sábado, noviembre 03, 2007

Carta abierta a Bottinelli


Estimado Jonathan:

Leí lo que dijiste. Por eso, se me ocurrió escribirte.
Cuando vos recién habías nacido, Huracán ya había ganado cinco títulos de liga (1921, 1922, 1925, 1928 y 1973) y San Lorenzo ya se había ido a la B hacía tres años. Y desde 1915 jugaban un partido que supo hacerse clásico por mil componentes por los cuales un partido se hace clásico.
Mucho antes de ese 14 de setiembre de 1984 en el que viste la luz por primera vez, el clásico ya había vivido días de gloria. Para tu querido San Lorenzo y para nuestro querido Huracán. Nombres grandes de verdad como Rafael Albrecht o el Gringo Scotta o como Miguel Brindisi o René Houseman te lo podrían contar...
Incluso varias décadas antes de que vos dijeras que el auténtico clásico de San Lorenzo es Boca, miles de diarios, revistas, libros y afines contaron la verdad: el paradigma del clásico barrial fue, es y seguirá siendo entre cuervos y quemeros.
Te cuento más Botti: cuando casi nadie había nacido de los que estarán en el Nuevo Gasómetro para disfrutar esta 154a. edición del partido entre ambos, para verte a vos y al resto de los jugadores, Huracán jugaba su clásico principal contra Boca, en la Asociación Argentina.
Estimado Jonathan, repetilo: el clásico de San Lorenzo se llama Huracán. No lo decís vos. No lo digo yo. Lo cuenta desde hace mucho tiempo la historia.