miércoles, enero 27, 2016

Aquel espejo


Recortes de los años 40. Todos referidos al Palacio Ducó que estaba naciendo para siempre. Hoy, ya considerado Patrimonio Histórico de la Ciudad de Buenos Aires y hasta con un Oscar en su palmarés, sirve como espejo: representa la relevancia de invertir en infraestructura. A pesar de la falta de mantenimiento durante más de tres décadas (los palcos Jorge Newbery, en 1977, fueron la última mejora estructural) el estadio sigue allí, como un motivo de orgullo.

Por eso, no deben ser el impulso y la generosidad de los hinchas las únicas herramientas para mejorar y modernizar las instalaciones del club (la Sede de Caseros, La Quemita; incluso los llamados Terrenos del Gas). Debe ser un compromiso de la conducción, cualquiera sea su origen y su tiempo. Una cuestión del Club. De todos los Quemeros.