En 1983, Sudáfrica vivía aún los días duros del apartheid. Las playas de Durban, a unos 400 kilómetros de Johannesbrugo, eran territorio exclusivo de las personas de raza blanca. Hacia allí, nunca supo bien cómo, llegó un día de ese año René Houseman, aquel paradigma del wing, que había sido campeón con Huracán en 1973 y del Mundial de 1978 con la Selección argentina.
Ya estaba en el epílogo de sus años locos como futbolista. Venía de jugar en Colo Colo el año anterior y lo contrató el AmaZulu F.C., un club de Durban fundado en 1932 por trabajadores zulúes que ahora participa de la Premier League sudafricana. El apodo de esta institución es "Usuthu", un grito de guerra zulú.
A Houseman le costó adaptarse y duró lo que uno o dos suspiros en un fútbol sudafricano que entonces estaba expulsado de la FIFA, en represalia a las políticas del apartheid. Sobre el paso de aquel crack por estas tierras ya casi no quedan registros. Hasta parece parte de la mitología.
Texto publicado en Clarín por el autor del Blog.
Post publicado desde Johannesburgo, Sudáfrica.