miércoles, mayo 27, 2015

La Sexta Copa, la Décima Estrella


La imagen de la Copa Competencia Británica George VI, de 1944, en el libro de la Memoria y Balance de la AFA de entonces. Fue donada por el embajador británico en Buenos Aires, David Kelly, en nombre del Reino Unido, su rey George VI, de la Football Association (FA) y el International Board (IFAB). Siete décadas antes de la Copa Argentina, otro trofeo para las vitrinas. 

Ahora, con la Supercopa, ya son Trece las Estrellas.

sábado, mayo 23, 2015

El mejor arquero de nuestra historia



No es una exageración, sino una certeza: Marcos Díaz es el mejor arquero de los más de 106 de vida de Huracán. Ahora, claro, también es un referente. Y desde ese lugar, dice...

viernes, mayo 22, 2015

Un empate, mil preocupaciones



Temperley 0-Huracán 0
Es un equipo indescifrable. Juega finales como un campeón y partidos presuntamente accesibles como un alma en pena, casi sin ganas, con cierto desdén por momentos. Volvió a suceder en este empate que mereció ser derrota.

miércoles, mayo 20, 2015

Tiempo de ángeles y de bandidos


Una imagen, un momento crucial. El oro y el barro. La gloria y el despojo. El fútbol y la trampa. El juego y la vergüenza. Aquel 2009, tiempo de ángeles y de bandidos.

miércoles, mayo 13, 2015

Caminar juntos


Huracán y una de sus tantas expresiones populares. Una resistencia, una búsqueda, un grito colectivo. Nosotros.

sábado, mayo 09, 2015

Un equipo para el diván


Huracán 1 - Olimpo 3
Huracán es el equipo más absurdo y más ciclotímico del fútbol argentino. Como decía un allegado a la dirigencia a la salida de la platea Alcorta: “Que contraten a Freud para explicar todo esto...” Sí, este grupo que conduce Néstor Apuzzo es capaz de poner de rodillas al Cruzeiro -bicampeón de Brasil- y de dar pena frente a Mineros bajo cielo venezolano. Sí, estos jugadores que se ganaron el pedestal de la historia pueden ganarle a River la final de la Supercopa y abrazar la Estrella Trece, pero también pueden jugar un segundo tiempo flojísimo ante Olimpo y perder un partido que parecía resuelto.

Sucedió mientras la tarde se hacía noche bajo el cielo del Palacio Ducó (vacío por decisión de las autoridades de seguridad vinculadas al fútbol): Huracán ganaba sin jugar bien ante un rival que parecía roto, condenado. Quedaba casi nada. A los locales les alcanzaba con ese gol de penal convertido por Torassa...

Pero no. De repente, en apenas 13 minutos, todo se deshizo. Olimpo, que marcó un gol tras 779 minutos, volvió a creer que podía. Observó que su rival ya estaba preso de su propio libreto. Y que no tenía Plan B. 
En ese instante, tras el empate (rebote afortunado resuelto por Royón) el equipo de Bahía Blanca se hizo dominador. Creyó de nuevo. Y Huracán, este equipo capaz de lo mejor y de lo peor, seguía jugando como si se tratara de un entrenamiento. Dos ejemplos: Espinoza fue supersónico contra River (como en el seleccionado Sub 20, también) y ayer no generó nada. Vismara -habitual patrón de todas las estancias en los partidos decisivos- parecía cansando, despojado de su habitual impronta de león. Sintomático: los dos mejores -en términos potenciales- se parecían mucho a los peores. 

Olimpo lo aprovechó. Y lo liquidó: tres minutos después de empatar, se puso en ventaja a través de Jonathan Blanco (en la jugada previa hubo mano de Klusener). Luego, mientras las desesperación lo hacía débil a Huracán, el visitante se aprovechó. Lo esperó. Lo aguantó bien agrupado. Y, ya sobre la hora, lo golpeó: el tercero, el de la certeza de la primera victoria de Olimpo (llevaba 12 partidos sin ganar), lo convirtió Klusener. El asombro sucedía en el Ducó vacío. Era el tiempo para que Huracán comprara un diván...

Texto publicado por el fundador del Blog, en Clarín.

lunes, mayo 04, 2015

sábado, mayo 02, 2015

Un punto y un principio



Central 1-Huracán 1
El punto suma, claro. Pero lo importante es lo que viene. Desde acá al receso (por la Copa América) llegó el tiempo de sumar, ya sin doble competencia. Es tiempo de demostrar que no hubo casualidad en la reciente gloria de los Supercampeones.