Lo que sigue es la crónica del asesinato de Oscar Natalio Bonavena, nuestro Ringo, publicada por el diario El País, de España, en su edición impresa del 23 de mayo de 1976. La firma Alfredo Relaño. El espacio refiere también al carácter universal que había adquirido la figura de Ringo. Fue, en definitiva, el día en que el hombre se fue y el mito nació.
Ayer fue asesinado en Reno, capital del estado americano de Nevada, Oscar «Ringo» Bonavena, célebre boxeador argentino de los grandes pesos. Tras de sí deja un brillante historial deportivo y una inmensa fortuna amasada a puñetazos. Y, quizá la amargura de no haber igualado nunca en genialidad ni en excentricidades a Casius Clay. La policía de Nevada investiga sobre su muerte, producida en un burdel y por un disparo de rifle. Oscar Bonavena había nacido en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1942. En un barrio modesto, y en el seno de una familia muy numerosa: siete hermanos. Su infancia fue difícil por las necesidades económica de la familia. Su carácter huraño desde la infancia, porque sus pies planos le hacían ser objeto de frecuentes burlas. Su desarrollo, siempre desproporcionado para su edad, le movía a tomarse las más veces posibles la justicia por su mano. En la adolescencia, ya era lo que suele definirse como «el matón del barrio». Pero los problemas económicos de la familia persistían y algún amigo le recomendó: «Con tu fuerza puedes ser alguien en el boxeo. Dinero fácil y poco trabajo». Oscar fue a un gimnasio y pronto comprendió que había enontrado su caminoComo aficionado destacó poderosamente. Tanto que se trasladó a Estados Unidos para hacer su debut profesional en Nueva York en el 64, y con victoria por K.O. El mismo resultado arrojarían sus cinco peleas inmediatas.
Bonavena, ya tenía, por derecho propio, un puesto en la primerísima fila de los mejores pesos pesados. El 4 de septiembre del 65 se proclamaría campeón sudamericano al vencer a Goyo Peralta, el hombre que consumió los últimos años de su carrera en España.
En el 68 consiguió ser nombrado aspirante al título que entonces ostentaba Frazier. Ambos púgiles se enfrentaron por segunda vez en su carrera el 10 de diciembre y Bonavena dejaría escapar su gran oportunidad. Fue una pelea con muchas precauciones por ambas partes y el veredicto final dio el triunfo por puntos a Frazier.
No habría una nueva oportunidad. Su más importante pelea posterior la celebraría el 7 de diciembre del 70 y le apartaría de forma ya definitiva del camino del título mundial. Rival, Clay, que había vuelto a la actividad, Tras una intensísima batalla dialéctica, en la que Ringo brilló tanto como el propio Clay, se enfrentaron sobre el ring. Clay fue el mejor y venció por K.O. en el último asalto. Desde entonces, Bonavena no sería el mismo. Sus rivales han ido descendiendo gradualmente de calidad, y su carrera estaba a punto de concluir. Incluso había estado a punto de venir a España hace pocos meses, para pelear con Urtain. Pero Bonavena, casado y con dos hijos era todo un hombre de negocios que había amasado una inmensa fortuna a puñetazos: una cadena de sastrerías (su padre era un modesto sastre cuando él era un niño), una empresa de publicidad, locales de diversión en Mar del Plata, inmobiliarias en Buenos Aires y grandes extensiones de terreno en varias zonas de Argentina. Tenía en proyecto organizar una cuadra de caballos de carreras.
Ayer la muerte le sorprendió en Reno, en el burdel de un amigo. Un disparo de rifle segó su vida, ¿Mafia? ¿Venganza? Todas las hipótesis son posibles. La policía de Nevada investiga el caso. Ringo ha dejado de hablar".
Post publicado desde Miramar.