martes, diciembre 22, 2015

Allá vamos, América


Se sortearon los cruces y los grupos de las primeras dos fases de la Copa Libertadores. Huracán deberá enfrentar en la etapa inaugural a Caracas. El primer partido, que marcará el inicio de la edición 2016 de la máxima competición continental, sucederá en el Palacio Ducó, el 2 de febrero. La revancha, a la semana siguiente será en el Estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Más:
Detalles del Caracas, en su web oficial.

En caso de pasar de ronda, Huracán accederá al Grupo 4 en el que se enfrentará a Peñarol (pentacampeón y cabeza de serie), Atlético Nacional (campeón de la Libertadores en 1989) y Sporting Cristal. El eventual fixture es el siguiente:

Primera Fecha: Atlético Nacional (en el Palacio Ducó)
Segunda Fecha: Peñarol (en Montevideo, en la inauguración oficial del Estadio de Peñarol)
Tercera Fecha: Sporting Cristal (en Lima)
Cuarta Fecha: Sporting Cristal (en el Palacio Ducó)
Quinta Fecha: Peñarol (en el Palacio Ducó)
Sexta Fecha: Atlético Nacional (en Medellín)

domingo, diciembre 20, 2015

Pintar la gloria


Huracán busca, quiere, va. La imagen pertenece a 1928, tiempo de gloria como nunca. Aquel momento en el que éramos los mejores en el mejor fútbol del mundo, el del Río de la Plata. Decían que la gloria nuestra era en blanco y negro. Ahora le estamos poniendo colores...

jueves, diciembre 17, 2015

Un lindo trío



Antonio Mohamed,Víctor Delgado, Sergio Saturno. Con ellos tres como figuras Huracán regresó a su lugar, en 1990. Con ellos tres, también, protagonizó sin traumas aquellos primeros años de la década del 90. Acá, en este video, un triunfo 3-1 ante Argentinos, con goles que llevaron el sello de cada uno de ellos. Un lindo trío. Para aplaudir, para recordar.

lunes, diciembre 14, 2015

La historia como corresponde


Por Roberto Guidotti
Dice Jorge Iwanczuk, autor de libro Historia del fútbol amateur en la Argentina: “Contar la historia del fútbol argentino desde 1931 es como contar la vida de una persona desde los 18 años”. Precisamente, esa versión parcializada de la estadística de nuestro deporte más popular nos acompañó a los futboleros durante las últimas cuatro décadas desde que cierto periodismo decidió arbitrariamente hacer un corte, y comenzar a contar los campeonatos desde el nacimiento del profesionalismo en 1931. Antojadizamente encajonaron los 40 años fundacionales de un deporte que en la Argentina se juega oficialmente desde 1891, con la participación en aquellas décadas nacientes de la mayoría de los equipos más tradicionales. Nunca hubo una fundamentación lógica de tamaño despropósito, olvidando en los cajones de las redacciones las fotos y las crónicas de la gloriosa Academia, primer heptacampeón desde 1913 a 1919, al Boca glorioso en su gira por Europa del 25 y ganador de seis torneos de Liga, al Huracán ganador y cuatro veces rey vernáculo en tiempos de Stábile, goleador de aquel primer Mundial de Uruguay en 1930, disputado con jugadores amateurs pero tan oficial como todos los mundiales siguientes.

También quedaron en el olvido futbolistas de la talla de Manuel Seoane, de Independiente, máximo artillero de la era no rentada, o Jacobo Urso, emblema de San Lorenzo que se convirtió en leyenda a partir de su muerte producto de un choque con un rival que le perforó un riñón, con apenas 23 años. Pero los historiadores y estadígrafos de fútbol jamás admitieron esta omisión mediática. El Centro de Investigación de la Historia del Fútbol siempre luchó por la incorporación de los datos de la era amateur con el mismo nivel de importancia que los números de los tiempos rentados, y el grupo de Revisionistas Históricos peleó incansablemente en los últimos años para que el fútbol argentino recuperara su memoria.

La AFA hace hoy visibles en su web oficial a todos los campeones de Liga de la historia, incluidos también los ganadores de las 93 Copas Nacionales que han sido el antecedente histórico de la actual Copa Argentina, competiciones paralelas a los torneos regulares e importantísimas en la primera mitad del siglo 20, cuando aún la Conmebol no organizaba eventos continentales. Como todo cambio, esto provocó sismos y protestas de aquellos simpatizantes de clubes que se vieron con menos títulos que sus rivales en la era recuperada. Hinchas de River, Independiente y San Lorenzo suelen manifestarse escépticos con la reparación histórica que posiciona muy bien a Boca, Racing y Huracán, los más ganadores en los tiempos inaugurales y protagonistas de aquellas copas locales que sus adversarios ningunean. Pero acá no se trata de recortar períodos en base a conveniencias para medir tamaños de grandeza, se trata de reconciliar a nuestro fútbol con su infancia injustamente olvidada. Y se ha logrado, en un acto de justicia para tantos jugadores, técnicos y dirigentes pioneros de nuestro deporte número uno.

*Periodista. Integrante del grupo Revisionistas Históricos.

Texto publicado en el diario Página/12.

viernes, diciembre 11, 2015

El legado de un año de magia


No habrá olvido para este recorrido reciente de Huracán. Desde el fondo de sus infiernos, desde mil tropiezos, desde la maldita costumbre de la derrota asumida, este plantel se transformó en un hito en el recorrido de 107 años de historia. En términos de éxito, sólo comparable a los gloriosos años veinte, en los que el Globo de Newbery resultó el más campeón del Río de la Plata, junto a Boca. En términos de su irrupción, único, mágico, para abrazar por todos los siglos que vengan. Es lógico lo que sucede: la derrota por penales ante Independiente Santa Fe, en la final de la Copa Sudamericana, duele hasta el alma, hasta esas lágrimas del pibe Cristian Espinoza, quemero de ley también en la caída. 

Pero hubo un camino antes. Inmenso: el regreso a Primera, dos títulos en cinco meses, el clásico que dejó a San Lorenzo sin título local, la condición de verdugo de River, la primera final continental, el orgullo de ofrecer todo hasta el último de los suspiros. Se logró a pesar de todo y de todos. Se aprendió de los errores, se permitió soñar lo que nunca se soñaba, se convocó a socios y a hinchas como pocas veces en los tiempos cercanos. Sirve el detalle: el Palacio Ducó, inaugurado en 1947, vivió su temporada de mayor nivel de adrenalina. Y con ese aporte de todos, en silencio, Huracán logró otro triunfo gigante: levantó el concurso preventivo.

Ahora queda un desafío superador para afrontar: que estos 378 días no resulten apenas un espasmo glorioso y hermoso. Que sean un principio. Este plantel, que no debe desarmarse, consiguió algo enorme que no aparece en las vitrinas: puso el nivel de exigencia muy alto. Para lo que vendrá. Para que esta gloria sin vuelta sea un perfecto legado.

Texto publicado por el fundador del Blog en Clarín.

Lo que viene...


El dolor todavía habita el ambiente y cada cuerpo quemero. Es lógico: Huracán estuvo a casi nada de ganar su primer título internacional, de sumar la Estrella Catorce. Pero no. No pudo ser: la definición por penales ante Independiente Santa Fe lo dejó vacío, roto, deshecho. No hay reproches en público ni en privado. El mágico impulso internacional de este 2015 terminó con medalla de plata en la Copa Sudamericana, con aplausos, con reconocimiento. Ya pasaron las lágrimas de madrugada en la concentración del hotel Radisson Airport. Ahora, es tiempo de planificar lo que viene, de reconstruir. Se viene un 2016 intenso: otra vez con la Libertadores en el horizonte, con la necesidad de consolidar al Globo de Newbery en Primera como prioridad, con la Copa Argentina como nueva tentación de conquista.

Hay una prioridad: que al rompecabezas que se armó en los últimos tiempos (este plantel que devolvió a Huracán a Primera, que ganó dos títulos, que se transformó en la Bestia Negra de River, que reinstaló al club en el ámbito internacional) no le saquen a sus piezas principales. Ese es el objetivo de Eduardo Domínguez, quien comanda ahora el proyecto. Lo dice, palabras más, palabras menos: encontramos un camino, creemos en él, debemos seguirlo. Por eso, el entrenador ya les manifestó a los dirigentes la prioridad: sostener a este plantel, sobre todo a los once titulares. El escenario no es simple -nunca lo es en Huracán-, pero hay optimismo al respecto.

El panorama arranca con los personajes fundamentales del equipo. El arquero Marcos Díaz tiene contrato hasta diciembre de 2018. "Es nuestro, se va a quedar. Y ojalá podamos tenerlo mucho tiempo. Como dicen los que saben: es el mejor arquero de nuestra historia", le cuenta un dirigente a Clarín. Wanchope Abila -goleador de la Sudamericana- también tiene contrato por tres años más. Su cláusula de rescisión es de cinco millones de dólares. La idea de la conducción es hacer un nuevo contrato, aumentarle los ingresos al futbolista y esa cláusula. Al nueve lo quieren desde el fútbol brasileño. Cristian Espinoza -la joya de La Quemita; líder en asistencias en la Sudamericana- también tiene vínculo con el club hasta el fin de 2018. Hubo una oferta del Villarreal. Fue insuficiente. Seguirá, a menos que desde Europa (trascendió un interés del Arsenal) ofrezcan una cifra capaz de conmover.

Hay otros dos titulares con contrato vigente. José San Román tiene contrato hasta junio de 2016. La idea de los dirigentes y del cuerpo técnico es que extienda el vínculo. Mauro Bogado -pieza clave para Domínguez- firmó a préstamo por dos años (finalizará en junio de 2017).

Pero hay varios casos por resolver de futbolistas cuyo contrato vence a fin de año. Los dirigentes pretenden acordar con todos los que juegan de titulares sin condicionar el patrimonio de un club que acaba de levantar el traumático concurso preventivo (la victoria institucional del año y de varias décadas). A Hugo Nervo -el capitán- le quieren comprar el 50 % del pase, a Federico Mancinelli le quieren hacer un contrato de modo tal de que se retire en el club, Federico Vismara es prioridad, Patricio Toranzo es un emblema del que no se quieren despojar "nunca". También quieren negociar la continuidad de Luciano Balbi. ¿Y Rolfi Montenegro? El presidente Nadur quiere tenerlo; cuentan que hay ofertas del mundo árabe.

En cuanto al resto de los futbolistas hay algunas certezas y varias dudas. Entre los que alternan: se sabe que Lucas Villarruel (contrato hasta 2018) y Ezequiel Miralles (préstamo vigente) estarán en 2016 en el club. David Distéfano y Santiago Echeverría cuenta con el visto bueno del cuerpo técnico. Se analizarán sus casos. También hay varios que -parece a esta altura- no continuarán: Carlos Arano, Iván Moreno y Fabianesi, Agustín Torassa, Iván Borghello, Agustín Gil Clarotti, Germán Mandarino, Nicolás Bruna, Guillermo Sotelo, entre otros..

¿Y los refuerzos? "De calidad y sólo de acuerdo a necesidades específicas", dice el presidente Nadur. Suenan algunos nombres, al margen de esa definición: Nahuel Zárate y Claudio Pérez, ambos pertenecientes a Boca. Se verá. Cuando pase el dolor...

Texto publicado por el fundador del Blog en Clarín.

jueves, diciembre 10, 2015

Retrato de un dolor


No hace falta ser de Huracán para comprender el dolor que habita se vestuario. Lo cuentan las caras de todos al entrar y al salir de ese subsuelo de El Campín. El llanto que sucedió lo retratan tantos ojos enrojecidos, tantos rostros que callando dicen todo lo que les duele. Adentro, el desconsuelo de Cristian Espinoza -quemero de ley, desde los días de cuna- conmueve. También las lágrimas de Federico Mancinelli -figura en la final ante Independiente Santa Fe- y las de La Bruja Vismara. De todos. Ese esfuerzo enorme para afrontar todas las circunstancias adversas terminó roto en esos penales. Malditos penales esta vez. Herejes. Los mismos que el año pasado le permitieron ganar la Copa Argentina, ahora le arrancaron la chance de sumar la Estrella Catorce, su primer título internacional.

La gente -esos más de 2.000 que agotaron sus entradas y se hicieron escuchar en varios tramos del partido- reconoció a este equipo. No sólo en la cancha, también en la concentración. Ya cuando la medianoche se presentaba en Bogotá, fueron muchos los que se acercaron al hotel Radisson Airport. Armaron un caminito desde el micro hasta el lobby del hotel. Sólo aplausos. Repetidos. Sostenidos. Sentidos. "Un reconocimiento hermoso", le decía a Clarín el dirigente Néstor Vicente, curtido en victorias y en derrotas, también conmovido.

En los pasillos del hotel algunos trataban de explicarse por qué no se dio. En los celulares brotaban felicitaciones. "Orgullo", fue la palabra elegida por los jugadores, por el cuerpo técnico, por los hinchas, por los dirigentes. "Cuando pase el dolor nos vamos a dar cuenta de lo importante que hizo este equipo", decía Alejandro Nadur, el presidente.

"Acordate que de este golpe nace una revancha. Este no fue el final. Este fue el principio", comentaba un dirigente a otro de los socios llegados a la capital colombiana, en uno de los sillones del lobby del Radisson. Ya cuando el jueves comenzaba. Y cada uno trataba de hacer el duelo a su manera.

Texto publicado por el fundador del Blog en Clarín.

Una verdad de tapa...


Aplausos igual, querido Huracán. Habrá revancha. Empieza hoy...

miércoles, diciembre 09, 2015

Tan cerca que lastima más



Independiente Santa Fe 0 (3) - Huracán 0 (1)
El dolor, a veces, se cuenta callando. Estuvimos a casi nada. Aplausos y orgullo...

martes, diciembre 08, 2015

Somos fiesta


Huracán vive la antesala de la final de la Copa Sudamericana como una fiesta. Sucedió mientras la tarde de Bogotá se hacía noche. Una celebración con banderas con el Globo de Newbery, remeras de todos los tiempos, chicos con las caras pintadas, sonrisas por todos lados. También canciones que los 2.645 metros de altura que ofrece la ciudad no lograron inhibir. "Huracán te vinimos a ver / te llevamos en el corazón...", contaba su verdad uno de los estribillos más repetidos.

Desde las cinco de la tarde y hasta que la madrugada sorprendiera invitando a dormir, ellos -los quemeros que viajaron a Bogotá- palpitaron la final en la llamada Previa Oficial. El nombre del lugar elegido no fue azaroso: La Caldera, ahí en la calle Carrera 14A. Hubo cervezas con el beneficio del happy hour, gente contenta, ansiosa. "No aguanto más, que el partido empiece ya", decían unos y otros. Nadie estaba cansado. Al fantasma de la altura lo evitaban con ese entusiasmo indomable

El organizador del evento es un personaje particular: se trata de Henry May, el inglés que en 2009 llegó a Buenos Aires, fue a ver el clásico ante San Lorenzo, en La Bombonera, y se enamoró. Y fue más allá se encargó de fundar en Londres el Huracán FC London. Y no paró: con Huracán Foundation -una búsqueda que emplea al fútbol como herramienta educativa- anduvo también generando proyectos en India, en Kenia y en Sierra Leona.

Ahora está en Colombia. Parece un detalle de guión. Pero es así. Lo cuenta él mismo: "Llegué a Colombia en 2012 y estaba trabajando como profesor. Decidí fundar Huracan FC Colombia: un proyecto que procura formar jóvenes en habilidades de liderazgo a través del futbol. El resultado fue tan bueno que decidí quedarme a vivir más tiempo en Colombia y decidí junto a Carlos Echeverry formar CoSchool, una organización colombiana enfocada en el mismo objetivo. Ya hemos trabajado con casi 3000 jóvenes (60% de bajos recursos)". Todos lo abrazaban anoche y lo abrazan ahora. En su casa colombiana hospedó hinchas. Por las calles luce orgulloso la camiseta de su club. Aunque en Inglaterra era hincha del Fulham, cuenta que su condición de Quemero ya no tiene retorno. 

Hablaban de Wanchope Abila, de que si hay penales Díaz una vez más puede ser San Marcos, que resulta una buena chance para Rolfi Montenegro en nombre de reivindicar su viejo idilio, que Espinoza tendrá más espacios. La pasión no les cabía (ni les cabe) en el cuerpo. "Va a ser largo el miércoles", señalaba -con cara preocupada- uno de los hinchas. La respuesta de un veterano contaba el deseo de todos: "Tan largo que puede durar para siempre...".

domingo, diciembre 06, 2015

Estamos todos...



Estamos los que que vamos a gritar bajo el cielo de Bogotá, los que acompañaremos al equipo a los 2.645 metros de la capital colombiana, los que se sentarán frente al televisor con la inmensa ilusión de partir luego hacia la Sede de la Avenida Caseros, los que tienen la garganta lista para que el entusiasmo se haga disfonía, los que se deshacen de ansiedad porque quieren que llegue ya ese bendito miércoles, los que imaginan -otra vez- a San Marcos como el patrono de una nueva consagración, los que tienen la certeza de que Wanchope hará el gol de su vida y de su consagración para treparse a los pedestales de Stábile y de Masantonio, los que saben que el Supersónico Espinoza ofrecerá todo lo que tiene adentro de su corazón Quemero y un poco más también, los que advierten que Pato definitivamente se convertirá en el perfecto justiciero del Bochorno de Liniers y enterrará con su tercera Estrella todos los fantasmas de aquel despojo, los que ven a Domínguez y comprueban que hay ideas para abrazar la gloria, los que ya no están y entendemos que andarán como duendes merodeando El Campín, los que estamos convencidos, los que dudan con y sin razón, los que sufrimos casi siempre, los que gozamos desde hace tan poco, los que creemos, los que volvieron a creer, los optimistas pertinaces, los que se dejaron de ver todo negro, los que descubrimos la gloria en colores, los de los Barrios del Sur, los de cualquier rincón del país, los que se mudaron a otros países, los de La Bonavena, los de las plateas que ya llevan otros nombres (la Alcorta, el de Newbery; la Miravé, el de Masantonio), los que pedían que abrieran La Stábile (la visitante de la calle Colonia), los que somos socios, los que se van a hacer socios tan pronto, los dirigentes, los jugadores, los del cuerpo técnico, los médicos, los ayudantes, los de las inferiores, los alcanzapelotas, los vecinos del Palacio Ducó, los que viven lejos, los Quemeros de Ley, los de siempre, los pibes que se sumaron durante este año en el Paraíso... Todos. Estamos todos. Definitivamente todos. Para ganarle al Santa Fe...

sábado, diciembre 05, 2015

A la altura, por toda la gloria



Eduardo Domínguez, el análisis de lo que pasó y de lo que viene. Con una certeza: Huracán va a la altura, por toda la gloria.

viernes, diciembre 04, 2015

Siempre a tu lado...


Final de la Copa Sudamericana, en el Palacio Ducó. La gente de Huracán, los socios, los de todas las edades, los que agotaron las entradas, los que transformaron las plateas en populares. Siempre a tu lado...

Imagen: www.canchallena.com

jueves, diciembre 03, 2015

Un equipo de guerreros

Huracán, en la tapa de Olé. La lucha continúa. Otra final para un equipo de guerreros.

La Copa de la gente



Entradas agotadas, más socios, colas que se hacen con más gusto que fastidio. Y la preciosa consecuencia: esa fiesta del Palacio Ducó que recorre el mundo. Sale Huracán a la cancha, la pasión explota desde cada rincón. Falta un partido. Pero la Copa ya es de la gente...

miércoles, diciembre 02, 2015

Allá vamos...



Copa Sudamericana / Final: Huracán 0-Santa Fe 0

Duro, cerrado, parejo. Faltó un gol para terminar celebrando y viajar a Bogotá con más margen. Pero ahí estamos, otra vez en la cornisa. Justo en ese lugar en el que este plantel más cómodo se siente. Faltan 90 minutos. La gloria espera en la altura de la capital colombiana. Allá vamos...

Peregrinos de la fe Quemera



No es un día más para ninguno de los que está caminando por Colonia o por Alcorta o por Luna o por cualquiera de las calles repletas de hinchas entusiasmados que muestra la escenografía de Parque de los Patricios. La línea H del subte parece organizada para la ocasión. En la estación Caseros baja la mayoría y camina rumbo al Palacio Ducó. Se suman los bocinazos desde los autos y los gritos desde los colectivos. En la calle, son muchos los que agitan banderas con un emblema que las hace iguales: el Globo de Newbery. Es la escena de un momento histórico: la antesala de la primera final continental para Huracán.

Y allí van ellos, peregrinos de la fe quemera, felices, con una sonrisa nueva, con la camiseta llena de orgullo. De repente, la sensación mágica sucede: en ese rato rumbo al partido frente al Independiente Santa Fe de Bogotá, por la final de ida de la Copa Sudamericana, los padecimientos de tantos días lejanos y no tanto quedan de rodillas, abandonados ante este momento que los abraza, los acaricia. Hay muchos con trece estrellas en la indumentaria oficial. Son las más recientes: allí, en ellas, ya se luce la de la conquista más reciente, la de la Supercopa ante River, en San Juan. Pero tambièn están los otros, los que lucen sin traumas camisetas que jugaron en la B y que sufrieron derrotas absurdas que a esta altura parecen una mentira bien contada por algún familiar de San Lorenzo.

Se percibe la fiesta en la previa. Y se consagra en el espacio de la gran cita: el estadio que es -de uno o de todos los modos- un paradigma del sentido de pertenencia. Ese Ducó que construyeron y reconstruyeron tantas generosas manos de los propios hinchas. El que muestra los nombres de tantas glorias en blanco y negro -aquellas de los años veinte, sobre todo; como Stábile y Onzari- que ahora volvieron a ver la luz de la merecida memoria. Sucede que este plantel -con sus éxitos y su recorrido- sólo admite comparaciones con los mejores días. La gente lo agradece del mejor de los modos: con su presencia, dispuestos a la disfonía de un día o de dos o de muchos. Sí, explota el Palacio. Incluso más allá del resultado, es una celebración de este momento. De haber llegado hasta acá. De la posibilidad de ir por más. De sentirse protagonistas.

Son unos 30.000 los socios que pagaron su entrada, pero parecen muchos más. Es tiempo de un grito que resulta el perfecto mensaje para los de adentro: "Para ser campeón/ hoy hay que ganar". Algunos lloran emocionados esta chance. Otros se miran preguntándose si es cierto. El partido sucede. El equipo va por la gloria. Ellos también.

Texto publicado en Clarín por el fundador del Blog.

Ahora, el último paso...



El recorrido de Huracán hasta la final de la Copa Sudamericana. Para aplaudir, recordar y volver a gritar. Ahora, sólo falta el último paso...