miércoles, marzo 25, 2009

La idea, más allá de las comparaciones


Ya no queda casi nadie que haya visto los días más felices de Huracán en su historia, aquella lejana década del 20, en la que fue el más campeón del fútbol argentino (junto a Boca, su archirrival de entonces). Pero sí quedan muchos testigos y varios protagonistas de su consagración más emblemática: la del Metropolitano de 1973. Aquel equipo que cobija aún hoy varios apodos, como El Equipo de los Sueños o El Equipo del Siglo.
A Francisco Russo ya le decían Fatiga. Jugaba como volante central en un mediocampo estelar que completaban Miguel Brindisi, Carlos Babington y Omar Larrosa. Hoy es el ayudante de campo de Angel Cappa. Y dice: "Más allá de las comparaciones, que no tienen sentido, la idea de este equipo es la misma. Tratar de jugar, de tocar, de llegar con mucha gente. Y ojo, sin perder de vista lo importante que resulta recuperar la pelota".
Russo, quien jugó 31 de los 32 partidos en el Metro inolvidable, luce entusiasmado en el entrenamiento de Huracán. Colabora con el técnico, indica, organiza. Como suele reconocer Cappa sobre su ayudante en tiempos de jugador: "¿Bueno? Muy bueno era Fatiga. Corría, quitaba, pero también jugaba y mucho. Era importantísimo en la organización".
A Cappa le resultan molestas las comparaciones. Opta por prescindir de ellas. "Es imposible comparar a este equipo con aquél. Pero eso no es culpa nuestra. Sucede que un equipo como el del 73 se da una vez cada 100 o cada 200 años. Pero hay algo importante también: aquel equipo es un modelo. Para nosotros debe ser un espejo en el cual mirarnos". Y agrega sobre aquel Huracán y este Huracán, en términos de ideas: "Sería bueno poder reconocernos en aquel Huracán, por supuesto. Sería también un motivo de orgullo. Pero también para eso se necesita trabajo, tiempo, continuidad. Nosotros sabemos que debemos cuidar la pelota, que debemos jugar a dos toques, que tenemos que ser colectivos para crear y también para recuperar".
Acontece una curiosidad: ninguno de los integrantes del actual plantel había nacido el día en el que Huracán dio su única vuelta olímpica en el profesionalismo. Es más: la última vez que Huracán peleó un campeonato hasta la última fecha (el Clausura de 1994, con Héctor Cúper como entrenador) ninguno había debutado en Primera. Y a varios, como a Javier Pastore o a Matías De Federico, no los dejaban salir a la calle porque eran muy chicos. "No hay que pensar en otra cosa que en el próximo partido. Ahora tenemos en la cabeza a Colón", sostiene Cappa. Lo mismo, casi calcado, dicen Russo y el resto de los jugadores. Sin embargo, todos saben que jugando así objetivos más osados pueden ser posibles. Más allá de las comparaciones con aquel equipo de 1973 para el que nunca existirá olvido.


Texto publicado por el autor del Blog, en Clarín.