jueves, diciembre 06, 2007

Con Larrivey, Huracán podía ser campeón


No se trata de una osadía. Con Joaquín Larrivey en el equipo, Huracán podría estar ahora esperando el partido frente a Vélez, por la última fecha del Apertura, con pretensiones de campeón. No es antojadizo. Lo que faltó en la campaña para estar más cerca de Lanús --inobjetable vencedor del torneo-- fue justamente un goleador, un nueve que aporte entre 10 y 14 goles. Y Larrivey, ahora en el Cagliari, estaba en condiciones de afrontar ese rol. Porque lo había demostrado en el mismo campeonato de la B Nacional en el que Tigre --ahora subcampeón de Primera-- nos miró desde atrás. Es cierto. No fue lo único. Hubo más razones. Pero un análisis del resto del recorrido de Huracán por estas 18 fechas, pueden permitir observar que el título pudo haber sido quemero:
1) Huracán perdió cinco partidos. Tres de ellos (Boca, Gimnasia La Plata e Independiente) sucedieron en 10 días, en plena sucesión entre el traumático alejamiento de Antonio Mohamed y la llegada vertiginosa de Osvaldo Ardiles. Las otras dos derrotas (contra Olimpo y Gimnasia de Jujuy) fueron la consecuencia de viajes mal organizados (en micro a Bahía Blanca y sobre la hora al Norte).
2) A Huracán sólo le concedieron un penal (falta clarísima de Marcos Angeleri a Cristian Sánchez Prette; lo convirtió Cristian Cellay en el 1-1 ante Estudiantes). El único equipo sin penales a favor es Gimnasia de Jujuy. Huracán fue, además, el segundo equipo con más penales en contra: cinco (todos convertidos).
3) El irregular Franco Mendoza es el goleador del equipo, con seis tantos. Los demás delanteros aportaron poco: tres de Federico Nieto, uno de Andrés Franzoia y uno de Luciano Varaldo.
4) La inestabilidad institucional y sus efectos en lo futbolístico (el adiós de Mohamed, el Caso Larrivey, la medida de fuerza del plantel previa al partido ante River y los cortocircuitos con Ardiles) también condicionaron, claro.
Es curiosa la sensación que queda, de todos modos: si hubiera estado Larrivey y, a pesar de todo, el más ambicioso de los objetivos habría sido una inmejorable posibilidad.