Carlos Dantón Seppaquercia, con la camiseta de Gimnasia La Plata. Hace 30 años convirtió el gol más rápido de la historia del fútbol argentino, en la A. Se lo hizo a Jesús Borzi, arquero de Huracán, a los cinco segundos. Un verdugo supersónico.
Carlos Dantón Seppaquercia no habita el pedestal de los grandes cracks de la historia del fútbol argentino. Sin embargo, con apenas 33 partidos en la máxima categoría se ganó un resquicio entre los protagonistas memorables. El episodio que lo hizo conocido, más allá de las singularidades de su apellido, sucedió hace 30 años: el 18 de marzo de 1979, convirtió el gol más rápido de la era profesional, en la A.
Jugaban Gimnasia La Plata y Huracán, en el Bosque, por el Metropolitano de ese año. El equipo platense llegaba muy mal. No había razón para ninguna osadía. Pero Seppaquercia creyó. "Tocala para adelante que le pego", le dijo el delantero a su compañero de equipo, Antonio García Ameijenda. Entonces, en cinco segundos --lo que duró el recorrido de la pelota desde la mitad de la cancha al gol histórico-- Seppaquercia supo que había conseguido algo inédito.
En el arco, todavía tratando de marcar con sus botines las líneas de las áreas, estaba Jesús Osvaldo Borzi. Miró incrédulo. Entendió, cuando ya era tarde, que esa había sido su incómoda manera de entrar en la historia.
El partido terminó 1-1. Empató Carlos Babington, de penal.
Más allá de aquel día, ninguno de los dos protagonistas principales tuvo una carrera estelar. Seppaquercia hizo sólo ocho goles en Primera, entre River y Gimnasia. También jugó en Flandria y en Deportivo Italiano, en el Ascenso. Lo de Borzi es aún más curioso: llegó a Huracán procedente del Brisbane City, de la entonces remota liga australiana. Disputó 103 partidos con el Globo de Jorge Newbery en el pecho. Luego, nunca más fue arquero en el país. Quizá empujado por el estigma de aquel gol tan rápido.
Texto publicado por el autor del Blog, en Clarín.