Ernesto Tito Cucchiaroni es uno de los grandes orgullos de Tigre. Llegó en 1949, con 19 años procedente de Posadas, su ciudad. En Victoria jugó 139 encuentros e hizo 51 goles. Fue campeón con la Selección en el Sudamericano de 1955 y luego se consagró en el fútbol italiano, donde fue campeón con el Milan y se destacó con la Sampdoria. Sin embargo, en 1950, conoció el desencanto del descenso a consecuencia de Huracán, que se impuso en el desempate por la permanencia.
Clausura, tercera fecha: Tigre-Huracán. El equipo de Victoria volvió a Primera después de casi tres décadas (su última temporada en la A había sido en 1980). Pero en la máxima división, llevan un largo recorrido de enfrentamientos, desde aquel episodio inaugural de 1915. De todos modos, los dos partidos definitorios para mantener la categoría en 1950, resultaron los más memorables de este historial.
Para evitar el descenso, ese año, Huracán tuvo que sufrir más allá del calendario de la temporada: igualó en el penúltimo lugar con Tigre y tuvo que definir cuál de los dos equipos acompañaría a Rosario Central a la B. Y el equipo de Parque de los Patricios se impuso con autoridad en los dos encuentros decisivos (3-1 y 5-1) y se garantizó su permanencia.
En la última fecha del campeonato, disputada el 26 de noviembre, Huracán igualó 1-1 ante Gimnasia La Plata, en la Bombonera. Así, sumó 29 puntos. En esa misma jornada, se enfrentaron Quilmes (28 puntos) y Tigre (29), en el Sur. Y ganó el local con claridad: 5-1.
Entonces, llegaron las dos finales ante los de Victoria. El domingo 3 de diciembre, en Independiente, Huracán ganó 3-1. Siete días después, en River, el Globo tuvo una actuación de Primera y goleó 5-1. En ambos encuentros, Huracán dispuso los mismos once: Ricardo; Uzal, Filgueiras; Stauskas, Giménez, Cerioni; Caserio, Di Pace, Héctor Manuel López, Vigo y Quiñones. Ellos quedaron para siempre como representantes de un rasgo de estos años duros: la resistencia quemera.
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