundacionales el clásico entre San Lorenzo y Huracán era una fiesta de personajes mágicos, de cracks, con el tango como música de fondo. Era también el más porteño de los enfrentamientos deportivos, una suerte de campeonato aparte entre esas dos barriadas que se dividían el sur de un Buenos Aires que crecía a ritmo sostenido. Se trataba de una cita entrañable en tiempos en los que la cuestión de pertenencia geográfica delimitaba también pasiones". Ahora, ese mismo clásico, tendrá una cita relevante: el primer duelo del Centenario. Sucede que ambos nacieron en 1908, vecinos, sobre la avenida La Plata. Y mañana, por primera vez en La Paternal, jugarán la 155a. edición del paradigma del clásico barrial.
Será una cita con la historia también, claro. Con este enfrentamiento de centenarios, que comenzó hace 93 años, con aquel 3-1 para San Lorenzo, en la cancha de Ferro. Aquello fue un determinismo: se trató de un partido con discusiones, protestas y dos futbolistas de Huracán expulsados. Lo que siguió fue una sucesión de hitos, más allá de la notable santa paternidad de 35 partidos (74 triunfos contra 39, incluyendo la Era Amateur): la paradoja de la década del 20, cuando Huracán fue el más campeón del fútbol argentino junto a Boca (con cuatro títulos de Liga) y no pudo derrotar a los de Boedo; los cracks compartidos (desde Veira y Doval a Rendo y Silvera); la presencia del inmenso Alfredo Di Stéfano para los quemeros, en 1946; las dos goleadas de San Lorenzo en 1959 (4-1 y 6-3); los aplausos de Huracán para el Ciclón campeón de 1972, en el Ducó; los cinco triunfos consecutivos del Globo de Newbery en 1976 (un hecho único en la historia de cualquier clásico); el 5-0 de San Lorenzo, en el Nuevo Gasómetro, en 1995; el 2-1 de Huracán a San Lorenzo, en 2000, antes del récord de Manuel Pellegrini; el doble 4-0 de los Forzosos de Almagro para despedir a Huracán de la A, en la temporada 2002/03... Y tantas historias afines, memorables, únicas; recientes y remotas. Mañana, en otras circunstancias y en otro escenario, Huracán y San Lorenzo reeditarán la vieja rencilla, esa rivalidad nacida en el vecindario, en esa geografía tan porteña, en donde Boedo y Parque de los Patricios dirimen quién es el patrón de la vereda.

Cuando los empujamos a la B

El equipo que dirigía Angel Celoria, en 1981. Tenía un mediocampo notable: Morresi, Marangoni y Babington. En el año del descenso de San Lorenzo, Huracán ganó un clásico clave, que marcó el principio del fin para los de Boedo. Tras esta caída, San Lorenzo apenas sumó seis puntos en nueve fechas. Luego del golpe en el clásico, pasó de la mitad de la tabla a la segunda categoría.

Clausura, decimoquinta fecha: Huracán-San Lorenzo, en el Diego Maradona. Entre tantos partidos que fueron capaces de cambiar historias y recorridos hay uno que construyó tal condición a la sombra de otros. El 24 de junio de 1981, por el Metropolitano, Huracán le ganó 1-0 a San Lorenzo, en La Bombonera. Parecía entonces, apenas un clásico más, un partido cuyo rasgo más significativo había sido que el triunfo quemero fue conseguido tras jugar 47 minutos con un futbolista menos (por la expulsión de José Gerardo Galván). Pero aquel gol de Carlos Centurión modificó el camino de los dos equipos y derivó, nueve fechas más tarde, en el descenso de San Lorenzo. Con esos dos puntos, el equipo que dirigía Victorio Cocco no habría descendido.
Ese encuentro cambió, con claridad, el rumbo de ambos. A esa 25a. fecha, Huracán llegaba con 19 puntos y sólo tenía tres equipos por debajo (Colón, con 15; Sarmiento y Argentinos, con 17). San Lorenzo, en cambio, parecía ajeno a la pelea por evitar los dos puestos de descenso: se ubicaba undécimo con 22 unidades. Pero en las nueve fechas siguientes, todo cambió: Huracán obtuvo 12 puntos de 18 posibles (tras cinco victorias, dos empates y dos derrotas), con dos goleadas incluidas (4-0 a Vélez y 4-1 a Colón); mientras que San Lorenzo apenas sumó seis unidades (un triunfos, cuatro igualdades y cuatro caídas), con un tremendo 2-6 frente a Instituto en Córdoba como punto más bajo. En consecuencia, Huracán finalizó octavo en el Metropolitano; y San Lorenzo, tras perder en la última jornada contra Argentinos, en Caballito, descendió junto a Colón.
Aquella noche de junio, en La Boca, Huracán --dirigido por Angel Celoria-- formó con: Esteban Pogany; Lorenzo Ojeda, Víctor Longo, Galván, Jorge Romero; Claudio Morresi, Claudio Marangoni, Carlos Babington, Julio Apariente (luego Héctor Clide Díaz); Alberto Monzón y Centurión (Bianchini). En San Lorenzo jugaban, entre otros, Rubén Cousillas, Orlando Ruiz, Omar Larrosa, Rubén Suñé, Héctor Scotta, Rubén Insúa y Walter Perazzo.
El gol de Centurión, tras un error de Capurro, sucedió a los 17 minutos del segundo tiempo. "Surgió (entonces) la zurda de Babington, ayudado por la inteligencia de Marangoni y la seguridad de Longo y Romero, para manejar definitivamente el partido", explica Carlos Bonelli, en El Gráfico. De todos modos, lo mejor no fue ese 1-0 en sí mismo, sino las consecuencias que trajo...

Más:
El historial, en el Blog.
El último partido, en el Blog.

Para ver el partido en vivo por Internet:
Roja Directa

viernes, mayo 16, 2008

El clásico en el espejo


El siguiente texto lo escribió Hugo Asch y fue publicado en el diario Perfil, el domingo 4 de noviembre del año pasado, en ocasión del regreso del clásico entre Huracán y San Lorenzo, luego de cuatro temporadas. Es un valioso retrato de esta historia que nació hace 93 años, en aquel enfrentamiento inaugural, en la cancha de Ferro. Es una puesta en escena del más porteño de los clásicos. Una certeza de lucidez, incluso desde el título elegido por el autor, "La aristocracia del barrio":


"El odio del contrario es el amor del
semejante: el amor de esto es el odio
de aquello. Así, pues, en sustancia,
es una cosa misma odio y amor"
Giordano Bruno (1548-1600)

River y Boca tuvieron más fortuna y su enfrentamiento barrial mutó, fue creciendo hasta alcanzar dimensiones extraordinarias. Hoy son parte de cierta universalidad distante, con identificación masiva y fronteras difusas. Ellos no. San Lorenzo y Huracán son antiguos vecinos con historia compartida y en tensión permanente. Crecieron juntos mirándose de reojo, se detestan en silencio, compiten ferozmente, se alegran de la desdicha del otro, en fin, cumplen con las reglas de la convivencia clásica. Son los protagonistas del clásico más tradicional, el más tanguero y el más porteño de todos. Un fenómeno hermético. Los que no son de la zona no lo comprenden tan bien. Ni siquiera parecen estar enterados de cómo va la cosa sus propios futbolistas. “Para mí nuestro clásico es Boca, nunca jugué contra Huracán en primera”, dijo con inocente derroche de ignorancia Jonathan Botinelli, zaguero de San Lorenzo, a días del derby. OK, la historia no parece ser el fuerte de los más jóvenes. Una pena. Porque no hay marketing, ni millones, ni campañas capaces de aniquilar tanto sentimiento de amor y encono, esas dos caras de la misma moneda. Se sabe, el opuesto necesita del opuesto. Dialéctica. El viejo juego de espejos que motoriza a la raza humana desde que el mundo es mundo.
No creo que exista otro club con la cantidad de apodos que exhibe San Lorenzo. A ver: el Santo (una obviedad), los Cuervos (por las negras sotanas de los colegas del fundador, el cura Lorenzo Massa), los Gauchos de Boedo (fatal si riman los rivales), el Ciclón (para no ser menos que sus vecinos), los Forzosos de Almagro (versión vintage) o los Matadores (memoria del equipo de 1968). A Huracán se los llama los Quemeros por su cercanía con la Quema, claro; pero su apodo oficial es el Globito. Las razones de la insólita asociación entre la furiosa tempestad y el globo aerostático que solía volar en vientos calmos el dandy e ingeniero Jorge Newbery bordean lo surrealista. En un arranque más exótico que poético, sus fundadores pretendían llamarlo Club Esperanza Verde y No Pierde. Decididos, fueron hasta la librería de Sáenz y Esquiú para encargar el sello, y una vez allí los planes cambiaron. El dueño del local, un tal Richino, los convenció para que olvidaran ese larguísimo nombre, que adoptaran el emblema de la nave y que finalmente lo bautizaran Club El Huracán. Gustó. Y así continuó la historia.
Otra notable particularidad es la cantidad de jugadores que, aun habiendo jugado en los dos clubes, son queridos y respetados por todos, sin rencores. Próceres sanlorencistas como el Bambino Veira, Doval, el Toscano Rendo y Coco Rossi jugaron, antes o después, en Huracán. Rendo es hincha confeso y, dicen, Veira también: ya jugador de Primera, lo recuerdan jugando al billar en la sede de Caseros con Oscar Bonavena, otro fana histórico. El dato es inequívoco: el enfrentamiento es sólo a partir del vínculo. Son, en esencia, una unidad. Después se destrozan, claro, como en las mejores familias.
Sanfilippo, fantástico goleador de San Lorenzo, es, seguramente, la primera imagen de superestrella que recibí de niño. El tipo era una máquina; petiso con piernas como robles, fanfarrón, implacable. Después, su antítesis, el Lobo Fischer; un misionero espigado, callado, menos veloz pero demoledor. O el gringo Scotta, efectivo pero con menos ángel. Entre 1964 y 1974 San Lorenzo tuvo equipos deslumbrantes (los Carasucias de Doval, Telch, Areán, Veira y Casa) y efectivos (con Toto Lorenzo). Huracán hizo lo suyo recién con Menotti en 1973 y armó una de esas delanteras que recitamos a la antigua, con el placer de la buena poesía: Houseman, Brindisi, Avallay, Babington y Larrosa. Ah... Ese fue el esplendor que antecedió a la pesadilla. Después de 1976, ellos, nosotros, todos, nos fuimos al descenso.
No soy un experto. Vi el clásico una sola vez. Fue en Racing y recuerdo apenas un par de cosas; la melena del Ratón Ayala agitándose al viento y la banda que me robó el reloj a la salida y me pegó hasta aburrirse. No insistí. ¿Qué puede darnos el partido de hoy? La emoción del regreso, sobre todo. Convertidos en vidrieras para seducir a empresarios, es bien difícil que hoy un equipo nos enamore y mucho menos que esté a la altura de la fiesta popular que lo rodea. Si sucede, durará lo que un amor de primavera. No hablemos de jugadores, mejor. El show será de la gente. Y de los que todavía perduran, los que dejaron su huella. Los entrenadores. Por un lado Ardiles, un 8 deslumbrante y de manejo exquisito que brilló junto a Villa en el muy físico fútbol inglés. Y por el otro, Ramón Díaz, brillante jugador, ganador compulsivo como técnico gracias a su picardía y a su talento para manejarse en las cerradas curvas del poder.
(...)San Lorenzo y Huracán constituyen una historia cerrada, inaccesible para el no iniciado, pura de toda pureza. Una pelea de parientes con bronca, de pares, de viejos socios o de ex parejas. (...)Lo más parecido al infierno universal.

jueves, mayo 15, 2008

Una década de paridad

Paolo Goltz fue el autor del último gol del clásico. Sucedió el 4 de noviembre del año pasado, en un Nuevo Gasómetro repleto. Con aquel 1-1, Huracán dejó afuera a San Lorenzo de la posibilidad de pelear por el título, de su deseo de ganar el bicampeonato.

Hace siete años que Huracán no derrota a San Lorenzo, desde aquel gol de Emanuel Villa, en la mañana del 9 de diciembre de 2001. Sin embargo, en la última década el historial del paradigma del clásico barrial está igualado: tres victorias para cada uno y cuatro empates.
Más allá de los dos golpes tremendos de San Lorenzo en la última despedida de Huracán a la B Nacional (un doble 0-4 en la temporada 2002/03), los últimos diez años fueron una sucesión de vaivenes. Desde aquel 2-1 para Huracán en el Clausura de 1998 hasta el cabezazo de Paolo Goltz en el último 1-1, en el Nuevo Gasómetro, que le impidió a San Lorenzo pelear por el bicampeonato. Lo que sigue es un recorrido por esa historia reciente y pareja:

1) 7/6/1998, Clausura: Huracán 2-San Lorenzo 1. Con esta victoria, por la última fecha de la temporada 97/98, Huracán evitó el último puesto en el Clausura. Los goles fueron convertidos por dos jóvenes de las inferiores: Antonio Barijho y Daniel Montenegro. Resultó, además, la primera victoria de Huracán desde 1994 (siete partidos, dos empates y cinco derrotas).
2) 22/11/1998, Apertura: San Lorenzo 2-Huracán 0. El equipo de Parque de los Patricios, que finalizó 18o. en el torneo, necesitaba puntos para evitar el descenso; San Lorenzo no se jugaba nada.
3) 1/6/1999, Clausura: Huracán 1-San Lorenzo 1. Ese cabezazo de Marcos Barlatay para el empate quemero, en Liniers, significó más que un punto: fue el único desahogo de una campaña pésima, que incluyó el último puesto del torneo y el descenso, incluso decretado antes del partido. Bernardo Romeo había puesto en ventaja a San Lorenzo.
4) 10/9/2000, Apertura: Huracan 2-San Lorenzo 1. En el primer clásico tras el segundo regreso a la máxima categoría, Huracán se impuso con goles del uruguayo Sebastián Morquio y de Iván Gabrich. Romeo señaló el empate parcial. Cerca del final del partido fue expulsado el arquero local Martín Ríos.
5) 11/3/2001, Clausura: San Lorenzo 1-Huracán 1. El equipo local estuvo más cerca del triunfo, pero le faltó precisión para definirlo. Huracán se conformó muy rápidamente con la igualdad. Los goles los anotaron Raúl Estévez y Sergio Berti. El San Lorenzo campeón y récord, dirigido por Manuel Pellegrini, no pudo con un valioso Huracán.
6) 9/12/2001, Apertura: San Lorenzo 0-Huracán 1. San Lorenzo, que se preparaba para la final de la Copa Mercosur, no puso a todos sus titulares. Miguel Brindisi acertó con el cambio: hizo ingresar al juvenil Emanuel Villa, quien definió el partido tras una buena jugada de Lucho González.
7) 5/5/2002, Clausura: Huracán 1-San Lorenzo 1. El partido fue flojo y el empate resultó justo. El local arrancó mejor y luego lo equilibró San Lorenzo. Los goles los anotaron Villa y, un minuto después, Leonardo Rodríguez. El equipo de Brindisi finalizó cuarto en el torneo, la segunda mejor campaña de las últimas tres décadas.
8) 9/11/2002, Apertura: Huracán 0-San Lorenzo 4. Con una gran actuación de Leandro Romagnoli, tres goles de Rodrigo Astudillo y uno de Pablo Michelini, San Lorenzo se aprovechó de la peor temporada de Huracán en la A y volvió a ganar un clásico en Parque Patricios después de ocho años. El partido no terminó por incidentes en la tribuna local.
9) 14/6/2003, Clausura: San Lorenzo 4-Huracán 0. El local fue ampliamente superior y goleó al ya descendido Huracán. Los goles fueron anotados por Alberto Acosta (2), José Chatruc y Damián Luna.
10) 4/11/2007, Apertura: San Lorenzo 1-Huracán 1. Se vuelve a jugar el clásico tras cuatro temporadas. La igualdad lo dejó a San Lorenzo afuera de su pretensión de ir por el bicampeonato. Ganaba el local con gol de Jonathan Bottinelli; empató Paolo Goltz. Fue el clásico del Día Mundial del Silencio.

miércoles, mayo 14, 2008

Cuando San Lorenzo abandonó

El plantel de San Lorenzo que disputó el campeonato de la Primera B en 1982. Huracán, mientras tanto, cumplía 68 temporadas ininterrumpidas en la máxima categoría. Por primera vez desde 1915 no se jugó el clásico entre ambos.

El 15 de agosto de 1981, en la cancha de Ferro, San Lorenzo perdió 1-0 contra Argentinos y se convirtió en el primer equipo grande en irse a la B. Ese día, Mario Alles le atajó un penal decisivo a Eduardo Delgado y el único gol lo hizo Carlos Salinas, también de penal. Poco menos de dos meses antes, en la Bombonera, se había jugado el último clásico de la temporada entre Huracán y San Lorenzo. Aquel 24 de junio, el equipo de Parque de los Patricios obtuvo un triunfo memorable, más allá del exiguo 1-0. Una victoria les habría garantizado a los azulgranas permanecer en la máxima categoría.
En 1982, San Lorenzo jugó en la B; y Huracán cumplió 68 años ininterrumpidos en la máxima categoría. En esas campañas paralelas hubo algunos detalles interesantes. El 22 de agosto, en el Ducó, Huracán derrotó 2-0 a Newell's y quedó como líder, con apenas un gol recibido en siete fechas (0-1 en La Plata, ante Estudiantes, luego campeón). En la segunda división, mientras tanto, San Lorenzo derrotaba 3-0 a Argentino de Quilmes (hoy milita en la Primera D, la quinta categoría) y 1-0 a Estudiantes de Buenos Aires. Así, el equipo que dirigía José Yudica era líder, aunque ya había sufrido cinco derrotas: con Deportivo Morón (0-1, por sanción de la AFA), con Colón (0-2, en Santa Fe), con Banfield (0-2, en el Sur), con Gimnasia (0-2, en La Plata) y con Almirante Brown (0-2, de local).
A la semana siguiente, el puntero de la B cayó 1-0 ante Lanús (que venía de jugar en la Primera C el año anterior). Mientras que Huracán igualó 1-1 ante Argentinos, como visitante, y mantenía firmes sus pretensiones de pelear el título, nueve años después de su última conquista.
A consecuencia de que San Lorenzo estaba en la B, no se disputó ese año el paradigma del clásico barrial. Sin embargo, Huracán enfrentó al resto de los grandes. Y de los ocho encuentros que jugó no perdió ninguno. Frente a Boca, el superclásico rival de la década del 20, igualó en las dos ocasiones (0-0 en la Bombonera y 3-3 en el Ducó); contra Independiente, subcampeón de ese Metropolitano, ganó uno (1-0, en la primera fecha) y empató el otro (1-1, en Avellaneda); ante River igualó en Parque de los Patricios (0-0) y se impuso en el Monumental (2-1); y con Racing no recibió goles (0-0, en Avellaneda; y 1-0, en el Ducó). San Lorenzo, sin querer, había abandonado el clásico.

lunes, mayo 12, 2008

Por una cabeza

Federico Nieto puso la cabeza como tantas veces. Saltó, ganó en lo alto y la colocó ahí, donde Justo Villar ya no podía llegar. Un gol. Tres puntos ante un rival que llevaba diez partidos sin perder en el Coloso del Parque de la Independencia. Es el tercer tanto de Nieto en el Clausura y el quinto en la temporada. Parecen pocos considerando su constancia, su presencia en el área y su juego aéreo. Sin embargo, también con esas particularidades es valioso en otros aspectos menos visibles: las pelotas detenidas rivales, los espacios que le genera a Andrés Franzoia y todo lo que aguanta con su cuerpo. Lo malo es que, casi seguro, ya no estará la próxima campaña. Pero antes de lamentarlo hay un clásico y otras cuatro fechas con partidos decisivos... Y aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir...

domingo, mayo 11, 2008

Jugadores & cuerpo técnico: ¡chapeau¡


Clausura, decimocuarta fecha: Newell's 0-Huracán 1. Cincuenta puntos. Sí, cuando faltan cinco fechas para el final de la temporada, Huracán ya tiene esa cantidad de puntos. Y el mérito principal es de este grupo de jugadores, corajudos, metedores, inquebrantables. Porque a pesar del contorno, de las dificultades de un club que fue dañado por décadas, ellos no sólo ya garantizaron el Centenario en Primera, ya sumaron puntos para el necesario colchón para la próxima temporada y pusieron al equipo ante la posibilidad de acceder a la Copa Sudamericana, que sería el regreso al ámbito internacional luego de 14 años.
No sólo eso. La victoria en Rosario tuvo un carácter histórico: fue la primera en 18 años, tras diez derrotas y apenas un empate. Y ahora, con este impulso grande, se viene un partido esperado: el clásico ante un agrandado San Lorenzo, que sigue en la Copa Libertadores y que da pelea en el Clausura. Será una final. Los jugadores lo saben. E irán, como dicen los españoles, a por ellos. Y eso, para todos, es una preciosa tranquilidad.

El mejor: Federico Nieto.
El peor: Andrés Franzoia.

Más:
La camiseta del Centenario, en la Página Oficial.
Algunos detalles de la Sede, en la Página Oficial.
Entrevista a Federico Nieto, en Olé.

Así estamos:
En el Clausura
En los promedios
El fixture

sábado, mayo 10, 2008

Una victoria y su consecuencia insólita

El equipo de Newell's, en tiempos de Marcelo Bielsa. Fue ganador del Apertura de 1990 y campeón de la temporada 90/91. Luego, en 1992, obtuvo el Clausura y fue finalista de la Copa Libertadores. La primera derrota la sufrió contra Huracán.

Clausura, decimocuarta fecha: Newell's-Huracán. El 2 de septiembre de 1990*, Huracán ganó su primer partido en el regreso a la A, tras cuatro temporadas en el Nacional B. Y no sucedió ante un rival cualquiera: aquel 2-1, en el Parque de la Independencia, fue también la primera caída del Newell's de Marcelo Bielsa, el más exitoso de la historia rojinegra (dos títulos locales y el subcampeonato de la Copa Libertadores entre 1990 y 1992). Esos días, sin embargo, no parecían sencillos para el equipo rosarino: tenía un promedio escaso, un técnico sin experiencia y una dupla central casi sin roce (Fernando Gamboa, de 20 años, y Mauricio Pochettino, de 18).
Huracán venía de sumar un punto en sus primeros dos encuentros (2-2 ante Mandiyú, en Corrientes, y 0-2 contra Boca, en el Ducó). Este triunfo sirvió como un buen impulso para aquella aceptable campaña del retorno a la máxima categoría (finalizó octavo junto a Boca en el Apertura y sexto junto a Vélez en el Clausura, tras 12 victorias, 16 empates y 10 derrotas). Huracán afrontó la vuelta a la A con la base del equipo que había ganado el Nacional B de la temporada 89/90 más algunos refuerzos complementarios: los defensores Marcelo Asteggiano (de Cruz Azul) y Gustavo Maciel (de Deportivo Italiano), el mediocampista Javier López (de Colón) y el delantero Héctor Miranda (de Ferro).
En Rosario, aquella tarde de domingo, Huracán no pudo contar con tres de sus figuras: Fernando Quiroz, Héctor Herrero y Antonio Mohamed. En consecuencia, el técnico Carlos Babington formó el equipo con: Gabriel Puentedura; Ramón Brítez, Héctor Cúper (luego Asteggiano), Ariel Wiktor, Maciel; Carlos Amodeo, Walter De Felipe, López; Víctor Delgado; Sergio Saturno y Miranda (Gustavo Szulz).
Huracán se puso en ventaja a los 41 minutos del primer tiempo, con un gol de Saturno. "Miranda combinó con Delgado, que habilitó a Saturno ubicado en el borde del arco. En una línea con los dos defensores, el atacante le pegó con su pierna derecha y el balón ingresó junto al poste izquierdo, a pesar de la estirada de Scoponi", señala el comentario del suplemento deportivo de Clarín. Ya a los 29 del segundo tiempo, Delgado puso el 2-0. Parecía resuelto, pero Huracán se complicó: tres minutos después, se fue expulsado Maciel. Entonces, Newell's descontó (a los 44, a través de Eduardo Berizzo) y estuvo en la cornisa del empate sobre la hora. Pero Puentedura -una de las figuras de la cancha, junto a Delgado- lo evitó.
Bielsa y sus jugadores, tras la derrota, terminaron silbados e insultados por sus hinchas. Lo que continuó para el Loco, sin embargo, fue un ciclo impecable. Y, claro, nunca volvería a vivir un desenlace semejante en su Newell's.

*Desde entonces pasaron once visitas sin victorias de Huracán frente a Newell's (diez derrotas y un empate). Es decir que el equipo de Parque de los Patricios lleva 18 años sin imponerse en el Parque de la Independencia.

Más:
El historial, en el Blog.
El último partido, en el Blog.

Para ver el partido en vivo por Internet:
Roja Directa

jueves, mayo 08, 2008

Un espacio en la historia

Quilmes, en la Copa Libertadores de 2005, ante The Strongest, de Bolivia. Aquel equipo que dirigía Gustavo Alfaro fue el último llegado de la segunda división en clasificarse a una competición internacional. Antes sólo un equipo había tenido ese privilegio: Rosario Central en la temporada 1986/87, en la que se consagró campeón. ¿Será Huracán el tercero?

Sólo dos equipos en la historia del fútbol argentino consiguieron acceder a una competición internacional en la primera temporada posterior al ascenso a la máxima categoría. Luego de su título de la B en 1985, Rosario Central obtuvo algo inédito: fue campeón en la campaña 1986/87, con aquel equipo dirigido por Angel Zof, que tenía a Omar Palma, Roberto Gasparini, Osvaldo Escudero y Edgardo Bauza como principales referentes. La consagración le permitió acceder a la Copa Libertadores. Más cerca en el tiempo, en la 2003/04, Quilmes --recién llegado de la B Nacional, tras ganar la final por el segundo ascendo-- finalizó quinto en la temporada y se clasificó para la Libertadores y para la Sudamericana.
Ahora, Huracán (y también Tigre) tiene la posibilidad de acceder a ese espacio de la historia. No será sencillo por el fixture que resta y por los rivales con los que se compite. Pero ese pedazo de gloria espera. Y está al alcance. Este es el panorama:
A la Sudamericana se clasificarán seis equipos argentinos (Boca y River, como invitados, y los cuatro mejor clasificados de la tabla general de la temporada). Esta es la tabla acumulada de puntos de la temporada:

1. Boca 57 pts.
2. Estudiantes 57 pts.
3. San Lorenzo 56 pts.
4. Independiente 51 pts.
5. Vélez 51 pts.

6. River 50 pts.
7. Tigre 50 pts.
8. Argentinos 48 pts.
9. Newell's 48 pts.
10. Huracán 47 pts.
11. Banfield 47 pts.
12. Lanús 46 pts.

De todos modos, habrá que lidiar con un tramo final tremendo. Aunque si Huracán repite el cierre que tuvo en el Apertura (14 de los últimos 18 puntos), accederá a un torneo internacional después de más de una década (la última participación fue en la Conmebol de 1994, en la que quedó eliminado en la primera ronda contra Cerro Corá, de Paraguay). Las seis fechas que restan tienen carácter de final:

14a. Newell's, en Rosario. Rival directo por el acceso a las Copas y aún sin garantías de permanencia en la A. Resultado del Apertura: 3-1, en Vélez.
15a. San Lorenzo, en el Diego Maradona. Es uno de los líderes del Clausura. Resultado del Apertura: 1-1, en el Nuevo Gasómetro.
16a. River, en el Monumental. Puntero del Clausura. Resultado del Apertura: 2-1, en La Paternal.
17a. Estudiantes, en el Diego Maradona. Completa la serie de tres partidos seguidos contra los que comparten la cima del torneo local. Resultado del Apertura: 1-1, en La Plata.
18a. Racing, en Avellaneda. Lucha por permanecer en la A. Ahora está en zona de Promoción. Resultado del Apertura: 3-0, en Argentinos.
19a. Vélez, en el Diego Maradona. Está en la pelea por el Clausura (está a tres de los primeros) y en la de las Copas (suma 51, cuatro más que Huracán). Resultado del Apertura: 2-1, en Liniers.

miércoles, mayo 07, 2008

De aquellos escombros a esta realidad


Lo que sigue fue publicado en Clarín diciembre de 2002. Es un retrato de los días más traumáticos de esta vida centenaria. Hoy el contexto parece un poco menos devastador, más allá de lo deportivo. Pero el presente no ofrece tampoco una sensación de calma; apenas el entusiasmo de haber regresado a Primera con un grupo de futbolistas y entrenadores corajudos. Ojalá no haya que volver a escribir o a leer un escenario como aquél. Es un deseo de todos. Es una obligación de todos.

Son días duros para Huracán, ese club entrañable, de inequívoco carácter porteño, dueño de tradiciones de grande y presente de pobre. Son momentos de crisis para este club querible, víctima del implacable paso de dirigentes devastadores, sospechados de enriquecerse a costa del empobrecimiento del club que alguna vez ocupó sus corazones. Huracán, el de Parque Patricios, el de siempre, realizó en el Apertura 2002 la peor campaña de sus 94 años de historia: terminó último de 20 equipos por primera vez en el profesionalismo, ganó apenas dos partidos y sólo sumó el 28,95 por ciento de los puntos. Pero no es sólo el detalle numérico vinculado a lo futbolístico es el que le pone testimonio a la crisis. El problema de Huracán es mucho más profundo e involucra lo institucional y lo económico en un cóctel que le hace mucho mal a su salud.
"La situación de Huracán es una pequeña radiografía del país", le dice a Clarín el presidente Marcelo Buenaga. Y a su frase la acompaña una realidad que abarca las últimas dos décadas: el decaimiento de Huracán se parece bastante al de la Argentina. Ni siquiera parece casual el detalle geográfico: Huracán es un punto de referencia insoslayable del sur de la Ciudad de Buenos Aires, ese sur de postergaciones y de dolores. En concurso preventivo y con más de 20 millones de pesos de deuda, Huracán apenas peleó seriamente un torneo en 25 años: el Clausura 94 con Héctor Cúper como entrenador.
Pero la crisis futbolística actual es bastante más gruesa que cualquiera de las anteriores. Dos ejemplos: 1) En su primer descenso, en la temporada 85/86 tenía un equipo aceptable que peleó hasta el final. Además, contaba con dos futbolistas bien cotizados, Claudio Cabrera y Claudio García. 2) Cuando se fue a la B Nacional en la 98/99 no pudo darle forma de equipo a un muy buen póker de individualidades: Gastón Casas, Daniel Montenegro, Sixto Peralta y Andrés Silvera, más tarde transferidos por Huracán en cifras en millones. La lectura es sencilla: incluso en aquellos momentos de debacle, Huracán tenía futbolistas cotizados como para sostener la economía del club. Ahora, ni siquiera eso consigue limitar la desazón del fracaso deportivo. Los jugadores con mayores posibilidades de ser transferidos (Alejandro Alonso y Daniel Garipe) no tienen cotización en millones ni bastante menos.
La idea de los dirigentes es obtener alrededor de 500.000 dólares por alguna/s transferencia/s. "Con eso cubriríamos casi todos los agujeros", contó el dirigente Diego Passo. Pero como no llegan ofertas, la conducción del club analiza la posibilidad de seducir "a los empresarios y personajes influyentes que llevan al Globo en el corazón para hacer La Gran Independiente". Cuentan quienes conocen la interna del club que ya hubo charlas con algunos de ellos: Alejandro Ginevra, del grupo inmobiliario Aranalfe; Edgardo Tekiel, de la cadena de farmacias TKL; los empresarios Raúl Ruibal y Carlos Girola; Ricardo D'Amato, presidente de Afac; el gremialista Armando Cavalieri; el dirigente radical Rafael Pascual; y el ex candidato a presidente por la Izquierda Unida Néstor Vicente. Sin embargo, por ahora, sólo quedó en un entusiasmo inicial. "Necesitamos apoyo económico sí o sí. No hay otra. Pero sin tranquilidad política es imposible que algún empresario se anime a confiar en el club", explica Buenaga. Y a su referencia la acompaña una sombra creciente en estos últimos meses: el regreso del polémico Jorge Batet, el mismo dirigente que la actual comisión directiva echó de su cargo. Un hombre ligado a Huracán desde hace varios años y quien pidió que no se revelara su nombre contó: "No podemos permitirnos esta barbaridad. ¿O acaso nos olvidamos de todo lo que hizo Batet? ¿O por qué no nos preguntamos dónde está buena parte de la plata de las ventas de Calandria, Casas, Montenegro...? Sería como permitir el regreso del enemigo".
"Va todo de la mano: si no hay paz en el club, no hay plata porque nadie apuesta; si no hay plata, no hay chances de mantener un equipo con posibilidades; si no hay un equipo con posibilidades, no se generan nuevos ingresos... Y así estamos". El análisis de Diego Passo, vicepresidente 1° del club, se parece bastante a un laberinto. Pero hay más recovecos complejos en el laberinto: por ejemplo, la relación entre Babington y el plantel no parece la ideal para escaparle a una crisis. Los roces de los últimos tres meses —las discusiones con Sebastián Morquio y Rodolfo Graieb y la licencia múltiple como máximos exponentes— dejaron huellas. "Fallaron los jugadores de experiencia", dijo el presidente Buenaga al ser consultado. Estos cortocircuitos son un eslabón más en una crisis de difícil solución. La crisis del querible Huracán, esa víctima del devastador andar de sus conductores.


Actualización:
La camiseta del Centenario y los hinchas, en Patria Quemera.
La transferencia de Sánchez Prette, en la Página Oficial.
Dos pedidos de quiebra, en Patria Quemera.

lunes, mayo 05, 2008

1967: Apenas destellos

Alfredo Obberti, El Mono, fue un producto genuino de Parque de los Patricios. Sin embargo, llegó a ser ídolo y referente en Newell's y en Los Andes. Debutó en Primera en 1962, a los 17, cuando ya jugaba en los seleccionados juveniles. No pudo consolidarse en el primero de sus tres ciclos en Huracán (1962/1964). Tras su destacado paso por Colón, en la B, regresó al club en 1966. En ese año y en el Metropolitano de 1967 exhibió lo mejor: su facilidad para llegar al gol. Hizo entre esos dos torneos 25 goles en 48 encuentros. Una curiosidad: en los restantes 26 partidos que jugó (incluyendo los de su regreso en 1969) sólo convirtió un tanto. Luego, ya con la camiseta de Newell's (foto), fue crack y campeón en 1974.

La de este año fue una campaña con muchos altibajos y varios desencantos. En el Metropolitano, Huracán estuvo lejos de la pelea por llegar a las semifinales (terminó a nueve puntos de los dos clasificados de su grupo, Estudiantes y Racing) y se quedó afuera del Nacional (accedían los seis primeros de cada zona) en la última fecha: igualó sin goles contra Colón, en el Ducó. Y Quilmes, al vencer 2-1 a Atlanta, le sacó un punto de ventaja en la disputa de la sexta plaza.
En su recorrido por el primer torneo del año, Huracán sólo sumó dos puntos (1-1 ante Boca, de local, y 0-0 frente a Racing, en Avellaneda) en sus seis enfrentamientos contra equipos grandes. Contra San Lorenzo, cuarto en el grupo B, perdió los dos enfrentamientos interzonales: 0-2 en Parque de los Patricios y 1-2 en Boedo.
En el Promocional, ante rivales de menor jerarquía, el equipo tuvo algunas actuaciones relevantes. Entre ellas, tres goleadas frente a equipos del Interior: 8-2 ante Atlético de la Juventud Alianza, de San Juan; 4-0 a Racing de Córdoba; y 3-0 contra Sportivo Guzmán de Tucumán. Las dos primeras sucedieron en el Ducó; la segunda en el Jardín de la República. Sin embargo, la mejor noticia tuvo que ver con el debut de un pibe al que le decían Bife, que conocía cada rincón del barrio y que asomaba con inminencia de crack: Miguel Angel Brindisi. En ese torneo disputó diez encuentros e hizo tres goles.
De todos modos, el repunte exhibido en el Promocional no sirvió para cambiar la sensación agria de una temporada despojada de protagonismo. Se trató, apenas, de unos pocos destellos a modo de modesto consuelo.

Campaña:
Metropolitano: Séptimo, grupo A. G 5; E 10; P 7 / GF 30; GC 34.
Promocional: Segundo. G 9; E 3; P 2 / GF 36; GC 15.

Posiciones:
Metropolitano:
1. Estudiantes.
2. Racing (finalista).
3. Platense (semifinalista).
3. Independiente (semifinalista).

Nacional*:
1. Independiente 26 pts.
2. Estudiantes 24 pts.
3. Vélez 20 pts.
3. Rosario Central 20 pts.
*Huracán no participó.

Promocional:
1. Gimnasia La Plata 22 pts.
2. Huracán 21 pts.
3. Colón 18 pts.

Figuras:
Metropolitano:
1. Miguel Loayza, mediocampista/delantero.
2. Alfredo Obberti, delantero.
3. Jorge Ginarte, defensor.
3. Sebastián Viberti*, mediocampista.
*Participó del Sudamericano que se disputó en 1967 en Montevideo. Argentina fue subcampeón, luego de cuatro triunfos y una derrota (ante el campeón Uruguay). Viberti jugó dos partidos.

Promocional:
1. Jorge Davino, mediocampista.
2. Miguel Loayza, mediocampista/delantero.
3. José Diez, defensor.

Partidos para la historia:
1. 1/10: Huracán 8-Juventud Alianza, de San Juan 2. Impresionante resultado en el Ducó, en el Promocional. Sólo en otros seis partidos, Huracán consiguió tantos o más goles: 10-1 a Comercio (1914); 10-4 a Central (1945); 9-3 a Tigre (1938); 9-0 a Colón (1970); 9-2 a Unión de Villa Krause (en 1986, por el Nacional B) y 8-0 a Gimnasia La Plata (1968).
2. 16/4: Vélez 1-Huracán 2. El mejor triunfo del equipo en el Metropolitano, en el que sólo sumó cinco éxitos. El rival, que sería campeón al año siguiente, se quedó a dos puntos de acceder a las semifinales.
3. 12/11: Huracán 4-Racing de Córdoba 0. Otra goleada por el Promocional, la segunda en cuanto a diferencia en la campaña.

Plantel:
Metropolitano: Toribio Adorno (1); Miguel Alvarez (6, 1); Julio Bordatto (2); Alberto Cabaleiro (3); Edgardo Cantú (7); Jorge Davino (13, 1); Juan Devoto (10); José Diez (22, 1); Alberto Dopacio (3); Omar Fernández (14); Jorge Ginarte (21); Tito Manuel Gómez (11); Rolando Irusta (3); Miguel Loayza (13, 9); Alejo Medina (6, 1); Raúl Navarro (19); Alfredo Obberti (20, 11); Raúl Poncio (14); Eduardo Tarchini (2); Hugo Tedesco (21, 3); Luis Vera (12, 1) y Sebastián Viberti (19, 1).
Promocional: Julio Bordatto (7, 1); Miguel Brindisi (10, 3); Alberto Cabaleiro (1); Edgardo Cantú (14); José Dacunto (5); Jorge Davino (13, 11); José Diez (14, 1); Alberto Dopacio (4, 1); Omar Fernández (7); Oscar Fuentes (1, 3); Jorge Ginarte (13); Tito Manuel Gómez (5, 1); Rolando Irusta (3); Miguel Loayza (12, 10); Raúl Navarro (14); Alfredo Obberti (4); Raúl Poncio (4); Mario Sotera (2, 1); Eduardo Tarchini (1); Hugo Tedesco (14, 1); Luis Vera (7, 2) y Sebastián Viberti (2, 1).

domingo, mayo 04, 2008

A los que insultan


Hay una sensación que me desencanta: el absurdo insulto a jugadores de este plantel. A seis fechas para el final, Huracán garantizó su Centenario en la A. Con los mismos futbolistas que toleran rechazos y murmullos ridículos. Este plantel merece respaldos, abrazos, aplausos. Da pena salir del Diego Maradona, ahora nuestro reducto de La Paternal, y escuchar quejas por el modo de jugar del equipo. Esa falta de realismo causó demasiado daño en la historia reciente. Cada vez que sucede una escena afín recuerdo el día en que Héctor Cúper decidió renunciar, empujado por los insultos, un puñado de meses después de la mejor campaña de los últimos treinta años (subcampeón en el Clausura 1994).
Huracán jugó nueve de sus últimas 22 campañas en la segunda categoría del fútbol argentino. Todos sabemos el dolor de ese retroceso, de esos partidos ante rivales merodeadores de las últimas categorías. Sin embargo, ahora que un equipo en nombre de consolidarse no luce, hay quejosos que se fastidian. Pasó después del empate sin goles contra Independiente. Volvió a acontecer tras el 1-0 (tan valioso) ante Gimnasia de Jujuy.
Para todos aquellos que insultan con la liviandad del que ignora, los invito a memorizar. Lo que sigue es un recorrido de aquellos rivales más remotos a los que tuvimos que enfrentar. A los diez equipos que nunca jugaron en Primera, pero que en alguna ocasión estuvieron ahí, enfrente, en vez de San Lorenzo o de Boca.
Pasen, vean y comparen. Pero no insulten.

1. Unión de Villa Krause, San Juan. Su única participación en la segunda categoría del fútbol argentino sucedió en la temporada 86/87 del Nacional B. Está lejos de ser un grande de la Liga Sanjuanina: San Martín, Sportivo Desamparados y Juventud Alianza están muy por encima. Actualmente participa del Torneo del Interior (Argentino C), la quinta categoría. Contra Huracán disputó dos encuentros. Y en ambos se impuso el equipo de Parque de los Patricios: 9-2 en San Juan y 3-2 en el Ducó.

2. Estación Quequén, de Necochea. Su mayor logro fue haber llegado al Nacional B, para sorpresa de casi todos, luego de eliminar a Olimpo de Bahía Blanca. Disputó la temporada 88/89. Y ese mismo año descendió. Luego retrocedió casi sin escalas. Y se pasó la última década participando de la Liga necochense de fútbol. Y ahora regresó al ámbito nacional: es parte de la zona 41 del Argentino C. Frente a Huracán, aquel equipo en el que se destacaba Fabián Mainardi (luego jugó en la A para Lanús) perdió las dos veces que se enfrentaron: 2-1 en Parque de los Patricios y 4-1 en Necochea.

3. Villa Dálmine. Desde su afilición a la AFA, en 1961, participó de todas las categorías del Ascenso. Fue campeón de la D, de la C, de la Primera B (cuando era la tercerca división, en 1988/89) y jugó cuatro años en el Nacional B (entre 1989 y 1993). En la temporada 1989/90 enfrentó dos veces al Huracán que luego se consagraría. Y festejó: empató 1-1 en el Ducó y goleó 3-0 en Campana. Este triunfo está ubicado en el podio de la historia Violeta, junto a un 8-0 a Colón y un 3-1 a Racing. Ahora, disputa el campeonato de la C.

4. San Miguel. Fundado en 1922, recién jugó su primera temporada en la B en 1985, año en el que fue la revelación al llegar a las semifinales del Octogonal, tras ser el escolta de Rosario Central y sumar más puntos que Racing. Fue dos veces campeón en el Ascenso: de la Primera D en 1979 y de la Primera C en 1984. En sus seis campañas en la segunda categoría, sólo se cruzó con Huracán en la edición 1999/2000 de la B Nacional. Y hubo dos empates: 2-2 en Alcorta y Luna y 3-3 en Ferro. Su estadio de Los Polvorines, donde Huracán nunca jugó, tiene capacidad para 6.800 espectadores. En la actualidad, juega en la Primera C, la cuarta categoría.

5. Ben Hur, de Rafaela. Está detrás de Atlético y de 9 de Julio en términos de importancia en la Liga de fútbol de su ciudad. Fundado en 1940, recién llegó a la B Nacional en 2005. En sus primeras dos temporadas en esa categoría enfrentó cuatro veces a Huracán: dos triunfos quemeros, un empate y una victoria rafaelina. Pero el equipo de Parque de los Patricios nunca consiguió imponerse en el Estadio Parque. Ben Hur, sin embargo, se destaca en básquetbol: en la temporada 2004/05 fue el vencedor de la Liga Nacional y, en 2006, se impuso en la Liga Sudamericana.

6. Villa Mitre, de Bahía Blanca. Es el principal rival de Olimpo en la Liga del Sur, de la que fue ocho veces campeón de Primera y tres de Segunda. Sin embargo, no se pudo dar el lujo de otros tres vecinos que participaron de la máxima categoría de la AFA: Olimpo, Huracán de Ingeniero White y Puerto Comercial. Se trepó dos veces hasta el segundo escalón: ascendió a la B Nacional en 1999 y en 2006, pero no consiguió continuidad. En la campaña 06/07, goleó 5-2 a Huracán, en Bahía Blanca, en su resultado más importante. En la revancha, en el Ducó, se impuso el local por 3-1. Ahora, Villa Mitre participa en el Argentino A.

7. Comisión de Actividades Infantiles, de Comodoro Rivadavia. Es el más nuevo de los equipos que compiten en las primeras dos divisiones de la AFA: se fundó en 1984 con la idea de promover el fútbol de salón Infantil. Su primer partido oficial lo disputó el 13 de enero de 1994, por la segunda categoría de la Liga de Comodoro Rivadavia. En sólo 8 años, logró cinco ascensos. Participó por primera vez en la B Nacional en la temporada 2002/03. Ante Huracán se enfrentó en ocho ocasiones: tres triunfos patagónicos, tres empates y dos victorias quemeras.

8. Argentino de Rosario. Fue campeón en dos ocasiones de la Liga de Rosario (en 1944 y 1948). En 1984, vivió sus días de gloria. Recién llegado de la C, fue protagonista central de la Primera B, le ganó a Racing y participó del Octogonal. Antes y después, el equipo Salaíto se pasó merodeando entre la tercera y la cuarta categorías del fútbol argentino, con un breve paso por la B Nacional, luego de su ascenso en 1999. Con Huracán se enfrentó en la temporada 1999/2000: fue empate en el Ducó y goleada 5-0 para el visitante en la cancha de Newell's.

9. Deportivo Maipú, de Mendoza. El año pasado cumplió 80 años. En la Liga mendocina, en la que fue cuatro veces campeón, está detrás de varios equipos con antecedentes en Primera: Gimnasia y Esgrima, San Martín, Independiente Rivadavia, Godoy Cruz y Huracán Las Heras. Jugó en el Nacional B desde su fundación (en 1986) hasta la temporada 1991/92. En 1998, luego de tocar fondo y jugar en la segunda de la Liga local, ascendió y en 2003 obtuvo su último título. Este año se encuentra disputando el Argentino B. Con Huracán se enfrentó en las cuatro primeras campañas en la segunda división: de los ocho enfrentamientos, Huracán ganó cinco; Maipú, dos; y empataron uno.

10. Defensa y Justicia. El equipo de Florencio Varela es un clásico de la B Nacional desde sus días fundacionales. El Halcón, que jugó en todas las categorías de Ascenso, ya disputó 18 temporadas en la segunda división del fútbol argentino. Y por ahora, a pesar de acceder a algunos Reducidos y de dar pelea hasta la última fecha en la temporada 06/07, nunca consiguió acceder a la A. Se enfrentó con Huracán en 18 ocasiones: hubo once triunfos quemeros, cuatro empates y tres victorias de Defensa.

Además, Huracán jugó contra otros equipos que apenas disputaron un puñado de partidos en la máxima categoría: El Porvenir (en el Amateurismo), Almirante Brown (un Reclasificatorio), Defensores de Belgrano (en el Amateurismo y un Reclasificatorio), Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay (una Promoción) o Ferro de General Pico (un Nacional; seis partidos). También enfrentó a equipos que, aunque luego ascendieron a la A, al momento de jugar ante ellos aún no conocían la división más alta del fútbol argentino: Armenio (en la 86/87, un año después de que jugara en la C), Mandiyú, Atlético de Rafaela, Arsenal, Huracán de Tres Arroyos o Tiro Federal de Rosario.