Suelo escuchar una pregunta respecto de las estrellas que Huracán tiene en su camiseta alrededor del Globo de Jorge Newbery: ¿por qué son cinco? A pesar de la reconstrucción y reivindicación de los tiempos amateurs a través de varios historiadores (sobre todo vinculados al Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol, CIHF), cierta comodidad y pereza en la comunicación durante varias décadas generó la torpe creencia de que el fútbol argentino comenzó en 1931. Pero no. Más allá de cierto imaginario del hincha común, todo lo sucedido desde 1893 tiene carácter oficial (homologado por la AFA). Por eso, cada una de las estrellas de Huracán en la camiseta representa un título de Liga: las cuatro que permitieron que fuera el más campeón de la década del 20 junto a Boca (1921, 1922, 1925 y 1928) y la del Metropolitano de 1973.
Incluso las estrellas podrían ser once si se agregaran -como corresponde, en rigor- las otras seis Copas oficiales obtenidas por Huracán entre el Amateurismo y el Profesionalismo: la Copa Estímulo de 1920, las Copas Ibarguren de 1922 y de 1925, las Copas Adrián Escobar de 1942 y de 1943 y la Copa Competencia Británica de 1944.