martes, mayo 31, 2011

Grande se nace

El afiche publicitario del canal Fox Sports, en el comienzo de este Siglo XXI. Un mensaje que atraviesa los tiempos.

Guillermo Stábile, con el Globo de Jorge Newbery en el pecho, en un clásico retrato de la década de 1920, en la que Huracán resultó el más campeón junto a Boca. El emblemático delantero fue el máximo anotador del Mundial de 1930. Un crack de todos los tiempos, en la antesala de la Era Profesional. Un lujo huracanense en años en los que se forjó la condición de grande.

Mucho antes del 31 de mayo de 1931, cuando se disputó la primera fecha de la Era Profesional, el fútbol argentino ya se había destacado a nivel de Selecciones (tetracampeón en Sudamericanos y medalla de plata olímpica) y su Liga se jugaba desde 1891 e ininterrumpidamente desde 1893. El comienzo de esa nueva era fue apenas una modificación en el modo de organizarse; pero el deporte seguía siendo el mismo, por supuesto. Y los clubes también, claro.

La bandera más grande de la hinchada de Huracán es ese inmenso telón que no falta a la verdad: "Grande se nace", sostiene en letras rojas sobre fondo blanco. El título del Libro Oficial del Centenario, en 2008, se hizo eco de ese mensaje. Y así se llamó. Un recorrido por la Era Amateur advierte que al momento de llegar al Profesionalismo había, claramente, seis equipos grandes. Cualquiera de las variantes razonables (porcentaje de puntos, títulos, cantidad de socios, estadio) que se consideren, así lo determinan. Lo que sigue es un relevamiento de cada una de ellas al inicio del campeonato de 1931, considerando a cada uno de sus participantes.

Por títulos de Liga y temporadas en la máxima categoría:

1) Racing*: 9 títulos (desde 1913 a 1919, 1921 y 1925); 1 subcampeonato (1920). Temporadas en la máxima categoría: 20. Fundado en 1905.
2) Boca**: 6 títulos (1919, 1920, 1923, 1924, 1926 y 1930); 3 subcampeonatos (1927, 1928 y 1929). Temporadas en la máxima categoría: 18. Fundado en 1905.
3) Huracán**: 4 títulos (1921, 1922, 1925 y 1928); 2 subcampeonatos (1920 y 1923). Temporadas en la máxima categoría: 17. Fundado en 1908.
4) San Lorenzo: 3 títulos (1923, 1924 y 1927); 2 subcampeonatos (1925 y 1926). Temporadas en la máxima categoría: 16. Fundado en 1908.
5) Independiente: 2 títulos (1922 y 1926); 2 subcampeonatos (1912 y 1923). Temporadas en la máxima categoría: 19. Fundado en 1905.
6) River: 1 título (1920); 5 subcampeonatos (1909, 1917, 1918, 1921 y 1922). Temporadas en la máxima categoría: 22. Fundado en 1904.
7) Estudiantes La Plata: 1 título (1913); 3 subcampeonatos (1914, 1919 y 1930). Temporadas en la máxima categoría: 19. Fundado en 1905.
8) Gimnasia La Plata: 1 título (1929); 1 subcampeonato (1924).
Temporadas en la máxima categoría: 15. Fundado en 1887.
9) Quilmes: 1 título (1912). Temporadas en la máxima categoría: 28. Fundado en 1887.
10) Platense: 1 subcampeonato (1916). Temporadas en la máxima categoría: 18. Fundado en 1905.
11) Vélez: 1 subcampeonato (1919). Temporadas en la máxima categoría: 12. Fundado en 1910.
12) Argentinos: 1 subcampeonato (1926). Temporadas en la máxima categoría: 9. Fundado en 1904.
Sin títulos ni subcampeonatos: 13) Atlanta (19 temporadas en la máxima categoría; fundado en 1904); 14) Tigre (17; 1904); 14) Ferro (17; 1904); 16) Lanús (12; 1915); 17) Chacarita (6; 1906); y 18) Talleres de Remedios de Escalada (5; 1906).

*Racing fue el más campeón de la década de 1910, con siete títulos de Liga.
**Boca y Huracán fueron los más campeones de la década de 1920, con cuatro títulos de Liga cada uno.



Por porcentaje de puntos:

1) Boca: 76,71 (538 puntos-380 partidos).
2) Racing: 76,67 (736-480).
3) San Lorenzo: 69,10 (586-424).
4) Huracán: 68,02 (502-369).
5) River: 66,86 (686-513).
6) Independiente: 65,74 (614-467).
7) Estudiantes La Plata: 60,00 (492-410).
8) Gimnasia La Plata: 59,17 (471-398).
9) Chacarita: 57,96 (182-157).
10) Platense: 55,99 (505-451).
11) Talleres R.: 52,41 (152-145).
12) Argentinos: 50,67 (226-223).
13) Vélez: 49,55 (333-336).
14) Lanús: 46,83 (310-331).
15) Tigre: 46,03 (406-441).
16) Quilmes: 44,12 (495-561).
17) Ferro: 41,36 (364-440).
18) Atlanta: 41,01 (383-467).


Por cantidad de socios*:

1) River: 3.661.
2) Boca: 3.022.
3) Racing: 2.624.
4) Independiente: 2.601.
5) San Lorenzo: 2.347.
6) Huracán: 1.974**.
7) Gimnasia La Plata: 1.700.
8) Talleres R.: 1.350.
9) Vélez: 1.249.
10) Ferro: 1.246.
11) Argentinos: 1.200.
12) Chacarita: 978.
13) Estudiantes: 800.
14) Platense: 700.
14) Quilmes: 700.
16) Atlanta: 460.
17) Tigre: 456.
18) Lanús: 418.

*De acuerdo con los datos de la Memoria y Balance de la Asociación Argentina de 1926, referidos en el libro "Historia del Fútbol Amateur en la Argentina", de Jorge Iwanczuk.
**De acuerdo con datos del propio Huracán, al finalizar 1926 el club contaba con 1.974 socios.


Por capacidad de los estadios*:

1) San Lorenzo: 73.400.
2) River: 58.000.
3) Boca: 55.000.
4) Huracán: 40.900.
5) Vélez: 15.972.
6) Platense: 14.100.
7) Argentinos: 10.100.
8) Chacarita: 8.000.
8) Ferro: 8.000.
10) Atlanta: 5.480.

*De acuerdo con datos publicados por el diario La Nación en 1930 y referidos en el libro "Historia del Fútbol Amateur en la Argentina", de Jorge Iwanczuk. Sólo se incluyen los estadios de la Ciudad de Buenos Aires.


El texto inaugural del historiador Jorge Iwanczuk en su estupendo libro "Historial del Fútbol Amateur en la Argentina". Señala: "En esas largas horas hojeando los diarios amarillos y llenos de polvo confirmé que los clubes no nacieron el 31 de mayo de 1931, fecha de inicio del Profesionalismo. ¿Por qué entonces si antes llenaron estadios con 40.000 espectadores y fueron grandes Racing, Boca, Independiente, San Lorenzo, Huracán, River... y hasta hubo un Campeonato Mundial en el que salimos subcampeones con jugadores amateurs, empezar a contar la historia por la mitad?"

Actualización: Texto publicado originalmente en mayo de 2008. Ahora, al cumplirse 80 años de la primera fecha de la Era Profesional, se vuelve a postear.

domingo, mayo 01, 2011

Los laburantes


Por Pep, de La Redó
El futbolista, aunque a veces no parezca, es, sin duda, un trabajador. Por definición, por clase y por historia gremial. Cierto es que es dificil incluir entre los proletarios a las mega estrellas, como así también a la gran mayoría de los jugadores de las primeras divisiones del mundo entero, y a los de varios de categorías de ascenso. Sin embargo, ese status de privilegiados no quita que sigan siendo tipos que ponen su fuerza de trabajo a cambio de otros que le pagan un sueldo como contraprestación. Que sea alta esa remuneración, y que contemple varios bonos adicionales no le quita el carácter de salario. En este punto la disquisición amenaza irse al carajo por lo que no se entrará en el supuesto de los directivos a sueldo, sino que se seguirá centrando el post en los futbolistas.

No siempre los futbolistas fueron trabajadores acomodados. Hubo una época en la que ni siquiera eran considerados trabajadores (a veces por propia voluntad, cierto es). En lo que refiere al fútbol argentino, se pasó de una época puramente amateur a algo que con el tiempo se denominó “amateurismo marrón“, es decir jugadores que cobraban por jugar pero que supuestamente o directamente “no cobraban“, o bien cobraban por “hacer otras tareas“. Lo que puede definirse actualmente como trabajo en negro.

A fines de la década de 1920 y principios de los años 30s los jugadores comenzaron a reclamar la regularización de sus vínculos con los clubes, aunque básicamente lo que más les interesaba era conseguir vulnerar la “ley candado“, un pacto entre los dirigentes de los clubes por el cuál ninguna institución contrataría a un futbolista sin el visto bueno del club anterior. Esto hoy parece lógico y razonable, en tiempos profesionales, pero en aquellos años de pseudoamateurismo resultaba un cepo a la carrera de cada jugador.

Supuestamente los jugadores eran aficionados, por lo que en teoría los clubes no podían negarse a que pasen a otro equipo. Al mismo tiempo los jugadores al recibir pagos “irregulares” no podían agarrarse abiertamente de una mejor oferta. El “pacto de caballeros” al ser algo no escrito pero de cumplimiento generalizado aseguraba poner a los futbolistas bajo el dominio total de los directivos.

1931 ya había comenzado como un año agitado en el fútbol argentino, ya que iba in crescendo la disputa entre aquellos clubes que querían la creación de una liga profesional y aquellos otros que se oponían. En realidad la pelea incluía a su vez a aquellos que querían profesionalismo, sí, pero sólo para algunos, y los que querían profesionalismo para todos. De todos modos era una discusión intra patronal.

Los jugadores vieron la oportunidad de plantear con dureza sus requermientos. No existía aún Futbolistas Argentinos Agremiados, ni ninguna otra agrupación sindical propiamente dicha. El reclamo lo había planteado una Asociación Mutual de Jugadores, lideradada por dos jugadores de Huracán, Hugo Roque Settis (Secretario General de la Mutual), y Juan Pablo Bartolucci. Los futbolistas no exigían cobrar por jugar, porque de hecho ya cobraban, sino que se les permitiera la libertad de contratación, penándose la aplicación de la “ley candado”. Así lo explicó posteriormente el propio Settis:

“No fuimos a discutir el tema económico, ya que por entonces la mayoría de nosotros cobraba por jugar. Lo que queríamos era la libertad de contratación. Terminar con la exclusividad que tenían los clubes sobre nosotros y poder decidir dónde jugar. Queríamos ser libres”

El mismo ex defensor del Globo mantenía sus dichos en 1976, según declaraciones a La Opinión rescatadas por Ariel Scher y Héctor Palomino en su libro “Fútbol: pasión de multitudes y de elites“:

“No estaba en juego el aspecto económico (…) Aunque lo nuestro era un amateurismo marrón, lo que queríamos era la libertad como seres humanos. Los señores dirigentes pretendían mantener de por vida la llamada ´ley candado´, de su invención, es decir, utilizándonos como una mercancía a los jugadores de fútbol y convirtiéndose así en los negociadores exclusivos de nuestras transferencias“.

Los futbolistas, en plena primera dictadura militar de la Argentina y con estado de sitio vigente, marcharon hasta la Casa Rosada para plantearle sus exigencias al presidente de facto y usurpador, José Félix Uriburu. Obviamente Uriburu no los atendió, pero delegó la cuestión en el intendente de la Ciudad de Buenos Aires, José Guerrico, quien dijo a los jugadores que los apoyaría, siempre y cuando aceptaran discutir el “profesionalismo” con los clubes.

Unos pocos días después los jugadores, encabezados por Settis y Bartolucci, declararon la huelga. Los dirigentes de los clubes más populares y poderosos aprovecharon para declarar la creación de la liga profesional, la que contó con el visto bueno de los jugadores más combativos, que obtuvieron algunas concesiones, pautadas a su vez en la creación de un “contrato tipo” entre clubes y futbolistas, habiendo participado en la confección de dicho “modelo” también los abogados de los propios jugadores.

Los futbolistas jamás habían exigido específicamente la instauración del profesionalismo, pero Guerrico entendió (no sin razón) que era todo parte del mismo problema. Fue así como nació el fútbol argentino moderno tal como lo conocemos hoy, tal es así que la etapa anterior suele ser ninguneada incluso por los supuestos especialistas mediáticos. Fue así que quedó instaurado el famoso profesionalismo.

Ese fue el primer gran reclamo de los futbolistas argentinos. Vendría luego la huelga del 48, la fundación de Futbolistas Argentinos Agremiados, la promulgación del Estatuto del Jugador de Fútbol Profesional en 1973, y varias medidas de fuerza más, algunas por motivos eminentemente económicos y otras por cuestiones un poco más “altruistas”, pero ninguna hubiese sido posible sin la lucha de aquellos pioneros de los años 30, aquellos jugadores encabezados por dos quemeros, Settis y Bartolucci, a quienes se homenajea en este día tomándoselos como símbolos del resto de los trabajadores, futbolistas o no.

Cerrado por tristeza


Tras la derrota en el clásico ante San Lorenzo (0-3 en el Nuevo Gasómetro), el Blog decidió cerrarse por el momento. No hacen falta muchas explicaciones. Se trata de esta tristeza de todos.

Así estamos:
En el Clausura
En el promedio
El fixture