martes, junio 23, 2009
"Que se vayan todos..."
La escena del Ducó no admitía dobles lecturas: en el centro de la tribuna Ringo Bonavena, donde habitualmente se ubica la barra brava de Huracán, las banderas eran las de los últimos tiempos. Arriba, la del grupo que lidera, Plaza José C. Paz; un poco más abajo, la de sus socios, El Pueblito; y un poco más lejos, estaba el grupo de Barracas, también identificados como La Pagola. Sobre el costado derecho, alejado, había un trapo blanco con letras rojas, que tenía un nombre identificado con los disidentes: Zavaleta.
Parecía una demostración de cómo es la interna de la barra de Huracán desde hace más de un año. Por un lado, un grupo que procura convivir; por el otro, otro grupo dispuesto a lo peor en nombre de irrumpir en el centro de la popular. Lo que sucedió en el entretiempo no fue una casualidad: se están dirimiendo cuestiones de poder, de reparto de negocios espurios vinculados a la vida de la barra. Una fuente de la Subsecretaría de Seguridad en Espectáculos Futbolístico (Subsef) le contó a Clarín: "Se pelean por plata. Hay más cuestiones ajenas a la tribuna que otra cosa. Se juegan los espacios del barrio, quién vende la droga. Esa es la principal fuente de ingresos". Otra fuente que conoce el accionar de los barras, contó: "Y hay varios que se dedican a otra cosa: son piratas del asfalto y se disputan las zonas".
Pero no sólo eso, también hay otros negocios menos relevantes en términos de billetes, pero significativos simbólicamente: dentro de los códigos de los barras, el que consigue las entradas maneja a los pibes, a la segunda y la tercera línea. También están en juego los estacionamientos cercanos y hasta la venta de bebidas y comestibles dentro del estadio. Y los de la Zavaleta se quedaron fuera del reparto desde el año pasado, cuando fueron alejados del centro de la tribuna debido a que, según cuentan, les robaban a los propios hinchas de Huracán. Es más: dentro de ese barrio, con frecuencia estigmatizado por prejuicios ajenos, no son considerados representativos. "El Cone es el que maneja todo". cuentan quienes conocen la interna. Pertenece a la José C. Paz y cuando recién arrancaba el lunes recibió la peor de las noticias: le habían matado a un hermano. Y todas las miradas apuntaban a los disidentes. "Son capaces de lo peor; no tienen códigos", insisten desde adentro de la barra respecto del grupo de Zavaleta.
Más allá de que desde la Subsef consideran que éste fue "un hecho definitivo, que no admite otros capítulos parecidos", todo indica que se avecinan días bravos. Quienes saben los antecedentes y los modos de actuar de la barra lo aseguran sin dudar.
Hay otra certeza vinculada: la gente de Huracán (el socio, el hincha común) está harto de los barras. Ya lo manifestó de manera unánime y a los gritos, el domingo en el Ducó, frente a Arsenal: "Que se vayan todos..."
Texto publicado por el autor del Blog, en Clarín.