domingo, julio 05, 2009

Un milagro tras la gloria


Hubo otra historia antes de este milagro. Hace menos de cinco años Huracán parecía empecinado en desmentir su pasado grande. Como una cachetada a su condición de más campeón de la década del 20, en la temporada 2004/05 vivió días propios de un equipo paradigmático del Ascenso: había descendido por tercera vez a la segunda división hacía dos años, venía de terminar en la mitad de la tabla de la B Nacional e hizo un papelón propio de sus peores días. En mayo de 2005, Huracán recibía a Sarmiento. El equipo visitante viajó sólo con un juego de camisetas blancas. Huracán, entonces, tuvo que cambiar sus colores. Pero no había alternativas. Por eso, la voz del estadio, pidió 10 camisetas rojas entre los hinchas. No hubo caso: no se llegó al número suficiente. Y como en utilería no había nada, se compraron 10 camisetas negras en el local de merchandising, pero sin números. Alguien facilitó cinta adhesiva y así se hizo la indumentaria más artesanal de la historia del club.
Eran días en los que Huracán vendía por necesidad y urgencia. Esa resultaba la consecuencia de más de dos décadas de deficientes administraciones. Se fueron, en su último ciclo de cuatro años en la B Nacional, jugadores de jerarquía a precio de saldo: Alejandro Alonso, Mariano Andújar, Daniel Osvaldo, Joaquín Larrivey, entre otros. Se recibieron pedidos de quiebra como una cuestión cotidiana. Y en el medio, se siguieron sucediendo cachetazos sin olvido como el 1-5 frente a Tiro Federal, en el Ducó.
La llegada de Antonio Mohamed para su segundo ciclo fue un paso. Con él, se les dio espacio a los juveniles y se creyó en la adormecida posibilidad del regreso a la A. La victoria en Mendoza, ante Godoy Cruz, generó un impulso en la gente: los socios se triplicaron. Luego llegó Osvaldo Ardiles y el equipo se consolidó en la A.
Pero faltaba un paso, el salto. Y entonces, desde las sombras de algún olvido torpe, apareció Angel Cappa. Y con él, este milagro. Después de 15 años, Huracán pelea hasta la última fecha, tras los pasos de su sexto título de Liga. Pero no sólo eso: se cotizaron jugadores propios (como Matías Defederico o Gastón Monzón) y se generó otro ambiente en la sede de Caseros. Como si desde el campo de juego, un milagro naciera.

Texto publicado por el autor del Blog, en Clarín.

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La cobertura del anuncio, en Clarín.