Hugo Barrientos es el capitán. El líder. El caudillo. El emblema. El que otorga garantías de luchar sin quebrantos. El que quita, marca y juega. El que escucha aplausos que merece. El que supo ganarle a su comienzo de rojas y juego brusco excesivo. El que, a esta altura, es un indiscutido. El que ya tiene un lugar en la historia reciente de Huracán. El que se ganó un espacio grande en el corazón quemero. El que, además, también hace goles. Como ante Central. Para gritarlo con él. Para abrazarlo todo el fin de semana. Para que se quede para siempre.