sábado, octubre 17, 2015

Tres gritos y un horizonte...

Bogado y Toranzo, dos de los autores de los goles de Huracán ante Sarmiento. Desde que asumió Domínguez como entrenador el equipo no perdió en el Palacio Ducó: cuatro victorias, tres empates y apenas un gol en contra.

Por Ricardo Sapia*
La goleada tranquiliza el permanecer y el estarse quieto de acá a lo que viene. Uno, dos, tres. Justo. Holgado. Sabremos en horas si es definitivo. Pero ya casi, ya casi. Y más horas para empezar a soñar. Seguir soñando con ese desafío copero. Sin embargo, parece que siempre tiene que replicar una campana que aturda. Nuestro goleador reclama, quiere que lo oigan. Pide un pase. No un pase gol. Un pase. Habilitado, grita. Wanchope, querido, son horas de paz, de intentos de ser más de lo que somos. Sumate. En diciembre hablamos. No jodamos.
Más allá de dimes y diretes, Huracán se reinventó. Con un viraje y mejores interpretaciones de la partitura, sin muchos lujos aunque con una idea de juego más definida o intencionada. Huracán y su doble cara (copas y torneo) enderezó la locura de 20 fechas iniciales mal pisadas. Ahora no es que sopapea al que se le planta (al menos en el largo de 30) pero trata de imponerse. Y pierde menos, aunque no gane tanto. Esta es su faceta doméstica, porque está la otra. Se llama Sudamericana. Y nos tiene encendidos, apasionados, queriendo adelantar el tiempo. Pasó a ser tan importante el calendario Conmebol como lo era este partido que pedía aflojar tensiones. Cincuenta y cincuenta en la cabeza quemera. Ya, ciento por ciento objetivo Montevideo de acá a los próximos once días. Tranquilos. ¿Se puede?

*Periodista. Texto publicado en el diario Olé.