miércoles, marzo 11, 2015

Luche, Huracán, luche


Por Ricardo Sapia*
Sumó. Primera y vital apreciación. En la altura. Segunda y no menos relevante. Se mantiene expectante a falta de tres partidos y con dos de ellos en el Ducó. Tercera, y a la vista de lo que viene en el horizonte copero, saludable. Belo Horizonte 0-0. Sucre 0-0. No está mal para un regreso tan esperado.

A Huracán no se le hizo simple traerse el empate. Cuando hubo aire y piernas dejó pasar dos en las garras de Wanchope y un testazo del Pelado... Después fue el 22 (reemplazante heroico de San Marcos) el que sí tuvo resto y sacó todo lo que le tiraron... Y sino fue alguna burrada ajena la que impidió la vulnerabilidad de nuestro arco. Pudo ganarlo y pudo perderlo con muchas más certezas que lo sucedido hace una semana en Brasil. Parece raro que las chances estén intactas aun sin haber ganado en el grupo.

Y de eso se tratarán los próximos pasos. Para que ambos 0-0 tengan el valor que se les da “in situ” es obligatorio vencer a los mismos rivales cuando se planten en el Palacio dentro de cuatro semanas. Matemática pura. De otro modo no habrá clasificación a la vista. Confiemos en los planteos de Apuzzo y avistemos un futuro a pata ancha.

¿Y ahora qué? El clásico, nada menos. Emociones que se mezclan en nuestra sangre. La espera se volvió un tic tac palpitante que trae todo tipo de recuerdos. Y será allá, en tierras nómades. Con los cojones que hacen falta. Con la casaca sudada. Hay que pedir hidalguía y valoración de lo que se juega. No se acepta un mínimo de excusa. Pasó el tiempo. Que no pese el presión de salir a ganarlo.

*Periodista. Texto publicado en el diario Olé.