Tapa del libro escrito por Angel Cappa, mencionado en el texto que continúa. La matriz del Huracán de estos días.
(...) Solamente falta una hora para que comience Boca-River. La videograbadora tiene en pausa Huracán-Argentinos. El botón "play" da movimiento a paredes, gambetas, cambios de frente, desmarques y juego asociado. Huracán siempre intenta jugar así. A veces le sale muy bien, en otras el rival le corta los circuitos y en otras no traduce en goles todo lo que genera en ataque. Hubo partidos donde, de medialuna a medialuna, superó al rival en todos los aspectos del juego pero perdonó en las dos áreas. Eso le pasó contra Independiente, al que le pegó un baile de novela a pesar de haber perdido.
Más allá de ese defecto que es la falta de contundencia, en Huracán hay un compromiso con una idea. El entrenador ha convencido a los futbolistas de que el mejor camino para ganar un partido es a través del juego de toque, pases y aventuras compartidas. Por eso Araujo se anima a entrar en pared con un compañero y le hace un golazo a Newell´s. Arano cree que es posible hacer un golazo de media distancia. Lo intentó contra el Rojo, le salió contra el Bicho. Bolatti, pichón de Marangoni, llega a posición de gol como ningún otro mediocampista central del fútbol argentino. De Federico gambetea en los metros de la verdad, donde le duele al contrario. Pastore siempre pone por lo menos una pelota de gol por partido. El Globo es el equipo del campeonato con más goleadores: 10 para sus 18 tantos. Si Federico Nieto tuviera la efectividad de Sand, hoy iría por el récord de Palermo en torneos cortos.
Huracán tiene identidad. Sabe y se sabe qué quiere hacer dentro de una cancha. Jugadores como Ezequiel González y Román Riquelme lo llenaron de elogios. Así lo entendió también Tolo Gallego, que le hizo a su DT el clásico gesto del tiqui-tiqui, ese que se hace moviendo las manos de costado y con las muñecas bien flojitas. Tiqui-tiqui es también una expresión que se utiliza para mofarse de un equipo que toca la pelota pero no gana partidos. "Mucho tiqui-tiqui pero al final no pasa nada", dicen aquellos que renuncian a la belleza para conseguir un resultado.
La mejor respuesta a esta chicana está en un imprescindible libro llamado La intimidad del fútbol , publicado en 1996. Dice su autor: "El toque es el fundamento y una necesidad de este juego. No es una opción estética ni una concesión al espectador. Tengo que distraer al adversario y lo hago tocando. Es verdad que a veces el toque se hace parsimonioso, horizontal, tedioso e insuficiente, porque se olvida del objetivo, que es el gol. La cuestión pasa por diferenciar el tiqui del toque". Consigan ese libro como puedan. El autor se llama Angel Cappa y es el entrenador de Huracán, el único en primera división con genuina vocación docente.
En el fútbol de hoy, lleno de egoísmos y vanidades, se está produciendo un auténtico milagro en Huracán. Se han encontrado en el mismo equipo un DT con ganas de enseñar y jugadores con ganas de aprender. Brillante analista de fútbol en medios gráficos y en TV, militante político de toda la vida, eterno luchador contra las pesas en la preparación física, enemigo público número uno del "doble cinco", admirador de Guardiola y Cesc Fábregas, de equipazos como Barcelona y el Arsenal inglés que no te dejan tocar la pelota, gran insultador alla Federico Luppi aunque después le dé vergüenza verse en la tele, más menottista que César Luis, fugitivo del teléfono celular, profesor de Filosofía y gran compañero de trabajo en el Mundial de Francia 98, Angelito es un tipo extraordinario, de esos que ya no existen en el mundo. Algún lunes el Globo y su DT tendrán su merecido lugar en la contratapa. Pero ya pasaron las 3 PM y hay que apagar la videograbadora porque empieza el superclásico...
Parte del Texto publicado por Juan Pablo Varsky, en La Nación.