domingo, agosto 05, 2007

La fiesta de todos

Breve video del recibimiento del equipo.

Por Julio Chiappetta, periodista de Clarín*
Allí estaban... Máximo Federici, Herminio Masantonio, Agustín Alberti, Delfín Unzué, Guillermo Stábile, Angel Chiessa, Jorge Alberti, Cesáreo Onzari, Emilio Baldonedo. Todos ellos tienen su rinconcito en lo alto de la platea Miravé, anoche vacía, todavía inhabilitada, como los ex dirigentes Luis Seijo y Jacinto Armando. Allí estaban todos ellos junto a Jorge Newbery, el que le dio vida a ese sueño de un grupo de jóvenes del barrio de Pompeya -vecino a Parque de los Patricios-, en su mayoría alumnos del colegio Luppi, hace casi un centenar de años. Allí estaban todos ellos junto a los inolvidables Ringo Bonavena y Julián Centeya. Allí estaban todos ellos junto a Tucho Méndez, quien falleció cuando estaba en Primera, y Pipo Rossi, quien se fue a habitar una estrella antes de ver el tercer ascenso del Globo. Allí estaban todos ellos junto al Turco (Mohamed) y al Inglés (Babington), técnico y presidente actuales, ciudadanos ilustres del enorme país quemero.
Es que toda La Quema dijo presente. Allí estaban casi veinte mil almas de Patricios, Pompeya, Soldati, Lugano, Villa Diamante, Almagro y Barracas, el mítico bar de Caseros y Rioja, todos con un globo rojo pintado en la piel, sobre la tetilla izquierda. ¿Frío? El corazón estaba más caliente que nunca. Ese corazón que casi se paraliza a los 19 segundos pero que 6 minutos más tarde le dio toda la adrenalina posible a un grito que fue explosión, como se gritan esos goles que marcan historia: con alma y vida. Con el desahogo de esos cuatro años "juntando" espera. Con las lágrimas de los viejos y, también, de los jóvenes que le dieron la bienvenida a un grande del fútbol argentino que volvió a ocupar el lugar de Primera que merece. Por historia, por tradición, por barrio, por cultura, por los cracks que brillaron con su blanca camiseta.
Es cierto que Huracán tuvo su época de oro en el amateurismo, cuando obtuvo los títulos de 1921, 1922, 1925 y 1928, lo que le valió la consideración de equipo grande. Hasta la llegada del profesionalismo, Huracán era el cuarto equipo que más campeonatos había conseguido. Aunque, en la era profesional, el único logro fue el de 1973, con Babington en la cancha (junto a Brindisi, Carrascosa, Houseman, Avallay y compañía) y Menotti en el banco.
En 1946, el teniente coronel (RE) Tomás Adolfo Ducó, vicepresidente de la AFA, logró incluir a su club en el grupo de elite que conformaban River, Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo, como el sexto grande. Pero sus tres descensos posteriores a esa vuelta olímpica del 73 pusieron en cuestión ese lugar. Más todavía cuando clubes como Vélez o Estudiantes lograron más títulos locales e internacionales.
Pero nadie le puede quitar que tiene al tercer goleador de la historia (Masantonio). Que tres de los cinco máximos goleadores del profesionalismo jugaron en Huracán (Erico e Infante, además del citado Masantonio). Que es el cuarto club en construir su propio estadio de cemento. Que Onzari convirtió el primer gol olímpico. Recuerdos que no se van a borrar. Como el de anoche...

*Junto a él y a Sebastián Varela del Río me tocó cubrir el regreso de Huracán a la A.

Publicado en Clarín.