Había que estar en el día más difícil de la historia. Y ahí estuvimos. Los más de 20.000 que nos abrazamos y nos angustiamos hasta el último suspiro, en el Ducó, fuimos el impulso necesario para estaba victoria que tiene el carácter relevante de ponernos a resguardo del descenso directo y cerca de no tener que jugar la incómoda Promociòn. Nada menos.