sábado, abril 09, 2016

Wanchope y los convencidos



Huracán 4-San Martín de San Juan 3

Es imposible no empezar por él, por Ramón Abila, Wanchope para todo el fútbol. Llegó en 2014 a Parque de los Patricios con el antecedente de haberle hecho un golazo a Huracán con la camiseta de Instituto, en el Palacio Ducó que ahora lo aplaude. Lo pidió Frank Kudelka. Se adaptó pronto. Tuvo un bajón. Se sentó en el banco. Volvió con todo. Y desde entonces no paró. El año pasado fue el máximo anotador de la Copa Sudamericana. En este 2016 hasta se anima al doblete de su rubro: lidera la tabla de goleadores del torneo local (con 9) y está segundo en la de la Libertadores (con 4, a uno de Jonathan Calleri e Ismael Sosa). En el año: 13 tantos en 15 encuentros. Y por lo que exhibió ayer, otra vez, parece que va por más: él fue la clave de la victoria de Huracán por 4-3 ante un bravo y astuto San Martín de San Juan. Así, se ubica como escolta a dos puntos del líder de la Zona 2, Lanús, que hoy disputará el clásico frente a Banfield.

Volvió a suceder como ante Sporting Cristal (el martes, por la Copa): cuando el equipo estaba a punto de enterrarse en una derrota incómoda, el superhéroe de Parque de los Patricios volvió a cambiar la historia. En cinco minutos transformó un 1-2 en la euforia de un 3-2 para el regocijo de todo Huracán. Primero, con otro golazo. Recibió un pase largo de Ezequiel Miralles y demostró que en ese estadio es el Rey del área. Gambeta larga de derecha entre los dos centrales de San Martín y definición estupenda de zurda. Luego, con un típico gol de centrodelantero. Centro desde la derecha de Alejandro Romero Gamarra y aparición en el segundo palo y cabezazo de este cordobés -fanático de la Mona Jiménez; “monero hasta la muerte”, como cuenta en su Twitter- que está irrumpiendo en la historia. Suma 50 goles en el club, está a 12 del décimo puesto (lo ocupa José Laguna, emblema de los años 20) y nadie duda en los barrios del Sur que será un top 10 de La Quema.

Lo quieren todos, parece. Desde Boca insisten. Desde Europa y desde Brasil se suman trascendidos. Wanchope ofreció anoche, en Fox Sports, una respuesta propia de su modo de ser: “Las únicas ofertas que tengo son las del chino de acá enfrente”. Se verá...

Sirven otros dos detalles para contar su dimensión en Huracán. Tras su segundo gol surgió un grito unánime desde la popular Bonavena: “Para Wanchope / la Selección”. El segundo fue ese silencio de sepulcro que acompañó su salida en camilla, cuando restaban 15 minutos. Luego, llegó la tranquilidad. “Apenas un calambre”, le dijo el doctor Pedro Di Spagna a Clarín.

Más allá de la figura, hubo un partido atractivo, cambiante, con siete goles, con errores, con varias actuaciones individuales destacadas (Matías Fritzler y Jorge Luna completaron el podio). Y la dinámica del encuentro corroboró una de las particularidades de este Huracán. San Martín lo golpeó de entrada (con ese penal que convirtió Luis Ardente) y hasta se puso en ventaja de nuevo (golazo de Luna, desde el borde del área) cuando el equipo de Eduardo Domínguez comenzaba a asomar en el partido. Pero otra vez se recuperó el local. Queda claro: se hace fuerte ante la adversidad. Puede ser después de un accidente, tras una actuación de clara inferioridad (como ante Atlético Nacional, en la Libertadores), durante un clásico o en cualquier partido. Se levanta y anda.

El tramo final le dio más razones para la ovación a este partido: ya sin Wanchope, Mariano González apareció como delantero en un contraataque y definió como cuando jugaba en Porto o en Inter: 4-2. El descuento de Javier Toledo (de cabeza, sobre la hora) le añadió suspenso a los últimos suspiros. Después, llegó el desahogo. Y la fiesta, también, claro.

Texto publicado por el fundador del Blog, en Clarín.