Formación de Lanús, en 1949, el año en que tuvo que dirimir la permanencia en la A frente a Huracán. Fue la definición más larga en la historia de un desempate para mantener la categoría.
Clausura, segunda fecha: Huracán-Lanús, en Argentinos. En 1949 nació una rivalidad que crecería ya luego del primer descenso de Huracán. Y hubo un motivo suficiente: en ese año, Huracán y Lanús tuvieron que determinar la permanencia en la máxima categoría. Y debieron recurrir a la más larga y polémica definición en la historia de los desempates de este tipo. Tanto fue así que Huracán se salvó del descenso recién en 1950, luego de cuatro partidos. El 3-2, ya en aquel jueves 16 de febrero, permitió el desahogo. Ese día, el árbitro Müller suspendió el partido cuando faltaban 10 minutos, a consecuencia de que los futbolistas de Lanús no permitieron la ejecución de un penal a favor de Huracán, por una infracción de González a Caserio. En breve, llegó la confirmación de parte de la AFA y así la certeza de la permanencia.
Ese desenlace se pareció mucho a un milagro. Luego de perder en la 32a. fecha ante Estudiantes (0-1, en La Plata), Huracán quedó en una situación casi irremontable. El equipo estaba último con 22 puntos y en el penúltimo lugar compartían espacio Boca, Tigre y Lanús, con 25. Quedaban apenas cuatro puntos en disputa para determinar el único descenso de la temporada. Parecía el fin de una larga presencia de 35 años en Primera (Huracán había ascendido en 1913, en la Era Amateur).
Pero en ese momento, entre la épica quemera y el azar, Huracán consiguió forzar el desempate. El triunfo 2-1 ante Atlanta, permitió prolongar la presunta agonía. A una fecha para el desenlace, quedaron así ubicados en los últimos puestos: Huracán 24, Boca 25, Lanús y Tigre, 26. Tigre se salvó con el empate 2-2 ante Independiente, en Avellaneda. Y en esa jornada final se enfrentaban Boca-Lanús, en La Bombonera. La goleada 5-1 del local y el 1-0 del Globo frente a Banfield generaron un empate en 26 puntos en el último lugar.
Había que resolver cuál de los dos empezaría la década del 50 en la Primera B. Fueron cuatro partidos. En el primero, disputado el 18 de diciembre, ganó 1-0 Huracán en el Gasómetro, con gol de José Vigo. En la revancha, el 24 de diciembte, en Independiente, goleó Lanús 4-1. Entonces, hubo que determinar en un tercer partido, ya que no contaba la diferencia de goles: 3-3 en San Lorenzo, el 8 de enero. Con polémica: los jugadores de Huracán se retiraron del campo disconformes con el arbitraje del inglés Bert Cross, luego de que cobrara dos penales para Lanús y que le anulara un gol a Vigo. Cuatro días después, el Tribunal de Penas determinó que el partido se jugara de nuevo. Más de un mes más tarde, el 16 de febrero, llegó el último encuentro de esta definición interminable: 3-2 en la cancha de River hasta la suspensión a los 35 minutos del segundo tiempo. También durante el encuentro le tocó padecer a Huracán: Lanús estuvo en ventaja dos veces (1-0, por gol de Lacasia; y 2-1, a través de Pairoux), pero con dos tantos de Trejo y otro de Muracco el club de Parque Patricios se impuso. Ferro; Uzal, Filgueiras; Naya, Giménez, Cerioni; Caserio, Muracco, Trejo, Vigo y Lanza fueron los once que ese día llevaron el Globo de Jorge Newbery en el pecho. Con ellos se salvó Huracán. Como pudo, a los empujones.
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