sábado, marzo 28, 2015

Del oro al barro


Banfield 1-Huracán 0

Por Ricardo Sapia*
Todo cambia. De una semana a la otra. Todo. De golear a ser goleado (en todos los sentidos posibles de un partido, menos en el resultado). Y golpeados. Anémicas miradas al arco de enfrente (tres llegadas en toda la noche). Horror en los laterales. Cambios forzados por apurar jugadores que no estaban para salir a la cancha (y acá es donde se nota que el recambio no tiene pasta). Lo más flojo del año. Conceptualmente, una paliza. ¿Por qué no encuentra la línea de la regularidad? ¿Qué baja tanto el nivel de los jugadores? La estabilidad en el rendimiento es el comienzo para no depender de situaciones fortuitas. Siete partidos, cuatro derrotas. Cuatro salidas del Ducó, cuatro regresos con los bolsillos vacíos.

Huracán tiene que recomponer su imagen. Pronto. Viene Boca, la Copa -ese cruce trascendental-, Racing... y si se pretende sonreír hay que acomodarse el pelo, afeitarse y cepillarse los dientes. Para ser lindos no hay que creerse sino parecerse. Anoche miró a los otros de afuera y lo tuvieron de aquí para allá. No fue el mejor festejo del Día Mundial del hincha Quemero.

Rápido, a ducharse...

*Periodista. Texto publicado en el diario Olé.