viernes, noviembre 30, 2007

El Ducó, Patrimonio Histórico


A partir de ayer a última hora, el Tomás Ducó es Patrimonio Histórico y de Defensa Estructural de la Ciudad de Buenos Aires. Con esta decisión, el estadio de Huracán nunca podrá ser rematado ni remodelado en su estructura. Tampoco dejará de ser propiedad de la institución.

Más:
Los detalles, en la Página Oficial.

miércoles, noviembre 28, 2007

Todos por la historia

Mañana a las 18 habrá una manifestación de hinchas de Huracán en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, ubicada en Perú 130. La idea es apuntalar el proyecto de ley para que se declare al estadio Tomás Ducó como Patrimonio Histórico y Cultural de la Ciudad. Sucede que se tratará la aprobación del Convenio Urbanístico de Catalogación, que figura en el expediente 62.548 de 2005. La aprobación se debía tratar el jueves pasado, pero no se pudo por un inconveniente administrativo.
Ahora, todos por el Ducó, todos por la historia.

Imagen: Patria Quemera.

martes, noviembre 27, 2007

¡Que no se vaya Ardiles!


"Aún no sé si sigo en el próximo torneo"
Lo dijo Osvaldo Ardiles, en Hablemos de Fútbol, por ESPN. También lo cuenta Olé.
Para los dirigentes, un mensaje: que no se vaya este Señor.

Técnico, actor y embajador
No parece un detalle azaroso que Osvaldo César Ardiles haya nacido en Córdoba capital pero que muchos —casi de manera mitológica— sostengan que es de Bell Ville, ese pedazo de territorio cordobés con un particular motivo de orgullo: allí se crearon las auténticas pelotas de cuero sin tiento. El Pitón se convirtió luego en razón para la jactancia de su lugar de origen: fue crack en Instituto, Belgrano y Huracán, figura relevante en la Selección campeona del Mundial de 1978 y leyenda en Tottenham Hotspurs, donde jugó más de 200 partidos, ganó cuatro títulos (dos F.A. Cups, la Copa de la UEFA y la Community Shield) y hasta le dedicaron una canción: Ossie's Dream.
Pero no sólo su condición de mediocampista dinámico y talentoso definieron a Ossie. Siempre sin perder su respetado carácter de tipo manso y, a la vez, frontal, sin vueltas ni rebusques, Ardiles también fue actor: participó en 1981 de la película Escape a la victoria junto a Sylvester Stallone, Michael Caine y Pelé.
Ya retirado, se hizo entrenador itinerante (dirigió en Japón, Croacia, Israel, Arabia Saudita, Inglaterra y a Racing, en Argentina). Ahora, se animó en un Huracán en crisis. Volvió a Parque Patricios, ese lugar en el que había escuchado aplausos en los felices 70
para el club. Esta vez llegó con más laureles: unos días antes de decirle "yes" al ofrecimiento del presidente Carlos Babington, fue nombrado Embajador de los Juegos Olímpicos Especiales, que se disputaron en Shanghai. Agradeció con esa voz mínima, propia de quien no necesita gritos para hacerse escuchar.
Y la última semana, el 80 por ciento de los hinchas de Huracán consideró su gestión como buena o muy buena, de acuerdo con una encuesta de la página oficial del club. Un nuevo triunfo del técnico de las mil facetas.


Texto publicado en Clarín, el lunes 26/11/07.

lunes, noviembre 26, 2007

Mariano, querido, La Quema está contigo

Como cuando Mariano Andújar atajaba en el fútbol italiano para el Palermo, siempre con la impronta quemera sin disimulo.

Ahí, camino al arco y a la tribuna visitante en el Ciudad de La Plata, camina él. Quemero auténtico, hincha de Huracán desde los días de la niñez, arquero de exportación, mensaje para los dirigentes respecto del trabajo en inferiores, orgullo y, esta vez, rival. Y llegó la ovación inevitable. Y los aplausos. Y los saludos. También su emoción y sus manos al corazón, como agradecimiento y como emblema del sentimiento compartido. Porque ese corazón, como el de todos los que se rompían las manos en la tribuna a modo de tributo, siempre tendrá la forma de un Globo.

Al fin, un penal

Por primera vez en el Apertura, a Huracán le cobraron un penal a favor (ahora sólo Gimnasia de Jujuy no se vio beneficiado por tal situación). En las anteriores 16 fechas, nos habían cobrado cinco penales en contra y todos habían sido convertidos. Esta vez, ante Estudiantes, la evidente falta de Marcos Angeleri a Cristian Sánchez Prette permitió que Cristian Cellay demostrara su aptitud también en esta faceta del juego y convirtiera su primer gol en la temporada.

Son de diez, a pesar de todo


Apertura, decimoséptima fecha: Estudiantes 1-Huracán 1. Es cierto: merecimos la derrota. No porque el equipo jugara mal; sino porque Estudiantes fue mejor. Y llegó más y tuvo más tiempo la pelota y dominó territorialmente. Pero a pesar de adversidades (como la expulsión de Paolo Goltz, a los 8 del segundo tiempo), Huracán se animó. Y más allá de limitaciones y de actuaciones individuales flojas, hubo soporte colectivo y convicción para resolver lo complejo. Y se empató. Y así se llegó a los 24 puntos, ese objetivo de mínima que se había planteado al comienzo del Apertura. Y sirve sumar ante estas circunstancias. Porque se refuerza el ánimo, porque se acrecienta la confianza, porque se gana en tranquilidad. Queda una sensación: así también, en los partidos duros, con el abrazo del azar, se construyen los equipos.

El mejor: Claudio Ubeda y Angel Puertas.
El peor: Marcelo Barovero.

Así estamos:
En el Apertura
En los promedios
El fixture

domingo, noviembre 25, 2007

Una historia con pinchaduras

Apertura, decimoséptima fecha: Estudiantes-Huracán. Será el partido 151 entre ambos equipos, incluyendo Amateurismo y Profesionalismo. La ventaja es para Estudiantes: 63 contra 47; además hubo 40 empates.
El primer partido se jugó en 1915, en Buenos Aires, y fue empate 3-3. En total, hasta 1931, jugaron 16 veces y la ventaja fue para Huracán: ocho victorias, dos empates y seis derrotas.
Ya en el Profesionalismo, Estudiantes revirtió aquel buen comienzo quemero. En 134 partidos, el equipo platense se impuso en 57, perdió 39 y hubo 38 igualdades.
Estudiantes lleva diez partidos --con cinco triunfos y cinco empates-- sin perder ante Huracán. El último triunfo del Globo fue el 9 de agosto de 1997 por 1-0. En La Plata, además, Estudiantes registra siete partidos --con cuatro triunfos y tres empates-- sin perder frente a Huracán, desde el 29 de mayo de 1994 cuando Huracán lo venció por 3-1.

Más:
La web de Estudiantes

Video del último triunfo de Huracán en La Plata, hace 13 años:

sábado, noviembre 24, 2007

El técnico del hincha

Encuesta realizada por la Página Oficial.

Osvaldo Ardiles, el único técnico campeón del mundo que ahora dirige en Primera, consiguió varias cosas importantes desde su llegada al club:
1) Consiguió puntos suficientes como para no padecer. Y dice que va por más.
2) Consolidó su condición de Papá de San Lorenzo: con el 1-1 en el Nuevo Gasómetro dejó sin posibilidades de bicampeonato al equipo de Ramón Díaz.
3) Encontró un equipo confiable.
4) Demostró que la pasión puede ser un impulso; que no todo es cuestión de billetes.
5) Se ganó incluso más espacio en el reconocimiento de la gente.

En el Foro de Patria Quemera, con la firma de Gerardinho, alguien escribió lo que sigue. Es más que un testimonio individual, se trata del pensamiento de la mayoría de los hinchas de Huracán:
"Independientemente que en el fútbol sólo deciden los resultados, este tipo me cae realmente bien. Ojalá le vaya excelente porque se lo merece.
Tipo inteligente, serio pero simpático, centrado, piola, mejor no me puede caer Ardiles. Encima tuvo aciertos futbolísticos prometedores en estas tres ultimas fechas.
Yo quiero que nos vaya bien por Huracan y nada más, por nosotros, pero también me gustaria por este tipo que vino con unas ganas bárbaras de laburar en un momento jodido nuestro, a arriesgar prestigio con unas pelotas terribles, sin necesitar la guita, triunfe.
Nunca escuché un tipo que hable mal de él, es millonario y viene a poner los huevos en Huracan por pasión al futbol. Y tuvo que venir después del Turco, con todo lo que significa en Huracan.
Que sé yo, no quiero exagerar porque todos sabemos como es esto, pierde 4 partidos seguidos y lo vamos a putear hasta en inglés, pero es lo que siento en este momento".

jueves, noviembre 22, 2007

Por el Patrimonio Histórico


Hoy desde las 18, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, ubicada en Perú 130, se tratará el Proyecto de Ley para la aprobación del Convenio Urbanístico de Catalogación, con nivel de proteccíón estructural del inmueble del estadio Tomás Ducó. La causa figura en el expediente 62.548 del año 2005.
Por eso, a la tarde, todos los hinchas y socios de Huracán se reunirán en la Sede del Baby Fútbol (Urquiza 2247) y partirán juntos en caravana rumbo a la Legislatura. La idea es impulsar la aprobación del proyecto de ley de modo tal que se declare al Ducó Patrimonio Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.

Más:
La información, en la Página Oficial.

Actualización:
Filtraciones en la Legislatura, en Olé.

miércoles, noviembre 21, 2007

1955: El estigma de los grandes

Huracán, en 1955. Arriba: D'Angelo, Víctor Rodríguez, Marcello, Scherl, Espejo y Filgueiras. Abajo: Respuela, Gambardella, Infante, Montaño y Portaluppi. El equipo terminó noveno, pero a sólo cinco puntos del último y descendido Platense.

Huracán volvió a vivir la temporada con esa sensación de angustia que se comenzó a hacer constante desde 1949, con la notable excepción del equipo del implacable Eduardo Ricagni en 1952. Más allá del noveno puesto final, lejano de la cornisa del descenso en apariencia, Huracán terminó a sólo tres puntos del penúltimo Rosario Central y a cinco del último y descendido Platense.
Sin embargo, hubo otra particularidad decepcionante. En un episodio casi inédito en la historia del club, el equipo no ganó ninguno de sus diez partidos frente a los equipos grandes. Fueron dos empates (0-0 contra San Lorenzo, de visitante, y 1-1 ante Boca, de local) y ocho derrotas (2-5 con Boca, en La Bombonera, y 0-3 frente a Independiente, en el Gasómetro, resultaron las más amplias). No sólo eso: entre el 25/7/1954 (4-1 ante Racing, en Parque de los Patricios) y el 28/10/1956 (1-0 a San Lorenzo, en Boedo) Huracán no derrotó a ninguno de los grandes. Pasaron 22 partidos: siete igualdades y 15 caídas, 22 goles a favor y 51 en contra.
Al margen de esa situación, Huracán tuvo un comienzo flojo (un empate y cuatro derrotas) y luego una mejoría condicionada por el estigma de los grandes que, sin embargo, no impidió evitar el descenso con cierto margen. En la 27a. fecha, Huracán igualó 4-4 con Platense, en Crámer y Manuela Pedraza, y le sacó siete puntos (con seis en disputa) a Estudiantes de La Plata, entonces colista.
Estaba claro: eran días complicados en lo futbolístico. Pero también quedaba la sensación de que más allá de las dificultades y de las campañas pobres, nada ni nadie podía sacar a Huracán de su lugar: de Primera.

Campaña:
Noveno*. G 10; E 7; P 13 / GF 52; GC 44.
*Igualado con Gimnasia La Plata y Vélez.

Posiciones:
1. River 45 pts.
2. Racing 38 pts
3. Boca 37 pts.

Figuras:
1. Ricardo Infante, delantero.
2. Juan Filgueiras, back.
3. Félix Respuela, wing derecho.
3. Héctor D'Angelo, half izquierdo.

Partidos para la historia:
1. 14/8: Estudiantes 0-Huracán 3. Goleada del equipo en 1 y 57, un escenario históricamente complicado para el Globo.
2. 23/10: Newell's 1-Huracán 4. Gran triunfo en el Parque Independencia, frente a un rival que peleó por la permanencia.
3. 24/7: Huracán 4-Lanús 0. Fue la mayor goleada de Huracán en el año. Y como sabor agadable añadido: sucedió en el Gasómetro.
3. 27/11 Platense 4-Huracán 4. En la vieja cancha de Crámer y Manuela Pedraza se jugó un partidazo en el que el empate le garantizó la permanencia a Huracán.

Plantel: Ernesto Anton (2); Santiago Ardanaz (27); Héctor D'Angelo (27); Enrique Espejo (1); Alberto Evaristo (7, 4); Juan Filgueiras (28, 3); Vicente Gambardella (7); Ricardo Infante (27, 12); Antonio Leone (2); Edgardo Madinabeytía (28); Juan Marcello (2); Elio Montaño (23, 9); José Murta (2); Néstor Naya (1); Horacio Onzari (2); Juan Portaluppi (16, 5); Julio Ramírez (1); Félix Respuela (30, 11) Víctor Rodríguez (29, 2); Omar Rossi (4); Oscar Rossi (22, 3); Carlos Scherl (28) y Oscar Silva (14, 3).

martes, noviembre 20, 2007

Osvaldo, un quemero azzurro

Osvaldo, con la camiseta número 9 de la Fiorentina, se saluda con Cristian Vieri, un goleador histórico del fútbol italiano.

Pablo Daniel Osvaldo es un grato recuerdo en la historia reciente de Huracán: hizo 11 goles en 33 partidos hasta su despedida del club en 2005, cuando apenas tenía 19 años. Pero es más que eso: su caso es un testimonio de una problemática creciente para el fútbol argentino. El sábado debutó en el Sub 21 de Italia, en el 5-0 frente a Azerbaiján. Una suerte de Mauro Camoranesi versión juvenil.
Al igual que el mediocampista de la Juventus, campeón del mundo con Italia en el Mundial de Alemania 2006, Osvaldo llegó al calcio sin haber jugado ni un minuto en la Primera del fútbol argentino. Por urgencias económicas, Huracán no pudo mantener al delantero más que un año en la B Nacional. En 2006 llegó a Italia. Su escala inicial fue Atalanta donde apenas pudo disputar tres encuentros. De todos modos, en el club en el que Claudio Caniggia había sido ídolo en los 90 se dio un gusto: convirtió su primer gol en la península.
Ese mismo año pasó al Lecce, donde Pedro Pablo Pasculli había sido goleador y figura en los 80. Allí jugó 31 encuentros e hizo ocho tantos en la pasada temporada. Escuchó aplausos, recibió elogios y desde la Serie A surgieron varios interesados.
Para la actual temporada lo contrató Fiorentina, donde Gabriel Batistuta se había ganado un monumento. Ya en la máxima categoría dejó notables impresiones iniciales: a pesar de competir por un lugar con el rumano Adrián Mutu y con el italiano Cristian Vieri, hizo dos goles en tres encuentros.
En breve, llegó la convocatoria del técnico Pierluigi Casiraghi para el Sub 21 azzurro, ya que Osvaldo --además de jugar muy bien-- cuenta pasaporte italiano. No es el único caso de este fenómeno que avanza: su compatriota Federico Forestieri, jugador del Siena, ya jugó para el Sub 17 y podría ser el próximo compañero de Osvaldo.

Texto publicado en Clarín, por el autor del Blog.

lunes, noviembre 19, 2007

Sánchez Prette, un crack de millones

El abrazo de todos a Sánchez Prette. Es el jugador más cotizado del plantel. En Primera suma 18 partidos y 4 goles.

Cristian Sánchez Prette ya tiene un precio y es en millones: en el club, ante los trascendidos respecto del interés de varios clubes y empresarios, ya lo cotizaron en no menos que esa cifra. El cordobés, de 22 años, demostró en lo que va del Apertura que tiene un nivel de Primera y que todo lo bueno que había mostrado en la B Nacional era propio de su talento y no de la categoría en la que jugaba.
Según publicó el diario deportivo Olé, la intención en Huracán es vender su pase ahora, pero contar con él hasta junio. "Si lo damos ya, vamos a tener que utilizar una parte de la plata para traerle un reemplazante. Hay que tener en cuenta que nosotros nos jugamos el descenso", resaltó un importante dirigente, según señala el diario. En tanto, otro miembro de la conducción explicó: "Preferimos venderlo de club a club y sin intermediarios. No queremos tener el mismo problema que tuvimos con el Juez de la convocatoria, que no quería aprobar la venta de Joaquín Larrivey".
Esta situación resulta, además, otro mensaje como el de la convocatoria de Mariano Andújar a la Selección: el futuro mejor debe empezar a construirse en La Quemita. Con una apuesta seria, sólida y constante en las inferiores.

domingo, noviembre 18, 2007

¿Se acuerdan de Julito?


Julio González jugó en Huracán en la temporada 2001/02. Llegó como una de las grandes esperanzas del fútbol paraguayo. Antes ya había jugado en Nacional de Asunción, en Guaraní y en Vicenza, de Italia. Si bien no cumplió con las expectativas (hizo un gol en 10 partidos), la gente se quedó con una buena impresión. En 2005, un año después de ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas con Paraguay, Julito tuvo un accidente de autos en Italia, a consecuencia del cual perdió un brazo. Este fin de semana, ahora como futbolista del Tacuary, volvió a disputar un partido profesional. González, de 26 años, disputó 60 minutos en el partido que el Tacuary empató a uno contra el Olimpia en el Torneo Clausura de Paraguay.
"Pasé momentos muy difíciles en la vida, pero nunca dejé de creer en Dios, que ahora me da otra vez la alegría y la posibilidad de hacer lo que más me gusta: jugar al fútbol", afirmó González.
Desde acá, el recuerdo y los mejores deseos.

Más:
La historia, en Marca de España

jueves, noviembre 15, 2007

1954: Pocos puntos, muchos hinchas

A Elio Montaño le decían El Loco y él lo justicaba dentro y fuera de la cancha. Tenía el potrero en los pies, en la cabeza y, sobre todo, en el alma. Jugó en Huracán entre 1954 y 1959. Convirtió 31 goles en 63 partidos. Su primer año fue el mejor en el club
de Parque de los Patricios. En total, este mediocampista surgido de Newell's jugó en el fútbol argentino 210 encuentros e hizo 87 tantos. Alguna vez, por visitar a Juan Domingo Perón -a quien admiraba- durante una visita a Panamá fue desafectado del seleccionado.


La campaña de Huracán tuvo otra vez las sensaciones que habían nacido en 1949: angustia y desahogo. El equipo, que apenas ganó cinco partidos en la temporada, recién se salvó del descenso en la penúltima fecha, tras igualar sin goles frente a Racing, en Avellaneda, y en consecuencia resultar inalcanzable para el último de la tabla, Banfield.
A pesar de la temporada dificultosa y los resultados escasos, fue un año particular en cuanto a convocatoria: Huracán vendió un promedio de 16.423* entradas por partido, el más alto de su historia. El promedio de Boca en el Profesionalismo es 18.152*; el de River, 16.813*; y San Lorenzo, 12.194*. Una demostración de apoyo sin condicionamientos para un Huracán en días complicados.
Se trató de un año de cambios: apenas cuatro de los 27 integrantes del plantel habían jugado en el club en 1953 (Juan Filgueiras, Ricardo Infante, Juan Marcello y Gabriel Ogando). Pero tantas variantes tampoco resultaron eficaces.
Si no hubiera sido por el notable mes de julio que tuvo Huracán, la permanencia habría sido muchísimo más complicada o imposible. Sucede que en ese mes ganó sus tres partidos, dos de ellos contra equipos grandes. El 4, derrotó en el viejo clásico al Boca campeón de este año (1-0 en Parque de los Patricios). El 18, se impuso 2-1 a Rosario Central, en Arroyito. Ese resultado significó el primer triunfo de Huracán como visitante desde noviembre de 1952 (2-1 a Newell's, en el Parque de la Independencia). Y el 25, goleó 4-1 a Racing, de local, en su triunfo más amplio del torneo.
Antes y después, fue un equipo despojado de brillos y de figuras destacadas más allá de algunos nombres estelares (Mario Boyé, Infante, Adolfo Pedernera). Resultó importante, sin embargo, el aporte irreverente de Elio Montaño. Pero no alcanzó, por ejemplo, para evitar una racha de once partidos sin ganar en la segunda ronda, recién interrumpida con un 2-1 frente a Tigre, en Victoria. Estaba claro: eran días de adversidades y de resistencia.

*Datos de la investigación publicada por el diario Olé, en 1999, con datos oficiales de la AFA.

Campaña:
Decimoquinto. G 5; E 13; P 12 / GF 46; GC 59.

Posiciones:
1. Boca 45 pts.
2. Independiente 41 pts
3. River 38 pts.

Figuras:
1. Elio Montaño, inside izquierdo.
2. Mario Boyé, delantero.
3. Ricardo Infante, delantero.
3. Santiago Ardanaz, half izquierdo.
3. Víctor Rodríguez, half.

Partidos para la historia:
1. 4/7: Huracán 1-Boca 0. Resultó el mejor triunfo de los cinco del equipo en la temporada. Ante el campeón, en el Ducó, el equipo se impuso por segundo año consecutivo.
2. 18/7: Rosario Central 1-Huracán 2. Huracán volvió a ganar de visitante después de 20 meses. La victoria anterior también había sido en Rosario: el 16/11/1952 frente a Newell's, en el Parque de la Independencia.
3. 25/7: Huracán 4-Racing 1. Fue la única goleada quemera en una temporada floja para el equipo. También resultó el tercer triunfo consecutivo, en la mejor racha de Huracán en el año.

Plantel: Santiago Ardanaz (30); Juan Bendazzi (13, 1); Rodolfo Berdiales (2); Mario Boyé (20, 7); Salvador Calvente (7); Salvador D'Anna (2); Enrique Espinosa (2); Heraldo Ferreyro (8); (19, 2); Luis Gómez (4); Donato Hernández (6, 2); Ricardo Infante (27, 10); Edgardo Madinabeytía (3); Juan Marcello (21); Tomás Moine (2); Elio Montaño (21, 14); Gabriel Ogando (6); Horacio Onzari (8, 3); Rodolfo Orio (3); Marcelo Ortigüela (24, 2); Francisco Patiño (1); Adolfo Pedernera (3); José Piolo (1); Roberto Puisegur (2); Víctor Rodríguez (28); José Sánchez (22); Carlos Scherl (27).

martes, noviembre 13, 2007

Un bono por el Ducó


La Comisión Directiva del club informó que el sábado en la cancha de Argentinos se vendieron 185 Bonos Contribución Ayuda Estadio Tomás Ducó, a un valor de 10 pesos cada uno. De esta manera, Huracán recaudó 1850 pesos que serán destinados para continuar con los trabajos de refacción del Palacio. Ahora se pueden adquirir los Bonos en otros puntos que se detallan a continuación:
-Oficina de Socios de la Sede Social
-Campo de Deportes de La Quemita
-Estadio Tomás Ducó

El valor del Bono es de 10 pesos.

Más:
Detalles, en la Página Oficial.

lunes, noviembre 12, 2007

Andújar: una convocatoria, un mensaje

Mariano Andújar empezó a jugar en Huracán a los 7 años. Se había hecho hincha incluso antes, en las calles del Lugano de su nacimiento. Desde entonces hasta hoy atajó del mismo modo: de maravillas. Ahora, a sus 24 años, Alfio Basile lo convocó para la Selección por primera vez. Se trata de un acto de justicia para el notable arquero de Estudiantes, que jugó 62 partidos en la Primera de Huracán. Alguna vez, en una entrevista con Soy Quemero, señaló: "No creo que haya sido un paso. Huracán me ha formado, no solo como jugador, sino como persona. Y si algún día llego a ser alguien importante en el fútbol es gracias al Globo. Todo lo que me tocó vivir, lo bueno y lo malo, fue experiencia. Pero me parece que el balance es positivo, no en logros lamentablemente, pero sí en relación con la gente y con mi cabeza. Siempre dejé todo dentro de la cancha, no siempre se juega bien... Pero estoy muy tranquilo porque no me guardé nunca nada".
Es el mismo Andújar que resultó decisivo para Estudiantes en su título del año pasado, en el desempate frente a Boca. Pero sobre todo es el que cada vez que pueda demuestra que hay cuestiones inmodificables como el sentido de pertenencia con el club del corazón: por eso, Mariano estuvo en el Ducó en los días definitorios del regreso a la A. Para gritar, para alentar, para impulsar por lo que no pudo hacer con el Globo en el pecho en esos días: atajar.
Su caso es un testimonio inequívoco de que la solución está en La Quemita, en el trabajo a largo plazo en las inferiores, en la inversión en ese rubro, en la convicción de que allí están los activos, en la constancia para sostener la idea. Que esta convocatoria de Andújar sirva también para ver un horizonte mejor y factible. Para crecer...

domingo, noviembre 11, 2007

Sánchez & Prette

Cristian Sánchez Prette es cordobés y juega al fútbol como si hubiera nacido cerca de algún potrero. Es, quizá, el mejor patrimonio de un club despojado de patrimonio. Juega por la derecha, por la izquierda, de doble cinco, de enganche. Le pega a la pelota mejor que ningún otro en este plantel. Después de un comienzo de temporada con innecesarios nervios, ahora dosificó tensiones y ganó en constancia. Es clave para Ardiles y, claro, para todo Huracán. Contra River resultó decisivo por su pegada y porque cuando estuvo frente al arco rival no falló. De cabeza en el primero; de derecha en el segundo, permitió el triunfo. Por primera vez en la A (ya lo había conseguido frente a Chacarita en la B Nacional) hizo dos goles en un partido. Por eso, escuchó aplausos. También por eso resultó la inobjetable figura de la cancha. Y hasta quedó la sensación de que vale por dos: por Sánchez y por Prette.



Quince días de felicidad


Apertura, decimosexta fecha: Huracán 2-River 1, en Argentinos. Huracán mostró y consiguió todo esto en una noche de sábado:
1) Tres puntos que garantizan, a tres fechas del final, 23 puntos (a uno de la mínima ideal para el Apertura).
2) A esta altura, Huracán quedó a sólo dos puntos de la zona Libertadores.
3) Más allá del resultado y del juego, hay respuestas anímicas. El equipo está entero.
4) Ardiles ya es, sin resquicio para la duda, el dueño del equipo.
5) Un detalle optimista: si no fuera por la semana de transición (tres derrotas en 10 días: 0-1 contra Boca; 0-1 frente a Gimnasia y 0-3 ante Independiente), Huracán estaría peleando por el título.
6) La formación ya se puede decir de memoria. O casi.
7) Se trató del primer triunfo ante un equipo grande desde el regreso a la A. Valioso, más allá de la formación del rival.
8) Barovero ya está consolidado como un arquero de Primera.
9) A pesar de las dificultades institucionales, el plantel parece convencido de sus objetivos.
10) Sánchez Prette es un potencial crack, con cotización en millones.
11) Hay líderes: Ubeda y Barrientos sostienen al equipo y marcan el rumbo.
12) Cellay es emblema.
13) Poggi crece; Franzoia entusiasma.
14) La gente acompaña.
15) Huracán se garantizó, sobre todo, 15 días de felicidad. Hasta el partido contra Estudiantes, en La Plata, tras el receso por las Eliminatorias.

El mejor: Cristian Sánchez Prette.
El peor: Walter Gómez.

Así estamos:
En el Apertura
En los promedios
El fixture

sábado, noviembre 10, 2007

Una brecha enorme

Apertura, decimosexta fecha: Huracán-River, en Argentinos. River es, después de Boca, el rival con el que Huracán historial más desfarable tiene. Incluyendo los nueve enfrentamientos en tiempos del Amateurismo, se enfrentaron en 153 ocasiones: 76 triunfos para River, 31 para Huracán y 46 empates.
El primer partido entre ambos se disputó en 1914, en la primera temporada del Globo en la máxima categoría. Y se impuso Huracán 1-0, de local. En esa Era, hubo cuatro triunfos para cada uno y un empate. Con un detalle: River no le pudo ganar ni convertir goles a Huracán como visitante en toda la década del 20.
Ya en el profesionalismo, el más campeón del fútbol local sacó ventajas en cada una de las décadas. Por ejemplo, entre 1949 y 1961, Huracán se impuso una vez (en 1958) y fue porque se le dio por perdido el partido a River. Luego, entre 1963 y 1971, el equipo de Parque de los Patricios también ganó sólo una vez (1-0, en el Ducó, en 1968). Y entre 1983 y 1998, también hubo apenas un triunfo entre 1984 y 1997 (2-0, de local, en el Apertura 95).
Además, ante River, Huracán sufrió sus dos peores resultados en Parque de los Patricios: 7-1 en 1952 y 6-0, la última vez que se enfrentaron, el 23 de marzo de 2003. La última victoria de Huracán sucedió en el Apertura 2002 (2-1, en el Monumental). Mientras que de local, el último éxito sucedió el 5 de junio de 2001 (3-2), el día en que Huracán le impidió a River ser campeón, al igual que en el torneo anterior (1-1, en Núñez). En ambos casos, con un protagonista central que ya no tiene el Globo en el pecho: el paraguayo Derlis Soto.

Más:
La web de River

viernes, noviembre 09, 2007

Nuestro Patrimonio Histórico

Imagen tomada por la revista El Gráfico el día del primer partido en el Tomás Ducó: 4-3 a Boca, el 7 de setiembre de 1947, por la vigésima fecha. En esa ocasión se vendieron 44.010 entradas.

Hace 60 años, ahí, en Amancio Alcorta y Luna, con aquel 4-3 frente a Boca por el campeonato de 1947, el Tomás Adolfo Ducó pasó a ser una certeza. Ahora, en estos días de complicaciones y recomposiciones vinculadas con nuestro escenario, surgió una noticia que entusiasma: "Bajo el expediente Nº 62548-2005 se pidió que se declarara Patrimonio Historico y de Proteccion Estructural al Estadio y se transformo en el proyecto 1489-j-2007 impulsado por la legisladora Teresa De Anchorena, el mismo fue aprobado por unanimidad en la Comision de Planeamiento Arquitectonico y Paisajistico que la diputada preside y por la Comision de Planeamiento Urbano cuyo director es el Sr. Juan Manabella, ahora queda solamente se sancione la ley en el recinto.
Esta catalogación posibilita entre otras cosas, la protección del estadio contra cualquier inhibición y además desgrava en hasta un 65% las contribuciones de alumbrado, barrido y limpieza. Ademas de que El Gobierno del Ciudad debe aportar y colaborar con su mantencion. Todo esto esta en la Ley Nº 1227 y su reglamento"
, señala Patria Quemera.

Se trata de un acto de justicia para un lugar emblemático del Sur de la Ciudad de Buenos Aires, que supo de eventos deportivos y culturales, que representa una resistencia, que significa un punto de referencia insoslayable de un barrio de tangos fundacionales, que habla de añoranzas de un Buenos Aires que sabía de otros ritmos y que, sobre todo, es un lugar de pertenencia de nuestro porteñísimo Huracán.

jueves, noviembre 08, 2007

1953: El pésimo visitante

A Oscar Pablo Rossi el mundo del fútbol lo conoció como Coco. El diccionario Olé lo señala como "uno de los jugadores más habilidosos de la historia del fútbol argentino". Héctor Hugo Cardozo, columnista de Clarín, sostiene algo similar: "Era un placer ver cómo gambeteaba". Debutó en Huracán en 1950 y en sus tres ciclos en el club (el primero hasta 1953, 1955-59 y 1969) disputó 165 partidos e hizo 43, casi siempre como inside, ocasionalmente como centrodelantero.

Huracán realizó dos campañas en una: fue un sólido protagonista en el Ducó y un penoso visitante de otros escenarios. Como local sumó 21 de sus 26 puntos: ganó nueve partidos, empató tres y perdió tres (frente al campeón River, contra el protagónico Racing y ante Gimnasia La Plata). De visitante tuvo uno de los peores rendimientos de su historia: no ganó y apenas sumó cinco puntos en 15 encuentros. Un detalle de aquel estigma: Huracán estuvo sin ganar fuera de Parque de los Patricios entre el 16/11/1952 (4-1 a Newell's, en el Parque Independencia) y el 18/7/1954 (2-1 a Rosario Central, en Arroyito).
La partida a Europa de Eduardo Ricagni (jugó sólo 12 partidos en el año e hizo ocho goles) generó un agujero en la delantera y, sobre todo, en la tabla de goleadores. Se extrañó su impresionante registro del año anterior: 28 tantos en 29 encuentros. Sin él, Huracán padeció. Y volvió, aunque dosificada, la sensación de angustia ante la posibilidad del descenso, como entre 1949 y 1951.
Huracán terminó decimosegundo, con sólo cuatro equipos detrás y a cuatro unidades del descendido Estudiantes de La Plata (entonces, Estudiantes de Eva Perón). De todos modos, como local, se dio el gusto de vencer a sus dos rivales históricos: 3-1 a Boca y 1-0 a San Lorenzo. Además, tuvo una notable racha inicial de 6-1-1 en el Ducó, con cuatro triunfos en las cuatro primeras fechas en casa. Por el contrario, fuera de su estadio, Huracán era una invitación al éxito ajeno. Apenas los empates sin goles contra Boca y ante River le escaparon a esa sensación de debilidad, que incluyó una caída de escándalo: 0-6 ante Gimnasia, en el Bosque. Señales de un Huracán que resultó el pésimo visitante.

Campaña:
Decimosegundo. G 9; E 8; P 13 / GF 43; GC 52.

Posiciones:
1. River 43 pts.
2. Vélez 39 pts
3. Racing 39 pts.

Figuras:
1. Enrique Cerioni, half izquierdo.
2. Juan Filgueiras, back.
3. Gabriel Ogando, arquero.
3. Manuel Pelegrina, delantero.

Partidos para la historia:
1. 19/4: Huracán 3-Boca 1. Fue el primer triunfo de Huracán en el torneo, en la tercera fecha. Desde la inauguración del Ducó, en 1947, que el Globo no le ganaba a Boca en Parque de los Patricios.
2. 7/6: Huracán 1-San Lorenzo 0. Hacía ocho temporadas que Huracán no derrotaba a San Lorenzo, en el Ducó. El 14/10/1945, la vez anterior, la victoria había sido 3-1.
3. 29/11: Huracán 5-Rosario Central 1. El equipo despidió su campaña de local con una goleada (la mayor de Huracán en el año). Y completó una buena temporada en casa: nueve triunfos, tres empates y tres derrotas.

Plantel: Gregorio Barbosa (2, 1); Rodolfo Berdiales (1); Jorge Caruso (2); Enrique Cerioni (25, 1); José Fantin (3); Juan Filgueiras (29); Luis Gaggino (25); Antonio Giosa (15, 3); Ricardo Infante (27, 3); Carlos Lazon (15); Héctor Manuel López (19, 8); Valeriano López (4, 2); Alberto Loret de Molas (6, 2); Juan Marcello (12); Néstor Naya (1); José Nazionale (6); Gabriel Ogando (18); Alberto Pacheco (1); Manuel Pelegrina (29, 10); Eduardo Ricagni (12, 8); Roberto Rodríguez (28); Juan Romo (24); Oscar Rossi (21, 4), Severo Spinelli (5) y Juan Zorzoli (1).

miércoles, noviembre 07, 2007

Humor en postal


Publicado por Patria Quemera. Un retrato del clásico del domingo, en el Nuevo Gasómetro. Ese 1-1 que fue derrota para San Lorenzo.

lunes, noviembre 05, 2007

Chipi, el dueño del show


Hubo un mérito de Osvaldo Ardiles en el perfecto show del Chipi Barijho: confió. Tuvo la intuición de los tipos que entienden de clásicos. Lo puso cuando el partido estaba 1-1 y se comenzaba a deshacer en una modorra. Y entró él, tan rechazado por los hinchas de San Lorenzo. Y jugó como se juegan los clásicos. Con picardía, con constancia, con el corazón caliente y la cabeza fría. Fue el dueño de la escena en cada uno de los treinta y pico de minutos que estuvo en el campo de juego. El Nuevo Gasómetro fue de él. Tiró un sombrero impecable, generó la expulsión de Diego Rivero y casi hace un gol de cabeza. Escuchó orgulloso los insultos ajenos. Levantó los brazos hacia la tribuna quemera y festiva. Se fue feliz. Abrazado a todos y sin provocaciones a rivales. El final del partido lo había tenido de principal protagonista.

Más:
Lo que dijo, en Olé.

Retrato de una fiesta


La hinchada de Huracán, en el Nuevo Gasómetro. Un retrato de la fiesta realizado por la fotógrafa Caro Pierri, publicado en Clarín.

¿Por qué festejamos?

San Lorenzo se despidió de su pretensión de ser bicampeón.

Apertura, decimoquinta fecha: San Lorenzo 1-Huracán 1. La gente de San Lorenzo se enoja porque festejamos y se pregunta las razones. Lo que sigue es la respuesta de este Blog, con todo respeto, a modo de explicación:
1) Festejamos porque luego de este empate San Lorenzo, nuestro rival histórico, se vio obligado a decirle adiós a la posibilidad de ser bicampeón por segunda vez en el profesionalismo y por tercera en su historia. La última fue en 1972 (Metropolitano y Nacional). La primera había sido en 1923/24. Huracán consiguió el bicampeonato antes: en 1921/22.
2) Festejamos porque la ostentación de Ramón Díaz ("le voy a regalar un auto a cada jugador si ganamos los cinco partidos que quedan") se terminó en la primera escala.
3) Festejamos porque los cálculos del simpático presidente de San Lorenzo, Rafael Savino, ya se quedaron cortos. Garantizaba los seis puntos contra Huracán. Ya dejó dos en el Nuevo Gasómetro.
4) Festejamos porque los soberbios augurios de goleada se deshicieron en 90 minutos de un clásico parejo entre el campeón y el recién ascendido.
5) Festejamos porque sumamos un punto valioso para nuestro objetivo prioritario por estos días: permanecer sin angustias en Primera.
6) Festejamos porque el clásico de las tribunas lo ganó Huracán. Quedará para siempre como la edición del "Sos una postal". Y como El Día Mundial del Silencio.
7) Festejamos porque da gusto ser quemero.

El mejor: Marcelo Barovero y Paolo Goltz.
El peor: Franco Mendoza.

Más:
El comentario, en Clarín y en Olé
El impecable De Frente de San Lorenzo, por Eduardo Bejuk, en Olé. El Blog Quemero se suma a ese cierre: Que viva el clásico.
La despreciable violencia, en Olé.
Dos lindos recuerdos, en Soy Quemero.

Así estamos:
En el Apertura
En los promedios
El fixture

Un Goltz para seguir festejando

El cabezazo del entrerriano Paolo Goltz fue la gran explosión de la tarde del Nuevo Gasómetro. Significó el 1-1 y la certeza de que el bicampeonato es un horizonte inalcanzable para San Lorenzo. No fue poco para el primer gol en la A del marcador central.

domingo, noviembre 04, 2007

"Sos una postal..."

Imagen tomada por un hincha de Huracán, con teléfono celular, desde la tribuna visitante, durante el entretiempo del clásico. San Lorenzo, una postal.

Osvaldo, el papá de San Lorenzo


Hoy, en el Nuevo Gasómetro, Osvaldo Ardiles dirigirá su primer clásico entre su Huracán y San Lorenzo. Pero no será una sensación nueva: en sus tiempos de mediocampista dinámico, impecable y exquisito, participó de ocho partidos con el globo en el pecho frente al archirrival y vecino. Y le fue mejor que a casi todos en la historia del club de Parque de los Patricios: ganó cinco, empató dos y sólo perdió el primero, en el que ingresó un puñado de minutos.
Ardiles llegó a Huracán en 1975, procedente de Belgrano de Córdoba. Disputó 113 partidos y convirtió 11 goles hasta su despedida en 1977, con destino de crack en Europa. Su primer clásico ante San Lorenzo lo jugó el 21 de setiembre de 1975: por el Nacional de ese año, San Lorenzo se impuso 1-0, en el Ducó, con gol de Claudio Premici. El Pitón ingresó por José Scalise, cuando el equipo ya perdía. En el partido de vuelta de ese torneo, Ardiles fue titular y hubo empate: 2-2. Para Huracán convirtieron Omar Larrosa y Miguel Brindisi; y para San Lorenzo, Mario Mendoza y Oscar Ortiz.
Lo que siguió después fue una racha memorable para Ardiles y para Huracán. En 1976 se dio un caso único en la historia del fútbol argentino: Huracán se impuso en los cinco clásicos que se disputaron en el año (tres por el Metropolitano y dos por el Nacional). Y Ardiles participó en cuatro de ellos e hizo un gol. El 1 de marzo, en Parque de los Patricios, ganó el local 3-1. Ese día, a los 37 minutos del primer tiempo, Ossie marcó el segundo tanto para Huracán. Larrosa y Néstor Candedo completaron la cuenta. Y descontó Héctor Scotta.
Ardiles participó en los tres clásicos siguientes: el 2/5, en el Gasómetro, 3-1 (Augusto Sánchez, Larrosa y René Houseman para Huracán; Mario Rizzi para San Lorenzo); el 14/7, en La Bombonera, 4-2 (Houseman, dos de Brindisi y Carlos Leone; Scotta y Sanz); y ya por el Nacional, otra vez en el Gasómetro el 24/10, 2-1 (Houseman y Leone; Mario Olguín). El partido que completó el Penta, disputado el 12 de diciembre, ganó Huracán 2-1, pero Ardiles no jugó.
Al año siguiente, aquel mediocampista que luego sería campeón del mundo con Argentina jugó otros dos clásicos: el 14/8, en Boedo, 2-2 (Cabrera y Avilés para Huracán; dos de Olivares para San Lorenzo); y el 9/11, en Parque de los Patricios, 1-0 (Dante Sanabria).
"Eran otros tiempos", admite ahora el Ardiles técnico. Pero más allá de los avatares de las últimas tres décadas, el clásico tiene el mismo significado. Y el hombre que tuvo por costumbre festejar ante San Lorenzo lo sabe.

El paradigma del clásico barrial

Apertura, decimoquinta fecha: San Lorenzo-Huracán. Será la 154a. edición del paradigma del clásico barrial, desde aquel partido fundacional de 1915, en la cancha de Ferro, en el que se impuso 3-1 San Lorenzo.
De las siete veces que se enfrentaron en la Era Amateur, el equipo de Boedo ganó cinco y hubo dos empates. Ya en el Profesionalismo, se enfrentaron en 146 ocasiones: 39 victorias de Huracán, 37 empates y 69 triunfos de San Lorenzo. Con San Lorenzo en condición de local se jugaron 71 clásicos: Huracán ganó 17, empató 15 y perdió 38.
Además, un encuentro se les dio por perdido a ambos.
San Lorenzo lleva tres partidos sin perder ante Huracán con un empate y dos victorias consecutivas (ambas por 4-0). El último triunfo de Huracán fue por 1-0 el 9 de diciembre de 2001, en el Nuevo Gasómetro. Siendo local San Lorenzo hubo un empate (1-1 en el Clausura 2001), el triunfo de Huracán del Apertura de ese año, y un triunfo local (por 4-0 en el Clausura 2003) en el último partido en que se enfrentaron.

Más:
La web de San Lorenzo

Lo que sigue es el capítulo del clásico que me tocó escribir para el libro que Clarín publicó este año a consecuencia del título de San Lorenzo:

Desde sus días fundacionales el clásico entre San Lorenzo y Huracán era una fiesta de personajes mágicos, de cracks, con el tango como música de fondo. Era también el más porteño de los enfrentamientos deportivos, una suerte de campeonato aparte entre esas dos barriadas que se dividían el sur de un Buenos Aires que crecía a ritmo sostenido. Se trataba de una cita entrañable en tiempos en los que la cuestión de pertenencia geográfica delimitaba también pasiones.
El Santo y El Globo. Los de Boedo y los de Parque de los Patricios. Nacieron vecinos, allá en la primera década del siglo pasado. Y se criaron como tales, bien cerca, con historias entrecruzadas, con el encanto de la rivalidad sin enemigos. La Avenida La Plata fue sede de estadios emblemáticos para ambos, con una distancia que no excedía el puñado de cuadras. Se miraron siempre de reojo, pero sin rencores ni amenazas. Como primos, casi como hermanos en disputa sana. La violencia llegó mucho más tarde, ya en los noventa, con el crecimiento del fenómeno de los barrabravas y con la muerte del hincha de Huracán Ulises Fernández, el 19 de noviembre de 1997, como irremediable testimonio del horror.
El primer clásico se jugó en 1915, cuando San Lorenzo llegó por primera vez a la máxima categoría del fútbol argentino. Un año antes había ascendido Huracán. En ese primer enfrentamiento, disputado el 24 de octubre, sucedió lo que luego se transformaría en una paternidad: ganaron Los Santos. José Laguna, El Negro, hizo el primer gol para el equipo de Parque de los Patricios. Pero en el segundo tiempo, San Lorenzo lo dio vuelta con dos goles de Perazzo y uno de su primer gran goleador, Xarau. El partido se disputó en la cancha de Ferro, en Caballito, donde San Lorenzo hacía de local ya que aún no tenía su terreno de Avenida La Plata. Se trató de un clásico polémico, en el que resultaron expulsados Caldera y Palacio, de Huracán. Pero no hubo incidentes mayores. La primera formación del equipo de Boedo fue: José Coll; Alberto Coll, De Campo; Juan Monti, Federico Monti, Romeo; Perazzo, Etchegaray, Xarau, Urio y Gianella. El amateurismo marcó un rumbo: Huracán nunca le pudo ganar a San Lorenzo en esa era. Ni siquiera en la década de 1920, en la que los quemeros resultaron, junto a Boca, los más campeones. Con un detalle, a modo de salvedad: entre 1919 y 1926, a consecuencia de la escisión en el fútbol argentino, el clásico se deshizo. Entonces, quemeros y xeneizes desarrollaron el icónico duelo de ese tiempo, en la Asociación Argentina. En total, en el amateurismo, se enfrentaron en siete oportunidades por la liga: San Lorenzo ganó cinco (3-1 en 1915; 1-0 en 1916; 2-1 en 1927 y en 1928; y 3-0 en 1930) y empataron dos (0-0 en 1917 y 1918). Sólo en la Copa de Honor de 1918, consiguió imponerse Huracán (2-0).
Pero al margen de las cuestiones estadísticas, la vida de este clásico se construyó con personajes compartidos, con episodios entrelazados, incluso desde los tiempos fundacionales. Luis Monti tiene un historial inmenso en el fútbol universal: entre otras cosas, fue subcampeón del mundo con Argentina (en 1930) y campeón con Italia (en 1934). Antes de eso, junto a su hermano Enrique, participó del primer título de Huracán, en 1921. Al año siguiente, Doble Ancho se fue a San Lorenzo y resultó tricampeón (1923, 1924 y 1927) y símbolo de ese tiempo. Era un caudillo, un líder fornido, un centrojás de los que imponía respeto con la presencia de su físico y de su voz de mando. Se formó en Parque de los Patricios y Boedo lo trasladó al mundo: tras el Mundial de Uruguay se fue a la Juventus, donde también se consagró.
El de Alfredo Carricaberry es otro caso emblemático de cracks compartidos. Era un wing derecho de aquellos días: pegado a la raya, encarador, proclive a la gambeta. Fue una de las grandes figuras de San Lorenzo en los tiempos del amateurismo. También –como Luis Monti— dio las tres vueltas olímpicas para el club que había impulsado Lorenzo Massa en 1908. Pero ya en el profesionalismo no jugó para su San Lorenzo; lo hizo para Huracán. Entre 1932 y 1933, disputó 17 partidos e hizo un gol con el globo en el pecho. No se trataba de una herejía. Era un testimonio de ese tiempo.
Ya en el profesionalismo, San Lorenzo continuó consolidando su condición de habitual vencedor del clásico barrial. El 19 de julio de 1931 se impuso en la primera versión en esa era. Y con goleada: fue 3-0, con tantos de Moyano (en contra), Cortesi y Arrieta. Recién 17 años después del primer clásico, Huracán consiguió vencer a San Lorenzo, en campeonatos de liga: 2-0, el 31 de julio de 1932. En los años 30 se enfrentaron 19 veces: los de Boedo ganaron 11, los de Parque de los Patricios, 7; e igualaron sólo una vez (1-1, el 22 de noviembre de 1931). El 5-1 del 15 de julio de 1934 resultó la máxima goleada para San Lorenzo en esta historia hasta el memorable 5-0 del 10 de septiembre de 1995, ya en el Nuevo Gasómetro.
En los 40, se mantuvo la tendencia: 9-5 para San Lorenzo y 6 empates. Con una particularidad: en 1946, el año del segundo título profesional para el club, San Lorenzo perdió como local ante Huracán (3-2). Lo mismo había sucedido en el anterior año consagratorio: en 1933, los quemeros se impusieron 4-1 en Boedo, en la que resultó la peor derrota como local en el clásico. De todos modos, al final de cada uno de esos años la alegría fue toda azulgrana.
De Homero Manzi no se conocen detalles sobre su filiación futbolera. Las leyendas barriales cuentan que fue de uno o de otro, según el origen de la versión. De todos modos, fue él quien mejor describió, en 1948, desde su poesía volcada al tango Sur esa geografía de cuervos y de quemeros: "San Juan y Boedo antiguo, y todo el cielo, / Pompeya y más allá la inundación. / Tu melena de novia en el recuerdo / y tu nombre flotando en el adiós..." Así arranca ese tango emblemático de esa zona de la ciudad llena de misterios, de almacenes, de nostalgias y de lunas encantadoras...
Durante las dos décadas siguientes, San Lorenzo gozó como en ningún otro momento de la maravillosa vida de este clásico. Entre 1955 y 1968 apabulló a Huracán: San Lorenzo ganó 20 partidos y Huracán apenas dos (y por la mínima diferencia). Más: el equipo de Boedo ganó nueve clásicos de manera sucesiva entre 1957 y 1961. En el tercer título en el profesionalismo, en 1959, con el notable equipo que tenía como máxima figura a José Sanfilippo, San Lorenzo decoró la campaña con dos extraordinarias actuaciones frente a Huracán: 4-1, en Parque de los Patricios; y 6-3, en Boedo. Y curiosamente, Los Matadores campeones del Metropolitano de 1968 no pudieron vencer a Huracán: fueron dos empates (0-0 y 2-2).
A Alberto Rendo le decían Toscano. Y tiene un grato privilegio: si va al Tomás Ducó, o camina por Amancio Alcorta y Luna, la gente se detiene para saludarlo y/o para aplaudirlo; si anda de visita por el Nuevo Gasómetro, cada hincha le recuerda alguna jornada de maravillas con la camiseta de Los Forzosos de Almagro, a pesar de su confeso corazón quemero. Fue ídolo con las dos camisetas, en los 60. Y el tributo continúa.
El caso de Héctor Veira es, quizá, el más sintomático. Era ídolo de San Lorenzo y convivía, en un departamento frente al zoológico, con el más representativo de los hinchas de Huracán: Oscar Natalio Bonavena, el irrepetible Ringo. Salían a correr, boxeaban (esa pasión que El Bambino había heredado de su padre), se divertían. Componían el dúo más divertido de aquel Buenos Aires. Veira había nacido quemero, pero el tiempo y la camiseta lo hicieron cuervo. Jugó para San Lorenzo entre 1963 y 1969 y en Huracán en 1970 y 1971; más tarde, ya en 1973, regresó a Boedo. Hombre de barrio, de bar, de bohemia, el Bambino es el perfecto representante de la impronta de este clásico.
Los 70 fueron buenos años para ambos y para el clásico. Y hubo un detalle que merece todos los recuerdos: en 1972, ya con San Lorenzo consagrado, en el Tomás Ducó los quemeros aplaudieron la vuelta olímpica del archirrival. Después, hubo goleada del globito (3-0) y El Gráfico contó que "Huracán fue campeón por 90 minutos". Al año siguiente, en el Metropolitano que ganó el Globo, San Lorenzo se tomó revancha: el campeón no le pudo ganar (2-2 en la primera rueda y 1-0 en la revancha). Tres años después, el equipo de Boedo vivió la peor de sus experiencias: perdió los cinco clásicos del año*, ante un memorable Huracán que no pudo ser campeón.
Los clásicos de los 80 estuvieron reducidos y condicionados por los descensos de los dos (San Lorenzo en 1981 y Huracán en 1986). Incluso, los azulgranas estuvieron entre octubre de 1983 y mayo de 1993 sin vencer a los quemeros. Pero dos años más tarde pagó con creces la deuda: en el Nuevo Gasómetro, en 1995, además de salir campeón, construyó la máxima goleada de esta historia clásica (5-0).
Ya en este tiempo más cercano, se repartieron alegrías. Todo hasta la última despedida de Huracán, que descendió en 2003. En esa última temporada, San Lorenzo lo saludó con dos goleadas calcadas y gloriosas: 4-0
En 2005, sucedió un hecho curioso, con Veira como involuntario protagonista: una empresa de ómnibus pintó el micro del club con un retrato del entonces técnico de San Lorenzo y Doval festejando un gol. Pero no tuvieron en cuenta un detalle fundamental: el festejo era en tiempos del Huracán de 1971. Tuvieron que pintar el micro de nuevo. El Loco, el otro involucrado, también supo de abrazos de ambas hinchadas. Identificado como un carasucia azulgrana de toda la vida, también aportó su juego imprevisible en Parque de los Patricios. Las historias de cracks compartidos y de episodios cruzados se repiten también más cerca en el tiempo. Los hermanos Montenegro, Daniel y Ariel, escucharon aplausos en Huracán y San Lorenzo, respectivamente. Fabián Carrizo supo ganarse respeto y aplausos de las dos hinchadas. Una leyenda siempre desmentida por su protagonista cuenta que Leandro Romagnoli, antes de ser crack campeón con San Lorenzo, tenía tatuado el globo de Huracán. Andrés Silvera, que surgió en Primera en Parque de los Patricios, ahora hace goles para el exitoso San Lorenzo de Ramón Díaz.
El 8 de enero de 2003 se disputó el último duelo entre cuervos y quemeros. Ya pasaron casi cuatro años. Buenos Aires extraña aquel clásico, tan símbolo de su porteñidad, tan sintomático de su carácter barrial. También sucede que este precioso berretín espera su próxima edición.


*Se trató de un caso único en la historia del fútbol argentino.

Los clásicos recientes.

sábado, noviembre 03, 2007

Carta abierta a Bottinelli


Estimado Jonathan:

Leí lo que dijiste. Por eso, se me ocurrió escribirte.
Cuando vos recién habías nacido, Huracán ya había ganado cinco títulos de liga (1921, 1922, 1925, 1928 y 1973) y San Lorenzo ya se había ido a la B hacía tres años. Y desde 1915 jugaban un partido que supo hacerse clásico por mil componentes por los cuales un partido se hace clásico.
Mucho antes de ese 14 de setiembre de 1984 en el que viste la luz por primera vez, el clásico ya había vivido días de gloria. Para tu querido San Lorenzo y para nuestro querido Huracán. Nombres grandes de verdad como Rafael Albrecht o el Gringo Scotta o como Miguel Brindisi o René Houseman te lo podrían contar...
Incluso varias décadas antes de que vos dijeras que el auténtico clásico de San Lorenzo es Boca, miles de diarios, revistas, libros y afines contaron la verdad: el paradigma del clásico barrial fue, es y seguirá siendo entre cuervos y quemeros.
Te cuento más Botti: cuando casi nadie había nacido de los que estarán en el Nuevo Gasómetro para disfrutar esta 154a. edición del partido entre ambos, para verte a vos y al resto de los jugadores, Huracán jugaba su clásico principal contra Boca, en la Asociación Argentina.
Estimado Jonathan, repetilo: el clásico de San Lorenzo se llama Huracán. No lo decís vos. No lo digo yo. Lo cuenta desde hace mucho tiempo la historia.

Dos imágenes por una fiesta

Olé reunió a integrantes de las subcomisiones del hincha de Huracán y de San Lorenzo para que jugaran un partido en nombre de un clásico en paz.
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Clarín juntó a futbolistas y a los presidentes de ambos clubes para dialogar en la antesala del clásico. El mensaje fue idéntico: que sea una fiesta.
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jueves, noviembre 01, 2007

Mi clásico íntimo


Martín Tenca es abogado y, ante todo, el más auténtico hincha de San Lorenzo que conozco. Futbolista frustrado, técnico ocasional, polifacético hombre de leyes. Nos cruzamos por primera vez en el Estudio Oyuela. Ya entonces, aquel joven recién egresado de la UBA conocía la historia grande de Boedo y los padecimientos desde adentro, por vivencias y por herencia familiar. Advertí similitudes en el sentido de pertenencia con Cuervos y con Quemeros. Compartimos visitas a la cancha para ver a Huracán y también a San Lorenzo. Nos reímos con las anécdotas del Bambino Veira, ese crack con camiseta azulgrana y un globo en el alma. Recordamos aquellos estigmas del Muletto de Areán, como el Vampiro Nartallo; y esas estrellas fugaces de La Quema, como Darío Fabbro. Coincidimos en la estupidez de la violencia barrabrava y la de sus fomentadores. Alimentamos el folclore de este clásico que es parte de la historia profunda de cada uno. Por eso ahora, en la antesala de esta 154a. edición, lo convoco para que escriba sus sensaciones para Blog Quemero y para Tributo.


Mi clásico íntimo
Por Martín Tenca

San Lorenzo (es decir, yo, porque yo no podría ser de otra manera que "de San Lorenzo") y Huracán... A los de adentro y a los de afuera que hoy lo minimizan al remitirlo a la categoría "barrial", les digo, que lejos de reducirlo, lo agigantan, y que si bien el clásico es "el barrio", les cuento que hasta no necesito recurrir al barrio para quererlo tanto.
Sus dimensiones son grandes hasta en un reducto más estrecho que el barrio, es un duelo de entrecasa, un rencor de familia, una disputa tan intensa como pueden ser las disputas íntimas. Para el Cuervo o el Quemero de estirpe, deslucir el clásico es tan absurdo e inaceptable como renunciar al apellido, como desconocer la genealogía.
Ante los que no se detienen a preguntarse quiénes y por qué SON, me rindo. Se los concedo: "El partido ya no tiene tanta importancia..."
Del mismo modo que ante algunos compañeros ocasionales de tribuna, bajo la guardia, les otorgo: "¿Para qué volver a la Avenida La Plata? El Nuevo Gasómetro es cómodo, se ve bien de todas partes y tiene un gigantesco estacionamiento..."
Me rindo sin renunciar a mis sensaciones, porque la identidad la transmiten las vivencias, pero no se impone ni se explica.
Hay hinchas de San Lorenzo e hinchas de Huracán (y demás colores). Es el club que les gusta, que siguen. También hay individuos que "somos San Lorenzo" o "somos Huracán" porque es de donde venimos, es esencia... ¿Cuál será la diferencia el domingo entre ambos? Cuando el árbitro haga sonar el silbato, nos empiezan a rodear los duendes de cada historia. Así que hagan lugar, tengan la gentileza, se solicita por favor.