El Gasómetro de Avenida La Plata, un estadio tradicional del fútbol argentino. Se lo conocía como el Wembley porteño. Fue inaugurado en 1916 y el último partido se jugó el 2/12/1979 (San Lorenzo 0-Boca 0). En ese escenario, entre 1933 y 1944, Huracán dio tres vueltas olímpicas por competiciones oficiales de la AFA.
1. 1933: El perfecto consuelo. El título de 1933 en la Copa Consuelo Beccar Varela fue, quizá, el menos relevante de los 13 que obtuvo Huracán en su historia centenaria (cinco Ligas y ocho Copas). Pero tuvo un detalle en su desenlace que lo hizo memorable: la vuelta olímpica fue en el Gasómetro de Avenida La Plata.
De esta competición (perteneciente a la edición de 1933, pero disputada en 1934) participaron aquellos equipos que no habían accedido a la Ronda Final de la Copa de Honor Beccar Varela, entre ellos Boca, River y San Lorenzo. Huracán, que en el campeonato de ese año finalizó decimosegundo, comenzó su recorrido en la Consuelo frente a Argentinos Juniors, en la cancha de Ferro. Y ese 6 de enero logró imponerse recién en el alargue, por 3-2.
Ya en los cuartos de final, goleó 4-1 a Quilmes. En las semifinales le tocó un rival difícil: Boca, el subcampeón de la temporada de 1933. El partido se disputó en Avenida La Plata y Huracán, que tenía a Herminio Masantonio como máxima figura, ganó 3-1. En la otra semifinal, en la cancha de Racing, Lanús venció a Talleres de Remedios de Escalada por 4-3.
La final se llevó a cabo el 27 de enero de 1934. Y el 2-1 ante Lanús dejó la agradable sensación y el inolvidable episodio para el recuerdo de festejar la consagración en la cancha de San Lorenzo, que en 1933 había ganado su primer título en la Era Profesional.
2. 1943: Nuestra segunda casa. Este fue un año muy significativo en la historia de Huracán. Resultó el principio del adiós para Herminio Masantonio y el primer año lejos de la vieja y entrañable cancha de madera. Y fue otro buen ejemplo de consolidación del protagonismo, más allá de cierta irregularidad. Y hasta permitió un nuevo título: la segunda Copa Adrián Escobar, en la tercera final consecutiva.
Huracán tuvo vaivenes en su recorrido por la temporada. Fue el último en ganarle al Boca campeón (3-1, en el Gasómetro, por la séptima fecha), pero también fue víctima de derrotas inesperadas (0-1 ante Platense; 1-2 contra Atlanta). Finalizó cuarto, igualado con Estudiantes. En consecuencia, el acceso a la Copa Adrián Escobar (una tradicional competición de los años 40 a la que accedían los siete mejores del campeonato) permitió defender el título del año anterior y construir otro precioso hito: Huracán dio la vuelta olímpica en el Gasómetro. Sucedió el 11 de diciembre, ante Platense. Fue empate sin goles y se resolvió con la reglas de esa competición: por corners. Y en esa instancia ganó Huracán 4-1. Era la tercera final sucesiva de Huracán en la Adrián Escobar ("un título oficial del fútbol argentino, más allá de sus particularidades de disputa", sostiene el periodista e historiador Oscar Barnade). Era también una suerte de abrazo colectivo a modo de homenaje al Gran Herminio.
3. 1944: La costumbre más sana. El final de cuatro derrotas seguidas impidió que Huracán se subiera otra vez al podio. Fue, al margen del séptimo puesto final, un muy buen año para el equipo. No sólo por algunos momentos en la liga, sino también por el nuevo título: la Copa Competencia Británica, la última conquista oficial hasta 1973. Se trataba de un trofeo propio de la década del 40, donado por el embajador del Reino Unido en Argentina. Huracán eliminó a Vélez (2-1), a San Lorenzo (4-3) y a Newell's (4-1). Y el 9 de diciembre, en el Gasómetro, El Globo se impuso a Boca por 4-2. Y festejó una costumbre de ese tiempo: por tercera vez en su vida y por segundo año consecutivo, Huracán daba una vuelta olímpica en el césped de la cancha del archirrival, el emblemático Gasómetro de Avenida La Plata. Un episodio suficiente como para que este 1944 resultara memorable.
Antes, durante el campeonato, Huracán ya había hecho historia: en la primera fecha, había logrado su mayor goleada del clásico frente a San Lorenzo: 5 a 1. Sucedió en la cancha de Ferro, en Caballito, el 16 de abril. El paraguayo Mellone, quien debutó esa tarde y luego sería el máximo anotador del año, curiosamente no marcó ningún tanto.