sábado, mayo 27, 2017

Antes del grito



Huracán 1-Boca 1

Esa escena final -ese gol que le pone más suspenso a la resolución del campeonato- terminó siendo el retrato de las consecuencias. Visto con los ojos de Huracán: un gol valioso para consolidar su continuidad en Primera. Visto con los ojos de Boca:una preocupación por el resultado que le permite a River quedar a tiro y una preocupación incluso mayor a consecuencia de su juego escaso.

Más allá del 1-1, el desarrollo dejó una sensación clara: Huracán -necesitado en la lucha por la permanencia- no fue menos que Boca -puntero de punta a punta- en casi ningún tramo. Yeso no habla maravillas del equipo de Juan Manuel Azconzábal, pone bajo la lupa las dificultades que está teniendo Boca. Se repite una verdad que también cuentan los números: Carlos Tevez, que jugó su último partido en diciembre, es una ausencia que se siente. Hay otra verdad en idéntico sentido:cuando no está Ricardo Centurión en el equipo, a Boca le falta capacidad para desequilibrar.

A Huracán le alcanzó con astucia y con orden para controlar a un Boca que en todo momento pareció a la expectativa de algún error local. Mariano González cerca de Fernando Gago; los laterales contra los extremos; la búsqueda del mano a mano por las bandas. Nada demasiado novedoso. Lógica pura al servicio de mantener a Boca lejos de Marcos Díaz. Le faltó, eso sí, la otra falta del libreto: la de atacar con profundidad y, sobre todo, la de definir. El dato es elocuente: desde la partida de Wanchope Abila, en junio del año pasado, ningún jugado futbolista de Huracán convirtió más de dos goles en partidos del torneo.

Así, entre ese Boca con dificultades creativas y ese Huracán sin profundidad suficiente se armó un partido feo, con fricciones, más cerca de la mitad de la cancha que de las área, despojado de figuras. Pero siempre con una sensación latente: en cualquier momento, con una maniobra individual Boca lo emboca y se termina la historia.

Cuando al partido le quedaba un cuarto de hora, Darío Benedetto aprovechó un rechazo defectuoso de Fernando Cosciuc -en su único error en el día del estreno en Primera- y construyó él solito un golazo que mucho se parecía al parte de defunción para Huracán. Se notaba en cada uno de los costados:parecían todos convencidos de que se repetía la historia de los partidos ante Newell’s y San Lorenzo. Esa de merecer otra cosa y quedarse sin nada. Pero no. Esta vez no. Llegó esa última jugada, ese destello final, ese penal. Ese empate que el tiempo dirá si modifica o no el desenlace del torneo...

Parte del comentario publicado por el fundador del Blog, en Clarín.