viernes, octubre 26, 2007

Un mensaje quemero: que haya paz

Este afiche, publicado por Patria Quemera, es un mensaje para lo que se avecina: el partido más esperado, contra San Lorenzo, el 4 de noviembre, en el Nuevo Gasómetro. Un mensaje de paz. Para que, como desde sus orígenes y casi siempre, este paradigma del clásico barrial resulte una fiesta para todos.

Lo que sigue es el comienzo del capítulo referido al clásico, en el libro que publicó Clarín en ocasión del último título de San Lorenzo, en el reciente Clausura:

Desde sus días fundacionales el clásico entre San Lorenzo y Huracán era una fiesta de personajes mágicos, de cracks, con el tango como música de fonda. Era también el más porteño de los enfrentamientos deportivos, una suerte de campeonato aparte entre esas dos barriadas que se dividían el sur de un Buenos Aires que crecía a ritmo sostenido. Se trataba de una cita entrañable en tiempos en los que la cuestión de pertenencia geográfica delimitaba también pasiones.
El Santo y El Globo. Los de Boedo y los de Parque de los Patricios. Nacieron vecinos, allá en la primera década del siglo pasado. Y se criaron como tales, bien cerca, con historias entrecruzadas, con el encanto de la rivalidad sin enemigos. La Avenida La Plata fue sede de estadios emblemáticos para ambos, con una distancia que no excedía el puñado de cuadras. Se miraron siempre de reojo, pero sin rencores ni amenazas. Como primos, casi como hermanos en disputa sana. La violencia llegó mucho más tarde, ya en los noventa, con el crecimiento del fenómeno de los barrabravas y con la muerte del hincha de Huracán Ulises Fernández, el 19 de noviembre de 1997, como irremediable testimonio del horror.