viernes, diciembre 31, 2010

Nosotros, ellos, todos...



Los que están acá, en los Barrios del Sur o, como Jorge Newbery, en Belgrano y sus fronteras más cercanas. Los que están en el Interior, en tantas entrañables filiales. Los que están más lejos, fuera del país porque la vida los llevó lejos del Ducó. Los que miran en secreto entre las nubes. Nosotros, ellos, todos. Los quemeros. Sólo pedimos una cosa: un 2011 mejor, y de Primera.

martes, diciembre 28, 2010

Mejor sería si jugara...



Carlos Babington, el crack. Luego, el técnico de los ascensos. Ahora, un presidente bajo la sombra de su pésima administración. Está muy claro: mejor sería si jugara...

sábado, diciembre 25, 2010

El grito del wing ebrio...



Alguna vez René Houseman confesó que le había hecho un gol a Ubaldo Fillol (cuando atajaba en River) estando borracho. Nunca se supo exactamente cuál fue. Pero sí existen algunas aproximaciones.

martes, diciembre 21, 2010

La emergencia crónica


Por Andrés Prestileo*
Aquella bocanada refrescante que Huracán le ofreció al fútbol argentino se agotó hace un año y medio, pero hoy parece un rastro antediluviano. Como se sospechaba por entonces, fue apenas un paréntesis en la vida de un club cuya historia contemporánea se hunde en un declive persistente y melancólico. Aunque no se sabe qué dispondrá el fútbol en los meses venideros, cualquier repaso sobre los equipos que pelearán por evitar el descenso dejaría un pronóstico sombrío para el viejo club de Parque Patricios. Sobre River, por ejemplo, siempre existió la sensación de que aun en los peores momentos guardaba alguna potencialidad como para salir del pozo, pero con el Globo ocurre lo contrario. La foto festiva del 3-0 a San Lorenzo es mucho menos representativa de su realidad que lo que le ocurrió antes y después a un equipo precarizado, hundido en un estado de emergencia crónico.
El infortunio de cualquier camiseta que le haya aportado algo bueno a nuestro fútbol es penoso, pero mucho más el de aquellas que hacen directamente a su historia y tradición. Huracán es parte indiscutible e importante de ese patrimonio, y por eso su desventura siempre duele especialmente. Es un club tomado por la nostalgia, como si se hubiese empecinado en sobrevivir con su vieja identidad en un mundo en el que todos tienden a ser o parecer iguales.
A diferencia de lo que ocurrió con otros clubes tradicionales, a Huracán no lo curaron de espanto sus declives deportivos de las últimas décadas. Regresar de sus descensos -tres, desde el primero, en 1986- le proporcionó siempre un ímpetu efímero, que invariablemente chocó contra los problemas habituales de un club apurado por la fragilidad económica. Si a Vélez y a Estudiantes hoy se los toma como ejemplo de estructuras sobre las cuales asentar proyectos futbolísticos, Huracán da la imagen opuesta. Lo que pasó con aquel subcampeón del Clausura 09 lo ilustra: de la formación que jugó el partido decisivo con Vélez, hoy sólo sobrevive el arquero Monzón. El resto de ese equipo fue sometido a un despiece inmediato, siempre detrás de urgencias financieras. Inmediatamente Huracán volvió a su lógica autodestructiva, que desalienta las buenas intenciones de quienes se suceden en la dificilísima misión de levantarlo. El último de ellos, Miguel Brindisi, ya empieza a angustiarse. "Me traen refuerzos o me voy", acaba de decir el DT, sabedor de que para Huracán el concepto de refuerzo es un lujo casi inaccesible.
"Cuando los jugadores venían al club, yo, como técnico, les decía: «De Huracán para arriba hay cinco equipos; para abajo, mil». Hoy hay un poco más de cinco, reconozco que nos han pasado unos cuantos", admitía, en una entrevista de hace unos años, Carlos Babington, el presidente. De entonces para acá, ese retroceso no se detuvo. Y de eso no puede alegrarse nadie.

*Texto publicado por el autor de la nota en La Nación.

domingo, diciembre 19, 2010

Guerra y goles



Volvió Claudio Guerra a Huracán. Volvió para tener, finalmente, su chance. Viene con una promesa valiosa: goles.

miércoles, diciembre 15, 2010

Maidana inauguró el mercado



En los incómodos días de Huracán (ganó un partido tras seis derrotas y sigue en zona de Promoción) apareció una noticia que no conmueve pero que en este contexto se parece bastante a un entusiasmo: Cristian Maidana (mediocampista zurdo, de 23 años) llegó a préstamo por un año, sin cargo y en principio sin opción, según informó el club.
“Chaco” Maidana se formó en las inferiores de Banfield. Llegó a Primera y asombró por su técnica. Duró poco en el Sur: tras disputar 41 partidos fue transferido a Spartak de Moscú. No le resultó fácil adaptarse al fútbol ruso. Entonces, jugó en condición de cedido en Recreativo de Huelva, que no hizo uso de la opción de compra.
“Un mediocampista por la izquierda”, le mencionó el técnico Miguel Brindisi al presidente Carlos Babington en el terreno de las prioridades para el Clausura. Ahora, irán tras los pasos de un defensor (¿será Roberto Ayala, de 37 años, quien se iría de Racing?) y de dos delanteros. “De jerarquía”, pidió el entrenador. La conducción del club sabe que para eso hace falta bastante más dinero que el que tiene Huracán.
Sin embargo, la llegada de Maidana es pura curiosidad: uno de los clubes con más dificultades económicas e institucionales inauguró el mercado de compras.

martes, diciembre 14, 2010

Vale tres



Guapeó Gastón Machín. Cabeceó Ezequiel Roffes. Fue gol. Y ganó Huracán. Como casi nunca: vale tres...

lunes, diciembre 13, 2010

Tres puntos y mil sufrimientos


Apertura 2010, última fecha: Huracán 1-Independiente 0. Hace poco más de un año a Huracán lo llamaban Los Angeles de Cappa . Ese equipo, con Javier Pastore y Mario Bolatti, era motivo de aplausos y admiraciones. Ahora, la realidad se parece estrictamente a todo lo contrario: este equipo bien podría llamarse El Equipo de la Angustia . Ayer, en el Ducó, consiguió un triunfo ajustado que se festejó como una consagración de fin de año. Al desenlace festivo lo impulsaban las circunstancias: Huracán llevaba seis derrotas consecutivas y su promedio se parecía bastante a un avión en picada. El 1-0 a Independiente, además, le permitió evitar el último puesto del Apertura. El Rey de Copas , campeón reciente de la Sudamericana, se quedó con ese lugar de desencantos.
Lo de Independiente fue un perfecto testimonio de relajación. En nada se pareció este equipo -sobre todo en términos de intensidad- al que afrontó su última conquista continental. Y esa actitud, por momentos displicente, mucho tuvo que ver con el triunfo de Huracán. El equipo de Miguel Brindisi mejoró respecto de sus actuaciones anteriores, pero la floja actuación de su rival favoreció su búsqueda. Un detalle: Huracán tuvo más llegadas claras en el primer tiempo (cinco en total) que en la mayoría de sus anteriores partidos completos. Pero le faltó lo de casi siempre en este año: contundencia. El gol que se perdió Ezequiel Roffes, en el inicio, se pareció más a un blooper que a una situación del fútbol profesional. Solo ante el arco, le quedó la pelota mansita y le pasó por debajo de su pie.
Tuvo su revancha el delantero de 19 años. A los dos minutos del segundo tiempo, aprovechó otra guapeada de Gastón Machín por la izquierda para cabecear al gol. Tampoco la desventaja despertó a ese Independiente que parecía guardar fuerzas para el festejo por la Sudamericana, que llegaría a la noche. Siguió careciendo de ambición, de juego, de constancia, de todo. Y, ante eso, Huracán ofrecía el entusiasmo de sus pibes y la jerarquía de Rodrigo Battaglia para administrar su ventaja.
Pero no está preparado para las alegrías cómodas este Huracán. Entonces, sobre el final, cuando Independiente recordó que había un arco rival y el Globo de Newbery se desinfló innecesariamente, el equipo de Mohamed estuvo en la cornisa del empate. Y hasta empató a través de Maxi Velázquez. Pero el árbitro lo anuló por un off side que no había sido tal. Era la última jugada del tiempo adicionado. Recién entonces, Huracán pudo gritar su desahogo. Tras padecer mucho, esa fea costumbre.

Texto publicado por el autor del Blog, en Clarín.

Así estamos:
En el Apertura
En el promedio
El fixture

jueves, diciembre 09, 2010

La gente dice...



La bronca de la gente con la conducción del club, en video.

Más:
Los incidentes en la sede, en Clarin.com.

miércoles, diciembre 08, 2010

Los peores


Otra derrota, la sexta consecutiva. El 0-2 a Vélez establece la peor racha de derrotas en los 102 años de Huracán (junto a la de 1983). Un presente patético.

Así estamos:
En el Apertura
En el promedio
El fixture

martes, diciembre 07, 2010

Cuando Ringo estremeció a todos...


Por Horacio Pagani*
Oscar Bonavena era un autodidacta en materia de promociones y desparpajos. Pero mucho había aprendido de Cassius Clay o de Muhammad Alí (como empezó a hacerse llamar en aquellos años sesenta después de haberse convertido al islamismo). Aunque la historia mediática de Ringo fue casi simultánea. Si fue él, campeón argentino y sudamericano como aficionado, quien mordió en una tetilla al estadounidense Lee Carr en los Juegos Panamericanos de San Pablo, en 1963. Después de la descalificación la Federación Argentina lo suspendió. Por eso se hizo profesional en Estados Unidos y el 1° de marzo de 1964 debutó con una victoria por nocaut en el primer asalto ante el local Lou Hicks. Unos días antes, el 25 de febrero, Cassius Clay (medalla de oro en los Juegos de Roma, en 1960) se convertía en un joven campeón mundial de los pesados tras su espectacular e impensada victoria ante Sonny Liston. Y a sus dotes de extraordinario boxeador, veloz, variado, preciso, le sumaba su estilo provocador y altanero que despertaba adhesiones y odios al por mayor. Y su gesto circense revoleando su puño en el aire mientras Liston estaba caído y vencido, en la revancha, quedó grabado en la memoria de Bonavena, listo para imitarlo.
Uno era el bocón de Louisville, pero el mejor de todos los de su época. El otro, el bocón de Parque Patricios, rindió su prueba de reconocimiento ante el público argentino en aquel choque con Gregorio Peralta, en 1965. El Luna Park tuvo un récord inigualable de concurrencia de casi 24 mil espectadores. Habían ido para denostarlo. Pero terminó comprándolos con su guapeza.
Ganó aquella pelea.
Y largó su campaña de alardes públicos y ostentaciones. Pero quedó transfornado en un querido fanfarrón.
Alí había sido despojado de su título de campeón por su negativa a ir a la guerra de Vietnam, en 1967. Volvió en octubre de 1970 y le ganó a Jerry Quarry. Tenía 28 años. Ringo, también. El moreno bailarín quería recuperar el sitio que le habían birlado. Bonavena, ilustre derrotado de Joe Frazier (dos veces) y de Jimmy Ellis, y vencedor del alemán Midenberger, era bien conocido en Estados Unidos. Y fue, entonces, el rival elegido como trampolín para que Alí buscara ante Joe Frazier el título mundial de los pesados en el Madison.
Usó toda la atillería de su repertorio el porteño de Patricios, con toques de simpatía y golpes bajos de dudoso gusto.
Paseó con un toro por la Quinta Avenida de Nueva York en los días previos. Lo trato de gallina con coreografía incluida en la conferencia de prensa. Como Alí solía anunciar el asalto de las definiciones esta vez eligió el noveno. Y Ringo se rió a carcajadas.
Esa noche del 7 de diciembre de 1970, hace hoy 40 años, el país entero estuvo en vilo. Desde Firpo-Dempesey, en 1923, ninguna pelea había despertado tanta expectativa. La evidencia la dieron las calles vacías y los 79,3 puntos de rating de la televisación que que fueron récord absoluto durante veinte años, sólo superado con los casi 82 del choque Italia-Argentina en una de las semifinales del mundial de fútbol de Italia, en 1990.
Era un combate preparado para Alí. Las bravuconadas de Ringo tenían apenas un efecto folclórico. Las apuestas sólo se dividían según la vuelta en la que se daría el nocaut para el estadounidense. En Argentina una mezcla de temor y de fe en el milagro que Bonavena podía concretar. Al cabo, un mes antes un ignoto Carlos Monzón había dato el gran golpe de los medianos con su victoria fulminante ante Nino Benvenuti, el ídolo italiano, propiamente en Roma.
Guapeó Ringo ante un rival muy superior y de mayor alcance. Y tanto jugó su amor propio que en el noveno, el asalto prometido por Alí, estuvo a punto de derribarlo. Cayó el moreno pero por el impulso de un golpe fallado. Y al fin, Bonavena salió a jugarse en el round 15, desoyendo a Gil Clancy, el téncio contratado y a los hermanos Rago, sus mentores de siempre y terminó en la lona tras un cruce.
El árbitro no le exigió a Alí dirigirse a un rincón netural.
Se quedó al lado del argentino y volvió a derribarlo las dos veces que se levantó. Fue nocaut automático , entonces, por tres caídas. Y eso produjo la desazón mayor. Porque la bravura de Bonavena hubiera merecido, al menos, terminar en pie.
Después cada uno siguió su camino. Alí perdió con Frazier pero volvió a ser campeón. Bonavena, el simpático bocón, terminó confundido en los laberintos de su ambición, asesinado con un balazo.

*Texto publicado en Clarín.

domingo, diciembre 05, 2010

Un desastre


Quinta derrota consecutiva; esta vez 1-3 ante Tigre, rival directo en la pelea por permanecer en la A. El equipo juega mal y defiende peor. Y hay algo más: parece que no tiene arreglo. Así, es un desastre.

Así estamos:
En el Apertura
En el promedio
El fixture

Nota: a modo de cábala, hasta que Huracán no gane dos partidos consecutivos no se volverá a publicar el Fecha a Fecha.

viernes, diciembre 03, 2010

Lo que de nosotros cuentan...



Huracán, según Fútbol para Todos. Una omisión: Los Reyes de los Años 20, que ganaron cuatro títulos para convertirse en los más campeones de esa década. Un motivo para discusión: citan la fundación mítica de 1903 y no mencionan la oficial, en 1908. Y algunos cracks que no podían faltan no fueron citados: Tucho Méndez, Emilio Baldonedo, Jorge Carrascosa, Jorge Alberti, Néstor Rossi, Angel Chiesa... En nombre de la memoria, este puñadito de aclaraciones.

miércoles, diciembre 01, 2010

¿Y de esto cómo salimos?



Miguel Brindisi parece convencido de que se puede salir de este pésimo momento. Los resultados no lo avalan; el juego tampoco. Lo sostiene su inmensa historia. ¿Alcanzará con eso?