sábado, julio 11, 2015

Sombras nada más


Huracán 0-Defensa y Justicia 0
No se trata de una exageración: este Huracán de Apuzzo es el más indescifrable e inconstante de una historia de más de 106 años. Es capaz de ganar la Copa Argentina, de ascender tras ir último a siete fechas del final y hasta de derrotar a River en la final de la Supercopa. Y también es esta sombra que deambula por la cancha. Sin juego, sin contundencia, casi con desidia en algunos tramos. Le pasó en la torpe eliminación de la Libertadores frente a Mineros, en Venezuela. Y le sucede también en casi cada uno de los partidos del Torneo de 30. Como ayer, en el Palacio Ducó, ante Defensa. Estuvo en la cornisa de la derrota ante un rival que lleva 12 partidos sin victorias. Esta vez, lo salvó su arquero, Matías Giordano, la figura de la cancha. Como en tantas otras ocasiones lo rescató Marcos Díaz, su superhéroe ahora lesionado.

Vacío estuvo Huracán. Como su estadio suspendido. Y se vio superado por un Defensa que jugó en Parque de los Patricios como si estuviera bajo el cielo de Florencio Varela. Interesante, en términos de intenciones, lo del equipo del debutante Ariel Holan. Busca, quiere, es rápido para atacar y para retroceder. Eso sí, le falta lo mismo que en el primer semestre del año: precisión en el área ajena. De todos modos, mereció otro desenlace...

Hay un atenuante en la floja actuación de Huracán de anoche: le faltaron siete posibles titulares. Los lesionados Díaz, Mancinelli y Balbi; los suspendidos Domínguez, Vismara y Bogado (reciente incorporación) y Puch, quien se encuentra en conflicto. Demasiadas bajas para un plantel al que no le sobra nada. Bien lo habrá comprobado Angel Cappa, quien anoche fue el único socio e hincha de Huracán que pudo acceder al estadio.

El primer paso para tratar de tomar impulso ofrece un guiño geográfico: Huracán enfrentará a San Martín, en San Juan, allí donde sumó las últimas dos de sus Trece Estrellas. Queda una pregunta: ¿le alcanzará con volver a respirar esos aires cuyanos? Parece difícil...

Texto publicado por el Fundador del Blog, en Clarín.

Ramón Abila, nuestro Wanchope, se agarra la cabeza. El goleador del equipo tuvo una noche acorde al equipo: floja y sin gol.

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