miércoles, julio 18, 2018

Vamos...


Huracán es también lo que la pared cuenta: un pedido, una invitación en espera, la esperanza perpetua de que el deseo se cumpla.

Seis palabras, el Globo de Newbery, nosotros.

Luna Quemera, en estado puro.

miércoles, julio 11, 2018

Cuando Stábile era Gardel


Guillermo Stábile, en el tango "Largue a esa Mujica" -de Juan Faustino Sarcione, cantado por Carlos Gardel- es considerado, de algún modo, el mejor. Según el sitio Gardel.es la pieza musical se realizó "en homenaje al equipo de Huracán que se consagró campeón de fútbol de la Asociación Amateurs Argentina, coronando así su década más brillante con cuatro vueltas olímpicas (1921, 1922, 1925 y 1928) y con un plantel que por años se dijo de memoria: Negro o Ceresetto; Nóbile, Pratto; Bartolucci, Federici, Souza; Loizo, Spósito, Stábile, Chiesa y Onzari. En el texto se nombra a casi todos ellos, y a otros más, creando una especie de collage surrealista del deporte y el lunfardo". Su letra resulta un hermoso jeroglífico fùtbolero de los tiempos en blanco y negro:

Largue Chiesa a esa Mujica
por Souza y por Roncoroni,
y Pratto Coty Spiantoni
porque Passini calor.
Lo Onzari que Battilana,
si ha Serrato la Mancini
que si usted Recanattini
tal vez Stábile mejor.

Marassi que yo Bidoglio
que anda con una Peniche.
Y aunque se Fleitas Solich,
a quién se lo va a Gondar.
Qu’el qu’es Nóbile, che, Negro,
nunca Settis Gainzarain,
si deja esa Bidegain
pa’ no volver a Beccar.

Tire Cherro esa Ferreira
que si corre Sanguinetti
lo van a dejar Coletti
en la Celta de un penal.
Es inútil que Lamarque
o a lo mejor la Martínez,
si no valdrá que Jiménez
ni que se haga el Sandoval.

Guarda con la Canaveri,
Miranda que en lo Canaro,
si de usted bate un Purcaro
qu’es Cafferata de acción.
Olvide el Carricaberry,
tírese a la Bartolucci...
¡que mejor es hacer Bucci
que dársela de Mathón!

miércoles, julio 04, 2018

Territorio propio


La calle Luna es toda nuestra. Es Luna Quemera. Lo cuentan las bellezas de sus murales. Como el que esta imagen muestra. Como tantos otros que se pueden descubrir a cada paso rumbo al Palacio Ducó.