viernes, noviembre 06, 2015

Siete llaves para nuestro misterio

El festejo del gol de Espinoza contra River, en el Monumental. Gran triunfo en la Sudamericana. Para seguir creciendo y creyendo.

Huracán es un caso que merece psicólogo. Este plantel -que quedará en la historia del club, tras ganar dos títulos en cinco meses- es capaz de la gloria y de devoto. De lo mejor y de lo peor. Y sus ciclos de victorias importantes y de derrotas inesperadas se renuevan a cada paso. ¿Por qué le pasa eso? ¿Cómo puede ser que pierda en Venezuela por goleada y cuatro días después gane la Supercopa Argentina ante River? ¿Cuáles son los motivos que lo llevan a estar muy cerca de la final de la Copa Sudamericana y a sufrir hasta la última fecha por la permanencia? Lo que sigue son algunas claves para tratar de entenderlo.

1) Se agranda en los partidos más complicados. Este plantel -ya desde los días de Frank Kudelka como entrenador- se sentía más cómodo ante las citas complicadas que ante rivales accesibles. Sirve un ejemplo: con el mismo entrenador y con los mismos jugadores eliminó a Boca de la Copa Argentina y sufrió una derrota bochornosa ante Sportivo Belgrano de San Francisco, en el Ducó. La primera sirvió de impulso para ganar su penúltima Estrella, la número doce. La segunda lo dejó último en la segunda categoría, su peor ubicación histórica. "Están preparados para la guerra. Yo con estos jugadores voy a pelear con escarbadientes", decía Néstor Apuzzo -el sucesor de Kudelka- respecto de esta particularidad.

2) Tiene un plantel corto. Los titulares se dicen de memoria, sobre todo desde la llegada de Eduardo Domínguez. Pero el recambio es escaso. Y eso lo complica al momento de la rotación. Lo sufrió en la última fecha que disputó por el torneo, ante Quilmes (1-2, en el Centenario): el entrenador guardó a Wanchope Abila y a Federico Vismara -dos imprescindibles- y ubicó a Patricio Toranzo -otro jugador clave- en el banco. Lo pagó con una derrota que todavía duele. Sirve otro dato para entender el desgaste: es el segundo equipo que más partidos disputó en el año, detrás de River. El plantel corto tiene una explicación: desde la conducción del club se planteó para este año el objetivo de levantar el Concurso Preventivo y eso obligó a mucha prudencia en las contrataciones. El último jueves de octubre se realizó la presentación judicial. Ese triunfo menos visible "es la gran noticia de nuestro año", dicen los dirigentes en la sede de la Avenida Caseros.

3) Cuenta con un arquero implacable. Marcos Díaz es -a esta altura- uno de los mejores arqueros del fútbol argentino y -como sostienen los que mucho conocen la historia de Huracán- el mejor de los 107 años de vida del club de Parque de los Patricios. Fue la gran figura en las dos finales que jugó el equipo (ante Central y frente a River) y resultó decisivo en varios tramos, sobre todo en los partidos eliminatorios. Una garantía de seguridad.

4) La base está. La dupla central que armó Domínguez desde su ausencia en ella responde de modo impecable. Además, Hugo Nervo se consolidó como capitán y Federico Mancinelli es líder por naturaleza. En el medio Federico Vismara y Mauro Bogado parecen tal para cual en eldoble cinco. Cristian Espinoza y Toranzo -con características muy distintas- son socios muy valiosos para Wanchope, ese gladiador del área. Con ellos, Huracán se anima a pelearle a cualquiera.

5) Tuvo un error decisivo. En el primer semestre, tiempos de Apuzzo, se optó por priorizar la Copa Libertadores. El entrenador incluyó un equipo suplente en seis partidos. Sumó apenas un punto de 18 posibles. Con sólo uno más ahora estaría salvado del descenso.

6) El efecto de las motivaciones y de las presiones. Este equipo se siente más a gusto en las competencias eliminatorias. Eso lo motiva, lo hace bravo, intenso, tenaz. "Jugamos todas finales", dice Vismara. Luce como un equipo copero. Un detalle al respecto: entre competiciones locales e internacionales, este plantel -entre 2014 y 2015- sólo cayó una vez en 13 situaciones eliminatorias, finales o desempates. Curiosidad: el único que pudo doblegarlo fue Independiente Rivadavia de Mendoza, en la reciente Copa Argentina que ganó Boca. Pero no siempre le sucede lo mismo en el torneo local, bajo la presión de tener que sumar puntos para evitar el descenso. Y eso lo paga con angustia. Al menos hasta el lunes, cuando enfrente a Belgrano, en el Palacio.

7) Van por la historia. Este plantel lo sabe: tiene la chance de quedar como el más exitoso del club en todos los tiempos. Desde los años veinte (cuando fue el más campeón del fútbol argentino junto a Boca) que Huracán no lograba dos títulos en menos de un año. Ahora, si consigue la Sudamericana, este grupo no competirá contra ningún otro por ese lugar en el pedestal. Su palmarés sería estupendo: tres títulos, seis clasificaciones internacionales (dos a Libertadores, dos a Sudamericana, una a Recopa y una a Suruga) y un ascenso. Y tambien ese clásico (1-0, en el Ducó) que bajó de la punta a San Lorenzo y le facilitó a Boca el camino al título.

Texto publicado por el fundador del Blog en Clarín.