martes, agosto 14, 2007

El peso de la camiseta


Lo que sigue lo escribió mi amigo y columnista de Clarín, Héctor Hugo Cardozo, en ocasión del ascenso de Huracán, para el suplemento especial al respecto. Se titula "El peso de la camiseta". Se trata de una reflexión muy valiosa, para tener siempre en cuenta:
"Volver de algún lado, siempre se vuelve. Se puede volver una, dos, cien veces. La cuestión es cómo se vuelve. De qué manera se emprende el retorno. Y Huracán volvió como se debía, haciéndole un guiño a su trascendente pasado. Reconquistando su lugar, el derecho a jugar en Primera, con clase, con hidalguía. Y demostrando, como es habitual en este mundo de la pelota, que se puede sufrir, llorar, amargarse, por las caídas pasajeras, pero que la historia sigue. Y sigue. Y da revancha, satisfacciones. Alegrías. Felicidad. Y que la grandeza está más allá y muy por encima de las buenas o malas circunstancias por la que atraviesan los clubes en su vida diaria.
Huracán regresa con el honor de respetar el buen juego y a la pelota. Necesitó de un hijo pródigo como Antonio Mohamed para encabezar la marcha y conducir la tropa futbolera. Una marcha que arrancó en la temporada pasada y que se frustró en aquellas dos infartantes finales con Argentinos Juniors. Y ahora penó en San Juan hace poco más de una semana, pero se puso de pie y le pasó el trapo a uno de los equipos más complicados de la división superior. Ese mérito debe resaltarse.
Pero hay un dato que no debe dejarse nunca a un costado. Que suele tener un valor clave en estos choques decisivos, donde se define a suerte y verdad; los colores de la camiseta. No importa que Huracán haya jugado sus últimos años en el ascenso. Su gente se mantuvo fiel, porque así como los éxitos suman fiestas, las penurias nunca derrumban los sentimientos puros. Y porque los colores tiran, pesan, suelen tener un rol determinante en situaciones extremas. Y la camiseta de Huracán arrastra años de presencia. Con la gloria de sus comienzos y el linaje que le añadieron sus inolvidables cracks al fútbol argentino.
Es tiempo de jolgorio en Parque Patricios y en cada uno de los rincones en donde palpita el corazón de sus hinchas. Huracán es noble por nacimiento y merece codearse con los otros nobles. Y porque a Huracán, como a cualquiera de los clubes que fundaron el fútbol, ningún tropiezo le significará que pueda perder el pasado. De aquí en adelante, entonces, afrontará diferentes desafíos, tendrá que superar otros escollos. Pero está curtido, Huracán. Seguramente los golpes lo fortalecieron y emprenderá este nuevo destino con los mismos sueños de sus fundadores. Tal vez sea la hora de la refundación, para que los buenos momentos se sucedan y le haga honor a la camiseta. Como se debe, claro".