viernes, agosto 24, 2007

El teatro de Arroyito

René Houseman llegó a Huracán para la pretemporada de 1973. Era un desconocido para el fútbol de Primera. Venía de ser campeón de Primera C con Defensores de Belgrano, el año anterior. Y su primer año fue una demostración de maravillas, sobre todo en la primera rueda. Jugó 11 años en el club, hasta 1983. Disputó 266 encuentros (séptimo en la historia) y convirtió 108 (es uno de los cinco jugadores que marcó más de 100 goles en el profesionalismo para Huracán).

Aquel 6 de mayo de 1973 sucedió un hecho único en la historia del Gigante de Arroyito: un equipo visitante se fue aplaudido por su actuación. Los hinchas de Central, luego del 5-0, le rindieron tributo a ese equipo de arranque colosal y mágico en el Metropolitano. Ese encuentro, perteneciente a la undécima fecha fue también un hito en la campaña del equipo que luego sería campeón. La mayor ovación de la tarde, de todos modos, fue para El Loco Houseman, quien luego de gambetear a cada defensor de Central que se cruzó en el camino, construyó una pared con Roque Avallay y definió al ángulo. Fútbol puro... "Nunca volvería a suceder", cuenta Héctor Hugo Cardozo, columnista de Clarín y conocedor en detalle de la vida y entretelones de ese estadio.

Más:
El fútbol hecho fantasía, por Pedro Uzquiza y Oscar Barnade, en Clarín.