martes, febrero 12, 2008

Aunque usted no lo crea...

Fernando Avalos, con la camiseta del Nacional de Madeira. Esta temporada, el ex marcador central de Huracán fue contratado por Duisburgo para disputar la Bundesliga. Avalos pasó de ser uno de los peores defensores de la historia del club en 1999 a jugar la Champions League en 2002 para Boavista. Y hasta convirtió un gol en esa competición.

Fernando Avalos jugaba peor que muy mal en el insólito Huracán de la temporada 98/99. Aquel equipo, que durante la mayoría de la temporada condujo la dupla Oscar López-Oscar Cavallero, realizó una pésima campaña y descendió a pesar de contar con Daniel Montenegro, Sixto Peralta, Gastón Casas, Andrés Silvera y Lucho González. Entre sus integrantes estaba también este marcador central clase 1978, nacido en Paso de los Libres y formado futbolísticamente en Deportivo Español. Avalos disputó 29 de los 38 encuentros de esa campaña y fue protagonista involuntario de un episodio curioso y sintomático. El 19 de noviembre de 1998, previo al clásico ante San Lorenzo, en Clarín fue publicada una solicitada devastadora, que a dos hinchas hartos les costó 336 pesos de los tiempos del uno a uno: "Huracán. At. López-Cavallero. Por favor, no pongan más a Ávalos (ni en el banco)".
Ya con el club preso de su segundo descenso, Avalos no volvió a lucir el Globo de Jorge Newbery en su pecho. Pero lo que siguió, considerando su rendimiento en Huracán, resulta cuanto menos curioso: tras quedar libre de Español, en 1999, se sumó a Salvador, de Bahía. Duró lo que uno o dos suspiros. Ya en el verano de 2000 estuvo a prueba en el San Pablo. El técnico del club paulista, Levir Culpi, lo recomendó luego de ver un video de Avalos jugando para Huracán. Sí, aunque usted no lo crea...
Lo que siguió fue más curioso aun: lo contrató Corinthians y compartió cartel con Dida, Vampeta, Freddy Rincón, Marcelinho Carioca y Luizao.
Duró poco. Enseguida comenzó su aventura europea en el Basilea, de Suiza, durante la temporada 2000/01. En diciembre de 2001 fichó para Boavista, de Portugal. Y al año siguiente se dio un gusto enorme: jugó la Champions League (cuatro partidos y un gol). En Julio de 2003 pasó a Nacional, el club en el que se formó el último gran crack portugués, Cristiano Ronaldo. Desde entonces, con el club del archipiélago de Madeira disputó 131 partidos e hizo cuatro goles.
Pero ahora, cuando parecía que comenzaba el declive, dio otro salto: lo contrató el Duisburgo, de Alemania, para reemplazar a Roque Junior, el experimentado y exitoso defensor brasileño. Sucede algo increíble, visto con ojos quemeros: el equipo de la primera división alemana quiere mantener la categoría. Dicen que para eso llamaron a Avalos. Una paradoja del tamaño de una década...