domingo, agosto 13, 2006

Al querido Turco

Hubo un silencio tan unánime como el aplauso que llegó casi inmediatamente. Y después una canción que resultó el himno a la gratitud: "Turcoooo/Turcoooo". Faltaban segundo para que Huracán debutara en la temporada de la B Nacional, contra Tiro Federal. Allí, en el palco del Tomás Ducó, con el alma inevitablemente herida, con el corazón agujereado por el dolor imposible de tolerar, estaba él, Antonio Mohamed. El Turco. El quemero de siempre. El hincha que también fue jugador y técnico. El pibe irreverente que llegó con la camiseta de Huracán a la Selección y al mundo. El que nos regresó a Primera con su osadía de delantero inexplicable, allá en 1990. El que después de hacerle el gol decisivo a Los Andes se dio el gusto de su más preciosa audacia: una vuelta olímpica por el Carrefour de San Lorenzo. El que vivió y vio la tragedia de adentro y ahora, desde su silla de ruedas, lucha con todo y a pesar de todo. Por eso, Turco, todo ese grito. Por eso, la bandera de "no aflojes". Por eso, querido quemero, nuestro más grande abrazo imaginario.


Antonio Mohamed fue el último jugador de Huracán en hacer un gol para la Selección mayor. Alfio Basile lo citó en 1991 y convirtió en el primer partido del ciclo (2-0 a Hungría, en Rosario).