La formación en el día de la consagración: Aguirre; Romero, Villán, Cáceres, Amuso (Pachamé); Chacón, Borovinsky, Seguel; Canelo (Kohn); Quintana y Bottaro (Rebuffo). Suplentes: Femia y Gómez.
La Sexta División de Huracán, dirigida por Gabriel Rinaldi (ex marcador central del club, en la década del 90), se consagró campeona. Derrotó 4-1 a Gimnasia La Plata, en la cancha Emilio Baldonedo de La Quemita, y mantuvo la ventaja con Boca y con Belgrano de Córdoba. Pero consiguió algo mucho más importante que la consagración: envía así un mensaje para todos los dirigentes (los que están y los que vendrán). No hay otro camino: la apuesta más fuerte tiene que ser en este rubro. Hay que ampliar el presupuesto, armar un mecanismo de captación de futbolistas menores, ofrecer óptimas condiciones de trabajo, procurar el crecimiento de los juveniles sin apuros por vender sus pases. Hay que garantizar el largo plazo y la política de club, más allá de quién gobierne. Si eso no sucede, de poco más que de una alegría pasajera habrá servido esta vuelta olímpica. Lo importante, por eso, no es este final feliz para la campaña. Lo relevante, en definitiva, es que se trate de un principio.