miércoles, diciembre 17, 2014

Llueven días felices


Por Eugenio Astesiano
Arrancó como llovizna, después granizo y eso devino en tormenta grado 2 con alerta meteorológico, tanto que le costo el puesto a un entrenador, las ruedas a varios autos de jugadores y hasta una intromisión a un vestuario que se convulsionó como si le hubieran dado estricnina en lugar de gatorei.

Esa tormenta devino en Huracán el último domingo. Y Newbery voló feliz.

El resultado final fue el soñado, en un año soñado. Dijo el autor de este blog que "tengo alegría para prestar" y lo bien que hace. La alegría no es solo brasilera -dijo Charly una vez- que como quien no quiere la cosa, tampoco quiso volverse tan loco.

Hoy los quemeros tienen razones de sobra para volverse locos de alegría. Y para seguir en este tren.

Hoy pueden cantar aquella canción que dice "De Mendoza vengo... hay que pedo tengo"... Pedo como sinónimo de gas, gas que infla al globo, globo que vuela a Primera.

Joder... creo que si Sumo hizo una canción que se llama "Banderitas y Globos" tienen crédito para siempre.

También me recuerda esa canción de los 80 que se llamaba "99 globos rojos"... canción que era para bailar. Como bailó ayer a la tarde el Decano.

Un club que tiene una cancha y no a un jugador que se llama "Palacio" merece también, crédito eterno.