viernes, noviembre 27, 2015

Ese estallido



El estallido es unánime. Nace en la Bonavena y se traslada a cada rincón del Palacio Ducó, al sector Stábile en la Miravè o al Palco Jorge Newbery, en la Alcorta. Se abrazan los emocionados con los incrédulos, los fanáticos con los socios de estos últimos días, los pibes que gritan por Wanchope y los más viejos que vieron a René. La disfonía del día siguiente no les importa. El grito está justificado. Brota de una certeza: llueven días felices en la vertiginosa vida del Huracán reciente. Lo consiguió todo en lo que dura un año: la Copa Argentina, el regreso a Primera, la Supercopa, el clásico que dejó a San Lorenzo sin gloria en el torneo local, la permanencia en la A y ahora, la final de la Sudamericana, la chance de su primera consagración internacional. No hay mejor impulso para esta fiesta que durará hasta el día siguiente. O incluso más...

Sí, bajo el cielo de Parque de los Patricios, Huracán se consolidó como la Bestia Negra de River en este 2015: fue el ùnico que pudo sacarlo de un torneo internacional en el estupendo ciclo de Gallardo; también le ganó -en abril, en San Juan- la final de la Supercopa Argentina; y se mantuvo invicto en los cuatro partidos en los que se enfrentaron en el recorrido. Por eso también sucede esa alegría inmensa que sigue latiendo: el rival enorme, que ahora viajará a Japón al Mundial de Clubes de la FIFA, jerarquiza la conquista.

Inicio del comentario del fundador del Blog, publicado en Clarín.