lunes, junio 18, 2012

Fin del suplicio

 

Huracán 2-Gimnasia La Plata 0, en el Ducó. Terminó el suplicio. En una tarde de lunes que se hizo noche, Huracán evitó definitivamente que la mancha más fea de su historia de 104 años sucediera: la victoria frente a Gimnasia La Plata, en el Ducó, garantiza su permanencia en la B Nacional. La peor campaña de su vida de grandezas y dolores no derivará en papelón. Toda esa gente que fue al Ducó en un día laborable, en un horario incómodo, con la televisación ofreciendo comodidad, entendió y entiende de qué se trata: no había lugar para más tropiezos. Y esta vez, al fin, el equipo de Héctor Rivoira no tropezó. Resolvió el partido en un tiempo, ese traumático recorrido que duró 78 minutos, tras casi media hora de interrupción por falta de iluminación.

En consecuencia, la Promoción la jugará Guillermo Brown de Madryn y los otros tres equipos en problemas (Chacarita, Atlanta y Desamparados) se repartirán los otros tres lugares de la zona roja.

Ayer se terminó la angustia que venía generando este equipo que se había armado para otros objetivos más relevantes. Huracán, que vive días de valiosa reconstrucción a nivel institucional, había construido un plantel para ir tras los pasos del rápido regreso a la máxima categoría del fútbol argentino. La realidad lo puso en otro lado.

Dos goles de Mauro Milano -luego de dos claros penales bien sancionados por el árbitro Diego Ceballos- le dieron a Huracán una tranquilidad que no conocía. Porque cada paso que había dado por este 2012 había tenido alguna piedra en su camino, algún inconveniente (internos, externos, arbitrales). Esta vez, además, ganó porque fue superior a su rival y, sobre todo, porque aprovechó lo que solía desaprovechar, esos instantes favorables de los partidos. Y en las jugadas determinantes sus futbolistas clave respondieron: Gastón Monzón atajó una pelota increíble con el partido 1-0; Milano no falló en las dos penas máximas ante Fernando Monetti; Rodrigo Battaglia fue ese jugador que excede a la categoría; y Ezequiel Filipetto y Alexis Ferrero ofrecieron la seguridad exigible a una dupla central sólida. Con eso le alcanzó a Huracán para derrotar a un Gimnasia que no peleaba por nada y que se desesperó ante la primera adversidad. Y eso lo pagó con dos expulsiones (por golpes intencionales vieron la roja Leonel Altobelli y Alan Ruiz) al final del primer tiempo. Allí se terminó el partido. Lo que continuó -once contra nueve- fue un agregado que no podía cambiar la historia. Pudo haber goleado Huracán, pero lo evitó Monetti. Se pudo haber complicado Huracán, porque es su costumbre.

Así hasta ese final que lo encontró a Huracán abrazado a una seguridad necesaria, la de su permanencia. Entonces, ese grito que había estado callado apareció a modo de desahogo unánime: “San Lorenzo, San Lorenzo / que amargado se te ve / cada vez nos falta menos / para volvernos a ver” . Otro horizonte parecía posible. Al menos por ese ratito.

Texto publicado por el autor del Blog, en Clarín.

Así estamos:
En la tabla
En los promedios
El fixture