Desde octubre del año pasado que Huracán no juega en el Ducó. Desde aquel valiosísimo 1-0 ante Banfield, con gol de Walter Coyette.
Este espacio no pretende ser otra cosa que un reconocimiento a un futbolista que vi llorar por lo mismo que a mí me dolía: no poder volver a Primera, en la Promoción contra Argentinos. Coyette se fue de Huracán. Pero más allá de su juego (escaso en los últimos tiempos), siempre brindó lo mejor. Lo vi rasparse como un cinco de los de antes para recuperar una pelota en La Bombonera. Lo vi arengar a sus compañeros. Lo vi gritar con el alma y como casi nadie los goles en la Promoción frente a Godoy Cruz. Y eso, al menos para este espacio, merece ser valorado.
Fue clave en los días decisivos de la B Nacional. Mohamed lo consideraba fundamental. Jugó con el Globo de Newbery en el pecho, entre Primera y B Nacional, 71 partidos y convirtió 14 goles. Aquel grito contra Banfield, el último en el Ducó, fue un desahogo compartido. Y un motivo suficiente para agradadecerle a Coyette su paso por Huracán...