jueves, agosto 20, 2009

Sobre derechos y deberes


Matías Defederico jugó al fútbol en el último Clausura mejor que casi todos. No era fácil: con escasos antecedentes en Primera, el técnico Angel Cappa le dio confianza, responsabilidad y titularidad garantizada. Aquel chico al que Antonio Mohamed había hecho debutar en los días rudos de la B Nacional 2006/07 demostró que tenía con qué: en breve, hasta Diego Maradona lo convocó para la Selección local.
El primer golpe lo vivió el 5 de julio, en el Amalfitani, ante Vélez. Un rato después, entre lágrimas, le dijo a Cappa: "Si usted se queda, yo sigo". Pronto apareció una oferta de Independiente y llegó la posibilidad que de que no fuera más a practicar. Le duplicaron el sueldo. Defederico volvió a decir: "Me quedo por Cappa y por la gente". Entonces, apareció una tentación enorme: los millones del Corinthians y la eventual sociedad con Ronaldo. Ahora, con vehemencia, señala que se va a Brasil. Tiene el derecho de irse, claro. Pero, sobre todo, está dejando atrás el deber de su palabra.



En Brasil ya lo disfrutan a Defederico. Y lo comparan con Messi.