La gente de Huracán, bajo el sol de La Paternal, con el agua bendita como telón, en una tarde de 35 grados. Foto publicada en el suplemento deportivo del diario Clarín.
Lo que sigue lo publiqué en Clarín. Se trata de una sensación que crece, a partir de cierta comodidad y, sobre todo, de buenos resultados:
En el año del centenario, Huracán no puede jugar aún en su emblemático Tomás Adolfo Ducó, esa cancha fundada en 1947 como una suerte de palacio, que ahora -luego de ser nombrada como Patrimonio Histórico por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires- necesita refacciones para sobrevivir. Pero a pesar del desarraigo, Huracán encontró en otro lugar de la geografía porteña un recinto en el que se siente cómodo: se trata del Diego Armando Maradona, del barrio de La Paternal. Allí, el equipo de Parque de los Patricios resulta implacable: ganó todos los partidos en los que hizo como local.
En la pasada campaña, en la B Nacional, enfrentó a Defensa y Justicia (se impuso 2-0) y a Ferro (ganó 3-2). Ya en Primera, esta temporada, Huracán ganó los tres partidos que jugó en Juan Agustín García y Boyacá. Y en cada triunfo hubo cierto carácter histórico. Venció 2-1 a River, en la primera victoria como local en el historial desde 2001. Goleó 3-0 a Racing, al que llevaba 10 años sin derrotarlo. Y, ayer, se impuso 1-0 contra el campeón Lanús, al que no le ganaba desde 1996. En suma: cinco partidos, cinco alegrías.
La primera vez que Huracán jugó en el Diego Maradona (reinaugurado en diciembre de 2003, sobre la base del escenario original, fundado en abril de 1940), la sensación fue muy distinta a la de estos días: perdió 4-0 ante Argentinos, en 2004. Luego, por la Promoción de 2006, el equipo que dirigía Antonio Mohamed empató 2-2 y, a consecuencia de que también había igualado el encuentro de ida en el Ducó, no pudo regresar a la máxima categoría. De los 14 futbolistas de Huracán que jugaron ante Lanús, sólo Federico Poggi disputó aquel encuentro. Y Walter Coyette, también presente en aquella tristeza, ayer estuvo entre los suplentes.
A pesar de que la cancha no está en el sur porteño, la zona de mayor influencia quemera, cada cita en La Paternal genera para Huracán sensación de localía. Incluso, más allá del unánime deseo de los hinchas de jugar en el Ducó, ya no se escuchan quejas respecto de ser local en la cancha de Argentinos. Como si en La Paternal (o Villa Mitre, de acuerdo con el catastro oficial) se sintiera a gusto, como en casa.