martes, diciembre 11, 2007

Historia de un adiós


Osvaldo Ardiles ya no es el técnico de Huracán. Sucede una curiosidad: se va después de completar una de las cinco mejores campañas del club en los últimos 30 años, en 42 torneos disputados en la máxima categoría. Pero no fue una renuncia más: al mismo momento de partir, el entrenador desnudó una realidad. Y le puso nombre y apellido al -según él- principal responsable de tal situación: Carlos Babington, el ídolo de otro tiempo, el cuestionado presidente de estos días.
"No cumplió con nada de lo que me había prometido al llegar. No estuvo nunca cerca del plantel. Y no me pagaron nada. Pedí que me alquilaran un departamento y un auto, pero no hicieron nada. He perdido dinero, me cobraron hasta el hotel donde estuve instalado los primeros 15 ó 20 días. Un hotel dos estrellas, en Constitución. Como no había teléfono ni Internet, para comunicarme tenía que salir a un locutorio cercano", dijo Ardiles, en declaraciones a TyC Sports. El técnico de Huracán duró 78 días en su cargo. Dirigió 13 partidos, ganó 6, empató 3 y perdió 4.
El principio del fin comenzó en la semana previa al partido frente a Estudiantes, por la 17ª fecha. Harto de incumplimientos, Ardiles discutió con Babington y con el secretario del club, Norberto Giuliano, en una práctica. El episodio aconteció delante de los jugadores. El presidente le reclamó porque el plantel no había concentrado en el encuentro de la fecha anterior contra River. Ossie entendió eso como una falta de respeto al grupo. Desde entonces todo fue peor. Ninguno de los dos varió su postura. Y comenzaron a criticarse en público. A esa altura, ya no había retorno.
"Ardiles me dejó la peor impresión. Siento que lo que me hizo fue una traición. Miente. Miente en todo lo que dice. Jamás le prometí alojamiento ni auto ni pasajes. Todo eso fue un delirio de él para ensuciarnos. Nosotros incluso le aumentamos el sueldo. Para Ardiles todo pasa por el dinero. Siempre reclamó eso. Para mí, o le pasa algo que no sabemos o tiene otro club", le dijo Babington a Clarín.
No es el primer inconveniente que tiene Babington con un entrenador desde que asumió la presidencia. Con Osvaldo Sosa rompió una amistad de años luego de rescindir su contrato tras 82 días, en la B Nacional. Con Antonio Mohamed también chocó. Y, tras ascender a Primera y dirigir las seis primeras fechas del Apertura, el Turco se fue. El actual entrenador del Veracruz se quejó de malos manejos de la conducción, de la "maldita interna política". Se fue llorando.
Mientras tanto, en el plantel también hay malestar con la dirigencia. Un jugador le contó a Clarín: "Babington te vive bicicleteando y acá hay pibes que necesitan la plata de verdad, para el alquiler, para mantener a la familia...". El presidente se comprometió a terminar de pagar el sueldo de octubre esta semana. Hay otro problema: Cristian Cellay -el mejor lateral del Apertu ra, de acuerdo con los puntajes de Clarín- se puede ir por dificultades contractuales.
Hubo otra actitud que le dolió a Ardiles: Babington dejó abierta la posibilidad de que al técnico le interesaba ir a Racing. "Nunca hablé con la gente de Racing ni de otro club", aclaró Ardiles. Además, en Avellaneda, es inminente el anuncio de que Miguel Micó será el entrenador.
Ossie, además, cuenta con el apoyo de la gente. Tras el 2-1 a Vélez (el domingo, en Liniers) escuchó una ovación: "Ardiles no se va / Ardiles no se va". En los foros de Internet (Patria Quemera y Soy Quemero), la opinión es unánime: los hinchas lo respaldan. Y hoy, en la sede de Caseros 3159, habrá una marcha convocada por la subcomisión del hincha para reclamar su continuidad. Parece imposible: en Parque de los Patricios ya no hay lugar para aquellas dos glorias. Y esa es una verdad que lastima a Huracán.


Texto publicado en Clarín, bajo el título "Huracán ya es un tsunami".