miércoles, marzo 12, 2008
Si la pitonisa lo dice...
La Alameda se llama oficialmente Avenida del Libertador Bernardo O'Higgins. Es un trazado de diez kilómetros que recorre la ciudad; nace en la Avenida Los Pajaritos y finaliza en la Plaza Baquedano. Recorrerla en su tramo central es una invitación a encontrarse con personas, personajes y situaciones de todas las variedades.
Hay puestos que ofrecen frutas, corbatas, anteojos, ropa, telas, golosinas, zapatos, plantas y todos los etcéteras que sean factibles de comercializar. Hay una mujer de rasgos orientales que vende frituras. Hay un hombre de traje que come rápido su comida rápida mientras atiende su celular de aparición reciente. Hay un perro que descansa, tendido sobre la vereda, entre todos los vértigos que caminan a su alrededor. Hay chicos que recién terminaron el colegio secundario y cumplen con un rito de origen remoto: piden monedas a modo de reconocimiento, llenos de un ungüento formado por huevo, harina, vinagre, témpera, tomate. Huele de sólo un modo posible: mal.
Hay una pitonisa que tira las cartas y, por algún peso extra, es capaz de decir que Huracán jugará la Libertadores 2009 aunque conozca poco o nada la realidad del fútbol argentino. Hay una gigantografía en la que sonríe Alexis Sánchez. Hay ómnibus inmensos y taxis o remises que, por su precio, es preferible evitar. Hay autos de elite que hablan del Chile próspero. Hay sedes centrales de casi todos los bancos y universidades. Hay un lustrabotas que, además, recita como si fuera un juglar.
Hay una chica que, bajo el sol de Santiago, lee al alemán Günter Grass. Mira sin ningún asombro: para ella esta Alameda de mil historias es una cuestión cotidiana.
Adaptación del texto publicado en Clarín por el autor del Blog.
Post publicado desde Santiago de Chile