viernes, julio 11, 2008

Paolo, el quemero


Ya casi no quedan jugadores que permenezcan dos o más años en un club y mucho menos en nuestro averiado Huracán de este tiempo. Pero siempre asoma alguna excepción que, nítidamente, se transforma en emblema. Ahora, tras el Conflicto Barrientos, Paolo Goltz será esa cara reconocible, ese jugador que compartió los días bravos de la B Nacional. Es el mismo que llegó en silencio cuando era un pibe llegado desde Hasenkamp, Entre Ríos. Tardó un par de temporadas en afirmarse. Y ahora, a los 23 años, este defensor sencillo y cada vez más líder ya lleva 117 partidos y cuatro goles con el Globo de Newbery en el pecho. También se puso la banda de capitán en el último Clausura, al final de una temporada que lo tuvo como uno de los futbolistas más regulares de la campaña. Porque fue superhéroe en el Clásico del Regreso, con ese gol que dejó a San Lorenzo sin bicampeonato y en silencio. Porque se bancó sin problemas y sin recibir goles a Martín Palermo y a Germán Denis, en el Cajón de La Paternal. Porque a esta altura ya es una garantía. Porque merece ovaciones como las de los últimos encuentros. Porque es, en definitiva, Paolo, el quemero.