viernes, junio 15, 2012
Vamos todos
Lunes, día raro para jugar un partido tan relevante. Después del laburo, en el Ducó, contra Gimnasia La Plata, el mismo frente al que sumamos la Quinta Estrella con El Equipo de los Sueños, en 1973. Ahora, para nosotros, es una situación distinta a aquel encanto: estamos en el peor momento de estos 104 años de historia grande y de tropiezos. Por eso, para nosotros esta cita es -como contra Desamparados- la final de la Champions League. Como esa vez tan cercana frente a los sanjuaninos y como en la ocasión de aquel maravilloso recuerdo, está en juego el orgullo, el honor y la gloria que no queremos manchar. Por eso, porque no hay resquicio para otro retroceso, tenemos que estar todos. Vos, tu viejo, tus hijos que ya tienen el alma quemera, tu abuelo que ya no está, el tío que te hizo hincha, ese primo con el que hace tanto que no gritan un gol juntos, la estampita ajada de tu viejo superhéroe de los 70 para que ayude de esos modos que parecen mentira, la tapa de El Gráfico sepia y maltratada por el tiempo que todavía llevás como cábala, el carnet que heredaste de no sabés que bisabuelo y siempre sentiste que traía suerte. Llevá también el recuerdo de los días felices. Vos, que ya estás para la Mutual de Veteranos y viste jugar a Masantonio y te contaron que Stábile era el mejor del mundo. Vos, que sabés que fuimos los más campeones de los años 20 y un grande de siempre. Vos, que les contaste a tus nietos que no había crack como Tucho Méndez. Vos, que tuviste la hermosa suerte de dar la vuelta olìmpica por el barrio gracias al Equipo de los Sueños del 73. Vos, que te bancaste el llanto para que a tu pibe no le doliera el descenso del 86. Vos, que como yo, viviste abrazado a ilusiones rotas. Vos, que te comiste estas diez temporada en la B. Vos, que te sentiste campeòn en Avellaneda hasta que empezò la final contra Independiente. Vos, que sabés lo que es ese dolor de que te arranquen un tìtulo por las malas, a siete minutos del final. Vos, que gritaste el gol de Cellay para Boca porque creìste que -una puta vez- la suerte iba a estar de nuestro lado. Vos, que no podés creer lo que pasa, pero estás. Vos, que sos Quemero y vas siempre al Palacio. Vos, que leìste el cuento de Saccheri -El cuadro de Raulito- y solitas se te caìan las làgrimas. Vos, que puteás con razón y con bronca, pero igual siempre estás. Vos, que te sentás en la Alcorta imaginando que esto no puede ser peor. Vos, que vas a la popular Bonavena y te ubicás siempre en el mismo lugar como si fuera tuyo. Vos, que te alegraste cuando pudiste regresar a la Miravé. Vos, que te lastima saber cómo vaciaron al club durante tres décadas. Vos, que nunca te resignás ni aunque te obliguen.
Todos tenemos que estar este lunes en el Ducó. Los que tenemos esa posibilidad y hasta los duendes de los recuerdos lindos. Que Onzari tire un corner para que lo cabecee Ferrero. Que del rebote de un tiro libre de Brindisi llegue un gol de Cámpora. Que René se reivindique y haga la gambeta de su vida para que la empuje Milanito. Que El Flaco Pastore, Baldonedo y Bolatti se abracen con Battaglia y con todos los pibes cuando termine el partido. Que Jorge Alberti ordene la defensa y le diga dónde pararse a Machín. Que Cappa y que Menotti se sienten juntos en el banco y le den una mano al Chulo. Más que nunca tenemos que estar todos. Vos y yo y todos estos tipos... Señores, nos jugamos la historia en 90 minutos de una tarde de sábado. Señores, este es -otra vez- El Partido de Todos. Vamos Todos...