jueves, junio 12, 2014

La marcha de la bronca


La primera escena posterior a la certeza del desencanto es un reconocimiento mutuo: Gonzalo Martínez -el Pity para cada uno de los hinchas que agotaron las populares- llora y pide disculpas y ofrece su camiseta con el número diez. Marcos Díaz - superhéroe de la remontada- solloza, arrodillado en el césped de la derrota que lastima. Carlos Arano, Patricio Toranzo y el capitán Eduardo Domínguez -también protagonistas del polémico desenlace de 2009, en Liniers, ante Vélez- tienen una sensación idéntica. De algún modo, ellos se abrazan a la distancia con la gente que los aplaude. El resto de los futbolistas delGlobo de Newbery se suman. La impresión es de dolor compartido. Los de adentro y los de afuera, todos en pleno estadio Unico de La Plata, desde ese instante, territorio de malos recuerdos.

Más allá de la ilusión rota, también hay bronca. La bronca es por la derrota. Pero también por el modo: a instancias del juez de línea Gustavo Esquivel, el árbitro Diego Ceballos le anuló un gol al delantero Wanchope Abila. El delantero estaba habilitado por Jorge Figal por más de un metro.

Toranzo fue el principal vocero de la bronca de todos: “ Otra vez lo mismo. Otra vez nos perjudican. Es la segunda vez que nos arruinan una final. No le pueden hacer esto a la gente Huracán”. Se refería, claro, a lo sucedido hace un lustro en el José Amalfitani. Agregó el mediocampista: “Vamos a tener que salir a hablar en la semana, porque yo no me aguanto más estas cosas ”. También se refirió a los méritos del rival: “Independiente no hizo nada para ganar. Creo que Huracán merecía ascender”.

En simultáneo, Abila contaba lo que la televisión ya había corroborado: “Estaba habilitado. Se lo dije al línea. Pero él estaba convencido. Se equivocó claramente”.

Cerca de ellos, el técnico Frank Kudelka le ponía palabras a su sensación y a la derrota: “Era utopico llegar a esta final, pero una vez que llegás acá querés ganar y me duele no haberlo logrado”. Añadió: “ Quería ver a la gente feliz y siento que les fallé. Por ahí no estuve a la altura”. Sin embargo, el público lo eligió para el principal de los reconocimientos: a pesar de la derrota, Kudelka escuchó una ovación rumbo a los vestuarios. Ese grito unánime resultó y resulta un mensaje: los hinchas quieren que el entrenador continúe en Parque de los Patricios incluso después de las inminentes elecciones del 22 de junio. Con él -creen todos en Huracán- comienza la reconstrucción del ánimo y se refunda el obligatorio objetivo de volver a Primera, ese lugar que su historia cuenta que le pertenece. Todo eso podrá suceder, claro, cuando la bronca se transforme en otra cosa: apenas en un incómodo espacio en la memoria.

Texto publicado por el fundador del Blog, en Clarín.