Apertura, décimotercera fecha: Gimnasia de Jujuy 2-Huracán 0. Me tocó participar de la cobertura del partido desde Buenos Aires. El comienzo del comentario que lleva la firma de Luis Condorí, corresponsal de Clarín en Jujuy, explica el peor de los problemas recientes de Huracán:
"Gimnasia de Jujuy y Huracán tienen una similitud: son dos equipos en uno. Sufren el síndrome de la añoranza de su localía: cuando juegan fuera de su cancha padecen y, por lo general, pierden. Ayer, la peor de las caras le tocó al equipo de Osvaldo Ardiles: tras vencer 1-0 en el Ducó a Banfield, cayó en La Tacita de Plata con el mismo Lobo que no había podido arañar puntos en su visita a Avellaneda (0-3 contra el líder Independiente). Y así, con este 2-0 de local, Gimnasia consiguió salir de la Promoción y hacia allí lo empujó a Huracán".
Más adelante, el texto continúa con otra verdad de esta flojísima actuación de Huracán:
"Y estos síntomas numéricos no son casualidad. Resultan la consecuencia de un juego que oscila de acuerdo con el escenario. Lo de ayer fue otro ejemplo al respecto: Gimnasia quiso desde el comienzo, jugó como si fuera el patrón de su estancia; Huracán pareció inhibido, atado, frágil".
Y se pueden aportar algunos números al respecto:
1) Desde que Osvaldo Ardiles es el entrenador, Huracán perdió todos sus partidos como visitante.
2) Sólo 4 de los 16 puntos de Huracán en el Apertura los sumó fuera de Parque de los Patricios.
No sólo eso: al menos hasta principios de 2008, Huracán no volverá a jugar en el Ducó. Y eso es, cuanto menos, un indicio preocupante.
El mejor: Marcelo Barovero.
El peor: Paolo Goltz.
Más:
Un punto a Coyette, en Patria Quemera.
Peligro de Goltz, en Olé.
Así estamos:
En el Apertura
En los promedios
El fixture